Qué es la Geografía; el Análisis del Espacio Terrestre del Siglo XV al XVI. (23/) Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
03 ago 13.
Si en la Antigüedad entre los griegos el análisis del espacio terrestre se centró esencialmente en el problema de sus dimensiones, y en la Edad Media el problema del espacio terrestre consistió, sorprendentemente, en admitir su naturaleza tridimensional a imagen y semejanza del Tabernáculo sagrado; y en el renacer de la ciencia griega entre los siglos XV a XVI, ese análisis se centró en la forma o configuración, a partir de ciertos componentes que venían, unos como hipótesis, otros con cierta confusión de información.
El antecedente de todo es el propio Perimetrón de Anaximandro, pero ya en el terreno de las hipótesis, Crates había dejado prevista la existencia de los “continentes de contrapeso” (Periécos y Antípodas), los cuales estarían más allá del finis terre ptolemáico; y en el ámbito de la información confusa, Prolomeo legó su mapa del mundo hasta entonces conocido, que en el finis terre al extremo oriente, aparecía la extensión de Asia cerrando el Océano Índico al conectarse con las Antípodas.
Perimetrón de Anaxiandro. Asociado al problema aquí tratado, aún en el se desconce la región misma de Asia.
Hipótesis geográfica en el Globo Terráqueo de Crates: la existencia de masas continentales más allá del finis terres ptolemáico.
Mapa de Ptolomeo en el que se aprecia hacia el extremo oriente del Océano Índico, un Sinus Magnus con unas costas de tierra que cierran al mismo. Ese "Sinus Magnus" es, confusamente, el Océano Pacífico; y esas costas de tierra continetal en el finis terre, es la información confusa de la existencia de América proveniente de los chinos.
Esa extensión hacia el sur de China en lo que se conocía como la provincia de Manguí y las tierras de Cattigara, en el curso de la Edad Media se fue transformando en unas geografías ya como la “Cuarta Península” (luego de la arábiga, la índica, y la de Málaca); o en otras geografías, ya como un “Continente-Isla” denominado como el “Quersones Áureo” (de khersos, continente; y nesos, isla; y áureo, de oro, entendiendo por ello un continente-isla de grandes riquezas); e incluso en un tercer grupo de geografías, ni siquiera registrándose ni península ni continente-isla alguno.
Así, al llegar al Renacimiento (ss.XV-XVI), ese problema no resuelto se constituyó en principal punto de discusión en el análisis de la forma o configuración de espacio terrestre.
Mapa de Toscanelli, 1457.
Con este mapa se inicia, a nuestro juicio, el Renacimiento en Geografía, en función de que se retoma nuevamente la idea de una cartografía proyectiva, en este caso, en una Proyección Trapezoidal, y mapa en el que, basado en el perímetro de Estrabón, Asia quedaría muy próxima por la Ruta de Occidente. Pero el Mapa de Toscanelli tenía algo más: el registro que reconocía la existencia de la “Cuarta Península”.
Prácticamente es con el Mapa de Toscanelli que Martin Behaim construye su Globo Terráqueo de 1492, en el que, en consecuencia, está presente la “Cuarta Península”, sin que se reconozca “Paso del Sur” alguno.
Globo Terráqueo de Behaim, 1492.
Cristóbal Colón conoció tanto del Mapa de Paolo del Pozo Toscanelli, como del Globo Terráqueo de Behaim, y ellos le sirvieron como argumentos científicos para validar su <<viaje al Oriente por la Ruta de Occidente>>, que no obstante dar registro ambos documentos a la “Cuarta Península”, no daban cuenta de la existencia del “Paso del Sur”.
Al arribo de Colón en 1492 a las tierras del Nuevo Mundo, que se creyeron fuera Asia, y de sus primeras exploraciones hasta 1496, en que no se encontró el llamado “Paso del Sur” en el Estrecho de Basmán narrado por Marco Polo, ello abrió la discusión de ese análisis del espacio terrestre, principalmente, a raíz del descubrimiento en 1493, del mapa anónimo recopilado por Macrobius Ambrosius Theodosius en sus Comentarios al Sueño de Escipión, de Cicerón, de fines del siglo IV.
Mapa de Macrobio, siglo IV (encontrado en 1483).
Mapa en el que se daba, para ese entonces del inicio de la Edad Media, la sorprendente configuración más posible, que explicaba, por una parte, la información acerca de la “Cuarta Península”; y por otra parte, la información de la extensión de otras tierras más allá del Sinus Magnus. Acerca de la banda que cruza el estrecho entre Asia y la “Cuarta Península”, el Dr. Gustavo Vargas era de la opinión de que tal registro debió haberse hecho al usar el mapa a su descubrimiento, justo en 1483, no obstante, observamos que la tipografía es la misma, de donde el problema del "Paso del Sur", vendría desde mucho antes de Marco Polo. Por lo demás, aquí se identifica la Península de Malaya, de haber ese estrecho, con el famoso "Quersoneso Áureo", y de ahí que con esa idea se haya propagado hasta la época del Renacimiento (cabe hacer notar, a su vez, la confusión o ausencia de la Península de Arabia, quizá identificada con Etipoía..
Sin duda, con la información proveniente de los descubrimientos y exploraciones del Nuevo Mundo, particularmente por las cuales se daba cuenta de la aparente existencia de la “Cuarta Península” reconocida en esas tierras, aun cuando no se reportaba haber descubierto el famoso “Paso del Sur”, en 1498 aparece el interesante Mapa de Henrico Martel Germano.
Mapa de Henrico Martel Germano, 1498.
En él, sin ambigüedad alguna, se opina: 1) que la “Cuarta Península” si existe; y 2) que el tan buscado “Paso del Sur”, por lo contrario, no existe.
Con esa noción de que la “Cuarta Península” era un hecho, se editó el mapa de Cantino, 1502; justo en el año en que Américo Vespucio realiza su famoso viaje a las Antípodas, en el que, “por su navegación” –dice Vespucio refiriéndose a su travesía desde Portugal a los 40° jN, hasta Bahía Grande en el extremo sur del Nuevo Mundo, a los 52° jS, sumando 90° de recorrido–, descubrió que, al mismo tiempo, en las unidades de distancia de su tiempo, esos 90° de recorrido eran equivalentes a 10,000 km, pero que sumando los 50° entre Portugal y el Polo Norte, más los 40° entre Bahía Grande y el Polo Sur, se tenía 90° adicionales, completando los 180° de un hemisferio terrestre, pero que no correspondían a los casi 15,000 km según Estrabón, sino a los 20,000 km, según Eratóstenes. Vespucio entendió entonces que, sumando los casi 180° de longitud conocida entre Europa y un poco más allá de Cipango, más los 90° reconocidos entre Europa y el Nuevo Mundo, dando en total 270°, restaban entonces aún 90°, 10,000 km más, para completar los 360° de un perímetro de la Tierra de 40,000 km. Con ello, Vespucio había descubierto en 1502 la “cuarta parte faltante de la Tierra” que así notificó a su amigo Piero Soderini, a través del cual, unos años después, dicho dato acabó en la Escuela Geográfica de Saint Dié, en manos de Martin Waldseemüller, quien, en justicia al descubrimiento científico de la verdadera dimensión del espacio terrestre, dio el nombre de América a aquellas tierras del Nuevo Mundo ahora bien ubicadas.
Mapa Planisferio de Cantino, 1502; en él aparece la "Cuarta Península", pero, curiosamente, supliendo a la "Tercera Península".
Sin embago, un año después, la misma idea del Mapa de Macrobio fue expuesta por Bartolomé Colón en su mapa de 1503, muy probablemente luego de haber conocido dicho importante Mapa descubierto apenas una década antes.
Mapa de Bartolomé Colón, 1503.
En él se trata de explicar la situación geográfica de las exploraciones hechas hasta 1503.
Otros mapas en los que aparece la representación de la "Cuarta Península" son el portulano de Nicolo Caverio, 1505.
Mapa de Nicolo Caverio, 1505; muy semejante al mapa de Cantino de tres años atrás.
Luego apareció el mapa de Mateo Contarini de 1506, elaborado en una Proyección Polar, en el que también aparece la "Cuarta Península"
Mapa de Mateo Contarini, 1506; le caracteriza el haberse elaborado en una Proyección Polar.
En esa secuencia cronológica, se edita el Planisferio en Proyección Cordada de Waldseemüler, de 1507, conocido con el título de “Universalis Cosmogrphia Secundum Phtolomaei Traditionem et Americi Vespucii Aliorumque Lustrationes”.
Mapa “Universalis Cosmogrphia Secundum Phtolomaei Traditionem et Americi Vespucii Aliorumque Lustrationes”, de Waldseemüller, 1507.
En él, como puede apreciarse fácilmente, Waldseemüller aún no tiene claro conocimiento del descubrimiento de Américo Vespucio, de modo que en 1507 aún registra la existencia de la “Cuarta Península”, al mismo tiempo que da cuenta de la configuración del Nuevo Mundo, al cual da el nombre “América”. Ciertamente, Walseemüller dice en ese largo título a su mapa, el “seguir la tradición de Ptolomeo”, pero lo cierto es que aquí es más bien en donde tal tradición se rompe al identificarse, si bien confusamente, la naturaleza del finis terre al oriente del Mapa de Ptolomeo, con dicha "Cuarta Península".
Un año después a la publicación de "Universalys Cosmogrphia", se publica el mapa de Francesco Roselli, 1508, elaborado en una Proyección Oval.
Mapa de Francesco Roselli, 1508.
Uno de los últimos mapas en que se representa la "Cuarta Península" antes de la expedición de Magallanes, es el elaborado en una Proyección Polar por Joannes Ruysh su "Mapa Universalior Cogniti Orbis", 1508, con el que se incluyen ya la nueva visión del espacio terrestre a aprtir del descubrimiento de Vespucio.
Mapa Universalior Cogniti Orbis, 1508, de Jonnes Ruysh, construido en Proyección Polar siguiendo la idea de Mateo Contarini de dos años antes. Claramente se puede ver ya en este mapamundi: 1) aún la duda sobre la "Cuarta Península", la cual se registra como existente; 2) la configuración del Mundo Nuevo; y 3) Más allá del Mundo Nuevo hacia el Occidente y precisamente más allá hacia el Oriente del finis terre potolemáico con el problema de la "Cuarta Península", se deja ver un espacio terrestre desconocido que abarca casi todo un hemisferio; unos años después, a partir del descubrimiento de la "Mar del Sur" por Vasco Nuñes de Balboa en 1513, se entenderá que esa parte del espacio terrestre, es el del Sinus Magnus: el Océano Pacífico.
Aún en 1511 se tiene el mapa de Bernardo Sylvanus, en donde la "Cuarta Península" aparece en una Proyección Homeótera, y será la última en que se justifique tal configuración del espacio terrestre, pues a partir de ese año tales mapas ya empezarán a dar el dato de la existencia de tal península, sólo por defecto.
Mapa de Bernardo Sylvanus, 1511; en donde la "Cuarta Península" aparece en una Proyección Homeótera.
Es sólo a partir de 1513, pues, que, a pesar de que Waldseemüller intenta una corrección al nombre dado de “América” en su nuevo mapa, un portulano conocido como el “Mapa Typus Universalis”, en realidad se consolida el descubrimiento de Vespucio acerca de “la cuarta parte faltante”, y tal mapa es prácticamente el último en que era lógica la representación aún de la “Cuarta Península”, con lo que culmina así la solución al problema geográfico-histórico más importante.
Mapa Typus Universalis, 1513 (fragmento), de Waldeseemüller
En realidad habrá aún otros mpas más hasta bien entrado el siglo XVI, que aún seguirán registrando la "Cuarta Península", pero ya por defecto, como el Typus Orbis Universalis de 1520, de Pedro Apiano).
Typus Orbis Universalis, 1520, de Pedro Apiano. Aún aparece en él la representación de la "Cuarta Península", pero realmente ya sin justificación ante la información fidedigna de las exploraciones del Nuevo Mundo.
Del mismo modo, menos razón habrá para que en 1529 todavía Girolamo de Verrazano publique lo que será el último mapa en el que se represente la "Cuarta Península".
Planisferio de Girolamo de Verrazano, 1529, en el que para entonces ya era totalmente injustificada la representación de lo que ya era claramente la antigua mítica "Cuarta Península", pues no sólo los portugueses tiempo atrás habían llegado a las Molucas, sino que el mismo Magallanes siete años antes había realizado el famos periplo que había borrado para siempre tal misterio.
Finalmente, en ese mismo año, aparece el mapa de la nueva imagen del mundo, que da cuenta de la real configuración del espacio terrestre ahora conocido, será el portuano de Diego Ribero de 1529.
Mapa de Diego Ribero, 1529.
Y por último, un año después, en el año 1530, Gemma Frisius construye su monumental Globo Terraque metálico, con el que termina así toda una época de la historia de la geografía.
Globo Terráqueo metálico monumental de Gemma Frisius, de 1530. Al centro de la imagen se observa el Sinare Magnum, o Mar de China, que por tanto tiempo se conocio como el Sinus Magnus, confundido con el Océano Pacífico.