Overblog
Seguir este blog Administration + Create my blog

Presentación Del Blog

  • : Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
  • : Espacio Terrestre: objeto de estudio de la Geografía. Bitácora de Geografía Teórica y otros campos de conocimiento del autor. Su objetivo es el conocimiento científico geográfico en el método de la modernidad.
  • Contacto

Buscar

Archivos

10 noviembre 2013 7 10 /11 /noviembre /2013 23:04

1650 Geografía General; Bernardo VarenioQué es la Geografía; la Geografía y los Elementos de la Ciencia Moderna: la axiomatización o el método, en la “Geografía General” de Bernardo Varenio, 1650. Cuarta Parte (30/)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

5 oct 13.

 

Es así que nos es posible ya entender más cabalmente la obra de Varenio en su propia estructura lógica.

 

La Geografía General de Varenio, está formada por tres Libros: el Libro I que denomina “Parte Absoluta”, el Libro II que será la “Parte Relativa”, y el Libro III que llama “Parte Comparativa Terrestre”.  Los tres Libros en su conjunto se componen por cuarenta capítulos, de los cuales, los primeros veintiuno forman el Libro I; ocho capítulos, del XXII al XXX forman el Libro II; y los restantes diez capítulos, del XXXI al XL, integran el Libro III.

 

Y como buena formalización teórica de la geografía como ciencia moderna, la Geografía General de Bernardo Varenio, plantea por primera vez la sistematización de sus fundamentos teóricos: en el capítulo primero, da la definición de la Geografía, su división, objeto de estudio (al que denomina “tema a tratar”), sus propiedades, principios, orden, método, una historia sucinta, y algo que llama “Excelencia de la Geografía” (su importancia y aplicaciones).

 

Como definición de la Geografía, Varenio anota: “Geografía se llama a la ciencia matemática mixta que explica las propiedades de la Tierra y de sus partes relativas a la cantidad, esto es, la figura, la situación, dimensiones, movimientos, fenómenos celestes y otras propiedades similares”[1].  En tal definición, por su traducción, debe observarse que allí donde se dice las “propiedades” de la Tierra, más correctamente debe ser: las “relaciones” entre los fenómenos de la Tierra.  Y allí donde se dice “matemática mixta”, ello no se refiere a la mezcla dela matemática entre las ciencias y sus fenómenos, sino se refiere a que la geografía es lo que hoy denominamos, “matemática aplicada”, en este caso, la “mezcla” o aplicación de la matemática al estudio de la Tierra, tenida, propiamente, como espacio.

 

Por otra parte, esa situación de la existencia de dos corrientes básicas de pensamiento geográfico en el estudio tanto del espacio como en el estudio de los fenómenos, también es observada por Varenio: “Para algunos –dice Varenio– se considera demasiado estrictamente como la sola descripción y distribución de las regiones de la Tierra.  Para otros, en cambio, se considera un campo muy amplio puesto que añade la descripción política de cada una de las regiones”[2].  Varenio descalifica a la primera como una mera “enumeración”; y pasa a tomar partido por la segunda.  Y ello es precisamente lo que nos confundió por tanto tiempo; pero lo cual sólo se refiere a una geografía espacista (como efecto), determinada por una geografía fenomenista (como causa).

 

Luego divide la Geografía en dos campos: el de la Geografía General y el de la Geografía Especial que alude al carácter regional.  Y subdivide a la Geografía General (objeto de tratamiento en esta obra), en Absoluta, Relativa, y Comparativa.  La Absoluta se refiere a las propiedades generales del espacio terrestre; la Relativa a los accidentes de la Tierra debidos a causas celestes; y la Comparativa a las semejanzas y diferencias entre las regiones de la Tierra.

 

A continuación define el objeto de estudio, al que se refiere también como “tema a tratar”, al que expone como: “La Tierra, principalmente su superficie y sus partes”[3].

 

Luego se refiere a las propiedades celestes, terrestres y humanas (los aspectos cosmográfico-cartográficos, los aspectos de la localización y distribución de los fenómenos; y los aspectos socio-antropológicos).

 

Al hacer este nuevo análisis de la obra de Varenio, hemos encontrado una muy interesante y fundamental relación: la relación de lo empírico y lo teórico que existe entre Galileo y Kepler, respecto a Bacon y Descartes, es justo la relación particular en geografía, que existe entre Mercator y Varenio.  Esta última relación es, desde el punto de vista metodológico, esa relación histórica del aporte fundamental de la axiomatización de Euclides, que luego retoman Bacon y Descartes; y que en geografía se da además, entre Varenio y Newton, peculiarmente al cual antecede, cuando aquel establece los principios de la geografía, los cuales refiere como tres: 1) las proposiciones matemáticas (aritméticas, geométricas y trigonométricas); 2) los preceptos y teoremas astronómicos; y 3) la experiencia (lo experimental).

 

E incluso ahora lo podemos decir sin reservas: Varenio no sólo antecede a Newton en esta idea de la axiomatización en función de los principios, sino que el propio Newton mandó imprimir la obra de Varenio, de donde mucho de lo que metodológicamente es Newton, se debe a Bernardo Varenio.

 

En ese sentido, Varenio habla del método, como modo de comprobar la veracidad, particularmente, dice éste, por las “demostraciones, principalmente de las propiedades celestes”[4]; y acerca de la demostración, citamos de Varenio: “este uso es muy estricto y se adapta muy bien a la Geometría, Aritmética y la Geografía”[5].  Y, finalmente, dice Varenio; “También son probadas o puestas en claro muchísimas proposiciones con un globo terráqueo artificial y también un mapa geográfico”[6].

 



[1]       Varenio, Bernardo; Geografía General; Universidad de Barcelona; Colección “Pensamiento Geográfico” N° 2, Departamento de Geografía; Barcelona, 1974; p.134.

[2]       Ibid. p.134 (subrayado nuestro).

[3]       Ibid. p.135.

[4]       Ibid. p.140 (subrayado nuestro).

[5]       Ibid. p.140.

[6]       Ibid. p.140.

Compartir este post
Repost0
3 noviembre 2013 7 03 /11 /noviembre /2013 23:04

1650 Geografía General; Bernardo VarenioQué es la Geografía; la Geografía y los Elementos de la Ciencia Moderna: la axiomatización o el método, en la “Geografía General” de Bernardo Varenio, 1650. Tercera Parte (29/)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

5 oct 13.

 

El tratamiento de los fenómenos en geografía bien data desde los orígenes mismos del pensamiento geográfico: el primero que hizo un mapa, no hizo trazos abstractos vacíos de contenido concreto determinado por algún interés; el primero que hizo un mapa, reflejó en él la realidad del mundo de los objetos materiales.  Y se interesó en el río, la montaña, los cotos de caza y recolección en el bosque o la selva; y no obstante, siendo ello lo secundario en ese mapa en el cual subyacía un problema esencial del pensamiento humano, es decir: dónde se estaba, cuál era el lugar que se ocupaba, y en ese sentido, el resolver el problema esencial de la noción de espacio.

 

Así se explica el por qué la geografía se dirigió por muchos siglos por la vía del conocimiento espacista en la elaboración del mapa; esto es, en el conocimiento de los lugares, de su correcta ubicación o localización en distancia y rumbo, y luego en su determinación  por sus coordenadas geográficas de latitud y longitud, de la verdadera forma y dimensiones en la distribución y forma de la Tierra como planeta.  Los fenómenos, ese mundo de los objetos materiales en general, fueron por todo ese tiempo tan sólo elementos físicos de referencia que daban el conocimiento de las propiedades del espacio terrestre.

 

Hasta que uno de esos espíritus polifacéticos en el conocimiento, ese pensador muy propio de la época de la filosofía de la naturaleza, llamado Posidonio, que dio primacía al saber acerca de los fenómenos, hizo ver la diferencia, y en cierto modo hasta la contrariedad, en el verdadero propósito de la ciencia de la geografía, poniendo en entredicho el si ésta era una ciencia de los mapas (intuitivamente, del espacio terrestre), o si lo era de los fenómenos; y, en consecuencia, si en vez de que fuese el mapa (el espacio) el determinado (como efecto) por los fenómenos (como causa), fuesen los fenómenos los determinados (el efecto), por el mapa (espacio, como causa).

 

Como puede apreciarse, la diferencia es muy sutil dado su carácter relativo, pero, finalmente, problematiza sobre qué es causa y qué es efecto en los estudios en geografía; y en tanto lo que ha de interesar al geógrafo es ese efecto que se constituye como su objeto de estudio, ha de elegir, entonces entre el estudio de los fenómenos cuya causalidad está en las propiedades espaciales; o el estudio del espacio, cuya causalidad está en la “influencias” o “relaciones” entre los fenómenos.  Dependiendo de la elección que se haga de una u otra opción, se dará entonces, ya una geografía fenomenista, o bien una geografía espacista.

 

Y si bien la geografía espacista de la época de la modernidad en la Ilustración, mostró su limitación en el estudio de ese efecto suyo muy propio, que es el espacio subyacente en un mapa, entendido sólo por un conjunto limitado de propiedades cualitativas, enfrentando de fondo una realidad y naturaleza del espacio ni siquiera planteada; la geografía fenomenista que finalmente se mostró como parte necesaria de los estudios en esta ciencia, tuvo a su vez sus limitaciones en el estudio de una “influencias” o “relaciones” que como tales se sumaban a ese conjunto de propiedades del espacio, pero que en la consideración de relaciones simples y generales, hacían una geografía fenomenista, a su vez, simple (descriptivista, y general (de una totalidad puramente empírica); y en la medida que se exigía una consideración de relaciones más complejas y particulares, hacía ahora una geografía fenomenista que se descomponía en una identidad con las múltiples ciencia especiales.

 

De tal modo, el problema de la contradicción histórica esencial de la geografía no se resolvió, antes al contrario, se profundizó con la primera sistematización histórica de los fenómenos, lógicamente consistente, haciendo evidente una profunda contrariedad en la que, si bien una concepción de la geografía no negaba y excluía a la otra, no dejaba en claro cuál era realmente el efecto propio como objeto de estudio de la ciencia geográfica.

 

La primera sistematización de los fenómenos históricamente dada en geografía, ocurre desde el ámbito mismo de la geografía espacista.  Es decir, en la Geografía General (1650), de Varenio, en la que por mucho tiempo tuvimos dudas sobre su clasificación en el pensamiento geográfico (justo por haber sido esa primera sistematización histórica de los fenómenos; pero que hoy entendemos ya que responde plenamente a los principios de la geografía espacista.  Esa sistematización de los fenómenos, sólo es eso: una lógica de relación causal de los mismos en el tratamiento geográfico, en donde dichos fenómenos son tratados como tales, sin que, por más que Varenio les denominase como “factores” o elementos causales, este concepto no significó una abstracción y generalización teórica de los mismos, sino que sólo aludió su función secundaria; esto es, que, luego de observado el efecto (las propiedades espaciales), en un primer momento, se considera entonces, en un segundo momento, las causas (los fenómenos que determinan esas propiedades espaciales).

 

Compartir este post
Repost0
27 octubre 2013 7 27 /10 /octubre /2013 23:04

La Geografía y el ComercioQué es la Geografía; la Geografía y los Elementos de la Ciencia Moderna: la axiomatización o el método, en la “Geografía General” de Bernardo Varenio, 1650. Segunda Parte (28/…)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

5 oct 13.

 

La Geografía General de Varenio, de 1650; obra dice el título mismo según su traducción del latín, “en la que se explican las propiedades generales de la Tierra”, a nuestro juicio, la palabra en latín “affectiones”, que se ha traducido como “propiedades”, debe traducirse como “influencias” o “relaciones”.

 

Como “propiedades”, el concepto incide más directamente en la naturaleza de la cosa en sí misma.  Pero como “relaciones”, el concepto alude, en cierto modo, a un atributo espacial, en el vínculo entre dos cosas separadas.  Y lo que se explica en esta obra, a nuestro juicio, no son las “propiedades” de la Tierra a manera de estudio de los fenómenos en sí mismos, sino las “influencias” o “relaciones” entre ellos.

 

El aspecto que se plantea no es trivial, tiene que ver con una interpretación ya fenomenista, o bien espacista de esta obra fundamental en la historia del pensamiento geográfico, justo en un momento en que la geografía  de la Ilustración tiene un contenido espacista, y la consideración de los fenómenos en esta ciencia en ese momento, dice Varenio, está en que no son más que “factores” (terrestres, celestes o humanos); esto es, dice el diccionario de la lengua,: “elementos que contribuyen a causar un efecto”, y esos efectos que se estudian aquí, en la ciencia de la geografía, se refieren a las propiedades del espacio.  Más aún, dice Varenio en la definición que él mismo da de Geografía refiriéndose a las propiedades del espacio, dice: “…de las partes relativas a la cantidad, esto es, la figura, situación, dimensiones, movimientos…”.

 

La ciencia (etimológicamente, el conocimiento en sí), ya como conocimiento riguroso para establecer la verdad objetiva, se define puntualizando sus propiedades esenciales en una rigurosa lógica deductiva, en los Elementos, de Euclides (330-275 ane); apenas éste haciendo en seguida conexión de contemporaneidad, con Aristóteles (384-322 ane) y con Epicuro (341-320 ane); siendo antecesor inmediato de Arquímides (287-212 ane), o de Eratóstenes (276-196 ane); es decir, en el momento del esplendor de la ciencia clásica griega.

 

Jay R. Green, en su obra “100 Grandes Científicos”, comienza la biografía de Euclides de la siguiente manera: “La gran poetiza norteamericana Edna St. Vincent Millay, que tenía el Universo entero e ilimitados siglos para escoger la esencia de la belleza, rindió tributo a la belleza de la lógica y esplendor de los relámpagos de una visón transformada en un orden lógico de punto claro…  Euclides fue uno de los que crearon el arte de ordenar las ideas en su forma superior mediante el argumento deductivo”.

 

Al final de esa biografía, su autor expone: “La obra de Euclides…, dio a los hilos de la ciencia y a la filosofía principios que le sirvieron de guía y un método ([el] razonamiento deductivo), para el análisis lógico y la solución de los problemas”.

 

Luego del renacer de la ciencia clásica griega, en ese período histórico conocido por ello como el Renacimiento, durante principios del siglo XVI a mediados del siglo XVII, advino el período de la llamada Ilustración, de mediados del siglo XVII, a fines del siglo XVIII.  Ambos períodos fueron la denominada Época Moderna; de donde a aquel renacer de la ciencia se le conoce a su vez como el de la ciencia de la modernidad, en particular, ya de la modernidad en que tiene lugar la integración rigurosa de la ciencia, y específicamente, del método de la ciencia de la modernidad ilustrada.

 

Esta última, cifrada entre los pensadores de la geografía en los extremos de su origen y fin, están Gerardo Mercator, a partir de 1569 con su Proyección Conforme; Bernardo Varenio en 1650 con su Geografía General; y José Antonio Villaseñor y Sánchez con su Theatro Americano de 1748; y José Antonio de Alzate y Ramírez, con su Estado de la Geografía de la Nueva España y Modo de Perfeccionarla, de 1772.  Esto es, entre el origen de la aplicación rigurosa de una lógica apodíctica que no sólo dio lugar a la primera sistematización histórica lógicamente consistente de los fenómenos en geografía, sino dada esta geografía a su vez, en la axiomatización deductiva a partir de ciertos principios; hasta el carácter predictivo y de organización del espacio geográfico, dado en el necesario vínculo de la Cartografía (el análisis del espacio terrestre), y las Relaciones Geográficas (en ordenamiento de los fenómenos).

 

De este modo, esos elementos finales de la ciencia moderna ya rigurosa en el método del conocimiento de la verdad objetiva, son: la axiomatización y la sistematización lógicamente consistente de los fenómenos en geografía, expuestos por Varenio; y tanto el vínculo dialéctico entre el análisis del espacio y los fenómenos que le determinan, como la función predictiva de la ciencia, expuestos por Alzate.

 

Correlaciones-en-la-Modernidad-Ilustrada.jpg("Clik" en la imagen para amplificar) 

Cuadro de la Correlación en la Modernidad Ilustrada, tanto de la Ciencia y del Método de la Ciencia, con los Elementos del Método de la misma entonces aportados.

 

       Varenio, Bernardo; Geografía General; Universidad de Barcelona, Colección “Pensamiento Geográfico” N° 2; Departamento de Geografía; Barcelona, 1974; p.134.

       Green, Jay R; 100 Grandes Científicos; Editorial Diana; 1ª edición, 1965; 7ª impresión, 1977; México, 1977; p.20.

       Ibid. p.23

Compartir este post
Repost0
20 octubre 2013 7 20 /10 /octubre /2013 22:04

Qué es la Geografía; la Geografía y los Elementos de la Ciencia Moderna: la “Geografía General” de Bernardo Varenio, 1650. Primera Parte (27/)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

5 oct 13.

 

Podrá parecer no-creíble, pero, por fin, luego de casi treinta años (27 para ser exactos), y en ese lapso a saber cuántas lecturas, hemos podido entender una obra fundamental para la ciencia de la geografía: la Geografía General, de 1650, de Bernardo Varenio.

 

Por una afortunada apostilla fechada, hecha en la página 92, ya casi al final de su Epístola dedicada a los Cónsules de Amsterdam y expuesta a manera de introducción, en la que escribimos: “¡Vaya, si lo hubiera leído en 1982, pero sólo lo he conseguido [este documento] hasta 1986”!, es que puedo hacer ese conteo de años de lectura.

 

Y es que Varenio divide a la Geografía en dos niveles de conocimiento: uno General (del estudio de la Tierra como planeta en su conjunto), y otro que él llama Especial (del estudio de la misma naturaleza que en lo general, pero restringido a las regiones del planeta), y en dicha cita a la que corresponde la apostilla, Varenio escribe: “…los jóvenes, mientras aprendían lo especial de esta disciplina, ignoraban, en su mayor parte, sus fundamentos, y a la misma Geografía apenas se le podía aplicar el calificativo de ciencia”[1].  Y es de ahí, dice Varenio, de donde se ocupó en elaborar su Geografía General.

 

Si esta cita la hubiéramos tenido en 1982, sin lugar a dudas habría ocupado un lugar preeminente en nuestra tesis de Licenciatura, y por dos razones: 1) el que una disciplina de conocimientos, sin fundamentos teóricos (lo cual fue todo el propósito de nuestra tesis), no puede calificarse de ciencia, por lo menos en el sentido riguroso del término, asunto que muy difícilmente entienden los geógrafos de todos los tiempos, en particular los fenomenistas; y 2) que una geografía de puras aplicaciones, meramente pragmática, tampoco es científica, tal como sigue sin entenderse aún hoy en pleno siglo XXI; y ya dicho por Varenio y no por mí, daba otro peso a lo que estaba afirmando en mi tesis.

 

Tardamos en entender esta obra, primero, paradójicamente, por la desconfianza en el Estudio Introductorio que elabora Horacio Capel en 1974 (un año antes de que ingresáramos a la Facultad para cursar los estudios de geografía).  Habíamos descubierto en nuestra investigación la contradicción histórica fundamental de la geografía dada entre una “geografía espacista” y una “geografía fenomenista”, y ubicábamos a Capel en esta última, tomando entonces con muchas reservas su interpretación de la obra de Varenio (empezando por el término “affectionis”, que él equivale a “propiedades”; cuando para nosotros, primero intuitivamente y luego de su traducción real, derivaba de “afecto”, “cariño”, y significaba, en consecuencia, “influencias”, “relaciones”, o “efectos”, e incluso “relaciones de causa-efecto”); en segundo lugar, porque en sí, el momento histórico que se abre precisamente tanto con Mercator (1569), como con Varenio (1650): el de la Modernidad Ilustrada (que deja atrás la Modernidad Renacentista de la ciencia clásica griega, para, a diferencia de la ciencia clásica de la Antigüedad, inaugurar ahora la ciencia de la modernidad), nos fue difícil entender por su suma complejidad que, ahora lo sabemos, confunde a no pocos y connotados estudiosos de los aportes de esta época.  Pero, en tercer lugar, esencialmente, porque no teníamos, ni existían, las herramientas teóricas en geografía como para poder entender el pensamiento geográfico en Varenio; dichas herramientas conceptuales las tuvimos incluso que elaborar, y en un muy largo proceso que ha comprendido nuestras elaboraciones teóricas hasta hace unos meses.

 

Entender las “affectionis” como “relaciones”, incluso de causa-efecto, alude, en cierto modo, a un atributo espacial en el vínculo entre dos cosas separadas; como “propiedades” de la Tierra, el concepto incide más directamente en la naturaleza de la cosa en sí misma.  Y lo que se explica en esta obra, a nuestro juicio, no son las “propiedades” de la Tierra a manera del estudio de los fenómenos de ésta en sí mismos; sino las “influencias”, o “relaciones de causa-efecto” entre ellos.

 

El aspecto que se plantea no es trivial, tiene qué ver con una interpretación ya fenomenista o bien espacista de esta obra fundamental en la historia del pensamiento geográfico, justo en un momento en que la geografía de la Ilustración tiene un contenido espacista, y la consideración de los fenómenos en esta ciencia, en ese momento, dice Varenio, no son más que “factores”[2] (celestes, terrestres, o humanos); esto es, dice el diccionario de la lengua: “elementos que contribuyen a causar un efecto”; y esos efectos que se estudian aquí, en la ciencia de la geografía, se refieren a aquello dado empíricamente a la vista, a las sensaciones, a la percepción, en cuanto a las propiedades del espacio: más aún, dice Varenio en la definición que él da de Geografía: se refieren a las propiedades del espacio, “…de las partes relativas a la cantidad, esto es, la figuras, situación, dimensiones, movimiento…”[3].

 



[1]        Varenio, Bernardo; Geografía General; Ediciones de la Universidad de Barcelona; Colección “Pensamiento y Método Geográfico N° 2”, Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona (edición parcial a cargo de Horaco Capel Saes); Barcelona, 1974.

[2]        Ibid. p.145.

[3]        Ibid. p.134.

Compartir este post
Repost0
13 octubre 2013 7 13 /10 /octubre /2013 22:04

Laboratorio Científico del s.XVIIQué es la Geografía; la Geografía y los Elementos de la Ciencia Moderna: la Hipótesis. (26/)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

28 sep 13.

 

Hipotesis non fingo”, “no imagino, o hago, hipótesis”, decía Newton a principios del siglo XVIII; y si Newton decía que no hacía hipótesis, Bacon y Descartes ni siquiera le mencionan como elemento  necesario y fundamental del conocimiento.  Hassta mediados del siglo XVIII haubo un descrédito de la hipótesis como consecuencia de su corrupción en la escolástica medieval, dada en la llamada lógica erística, la cual operaba el silogismo, no como juicios que requerían ser intrínsecamente verdaderos reflejo objetivo de la realidad, o juicios necesarios; sino como los llamados “juicios problemáticos”, es decir, como la elaboración ad hoc al consiguiente deseado, creyéndose, en el subjetivismo propio de la metafíscia de la época, que bastaba una esrtucturación correcta del silogismo con apego a sus leyes, para que de ello derivara un conocimiento verdadero.

 

No es sino hasta esos mismos momentos de Newton (fines del siglo XVII, que en el Monasterio de Port-Royal, Frncia, se está depurando esa lógica, a la que ahora se le denominará lógica apodíctica (de los juicios necesarios o que han de ser intrínsecamente verdaderos, como condición de un consiguiente realmente verdadero), pero que tardará aún poco más de medio siglo, sólo después de los trabajos de Spinoza y Locke, en determnar una revaloración de la hipótesis en el proceso del conocimiento.

 

En consecuencia, en geografía; como en las demás ciencias; entre Mercator y Nicolás Sanson, la hipótesis, como a decir de Newton, no estará presente de manera destacada como recurso de método en el hacer de la ciencia.  Sin embargo, ese hacer en el conocimiento científico, de manera natural, objetiva, implicaba “ciertos supuestos” que el propio Newton no podía evitar.  Esto hace un tanto más complejo rescatar el razonamiento hipotético en los autores de la Ilustración o Época Moderna, en tanto que en ellos es algo negado y no obstante existente muy a su pesar.

 

Aún en José Antonio de Alzate y Ramírez en los años setenta del siglo XVIII, eoso “ciertos supuestos” pueden apreciarse como las necesarias asociaciones de hechos en una posible relación cuasal hipotética, no obstante, dadas no en el ámbito propio de lo que se entendió como geografía durante la Ilustración, sino en un Alzate polifacético abordando diversos campos de las ciencias.

 

Una vez rescatado el justo valor de la hipótesis en el rigor del silogismo, es donde ésta corresponde al consiguiente deducido, el conjunto de las ciencias pudo ya desarrollarse de manera certera a lo largo de los siglos XIX y X, pero, a excepción de la geografía, que aún se limitó a la “descripción de los hechos”.  El rescate de la hipótesis en la Ilustración en el campo de la geografía, es un hecho adicional nada estudiado.  Nosotros mismos sólo hemos estudiado el caso de Gerardo Mercator, analizado en un artículo anterior de esta serie.

 

De ahí que la no-consolidación de la geografía como ciencia rigurosa, como ocurría con todas las demás en ese período, no sólo fue determinado en particular por la falta de precisión en cuanto al objeto de estdio, sino, en general, por la aparente ausencia del desarrollo de la hipótesis propiamente geográfica (espacista), a diferencia de las demás ciencias en que la hipótesis se fue haciendo cada vez más evidente como una necesidad en el método de investigación y del conocimiento científico.

 

A la complejidad de la determinación completa de la geografía como ciencia rigurosa (que en su base lo era), se sumó algo que de antiguo, había estado ahí siem´re confundiendo el verdadero objeto de estudio: el tratamiento e los fenómenos naturales y sociales (onjeto de estudio cada uno, de cada una de las ciencias especiales), que finalmente en este período de la Ilustración, se hicieron condición necesaria del conocimiento geográfico, implicando el tener que determinar la manera propia en que ello habría de ser en esta ciencia.

 

Compartir este post
Repost0
6 octubre 2013 7 06 /10 /octubre /2013 22:04

Laboratorio Científico del s.XVIIQué es la Geografía; la Geografía y los Elementos de la Ciencia Moderna: los Protocolos. (25/)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

16 sep 13.

 

Un segundo elemento esencial e la ciencia moderna luego de la lógica, es el relativo a los Protocolos; esto es, a los procedimientos que, sobre la base de la lógica, despliegan en lo más general el método de la ciencia.

 

En el hacer de la ciencia: Mercator (1512-1594) en geografía, y antecediendo a Galileo (1564-1642) en física, como a Kepler (1571-1630) en astronomía referidos más comúnmente en el inicio de la ciencia moderna, realizaron el trabajo empírico de la misma; tal como Bacon (1561-1626), y Descartes (1596-1650), efectuaron la necesaria abstracción y generalización de su hacer en un cuerpo de teoría, que en Bacon se sintetizó en su Nuevo Organon (su “Nueva Lógica”), de 1620; como en Descartes lo fue en su Discurso del Método, de 1637.  El primero, centró su observación del procedimiento científico en lo práctico o empírico y la inducción lógica (siendo esto lo novedoso en la ciencia), y el segundo lo hizo en lo teórico o racional y la deducción.

 

De Bacon en lo empírico-inductivo nos quedó su exigencia experimental y su valioso recurso de las Tablas de Relación Causal; y de Descartes en lo racional-deductivo nos quedó su exigencia de la duda metódica y sus Reglas del Método: 1) la intuición, 2) el análisis, 3) el ir de lo simple a lo complejo, y 4) la relación completa.

 

Posteriormente a todos ellos, finalmente, agregó al problema del protocolo en la investigación científica, Isaac Newton (1643-1727), quien en sus Principios Matemáticos de la Filosofía Natural, de 1687, nos dejó sus Reglas de la Deducción, que en forma de principios o causas generales (esto es, principios por los cuales entendía el paso de una causalidad particular a una causalidad más general), resumía en: 1) de simplicidad o suficiencia, 2) de uniformidad o generalización, 3) de deducción, y 4) de veracidad o inducción.

 

Luego de Galileo y Kepler, todos los físicos y astrónomos (en estos casos), siguieron por le mismo camino de procedimiento en la investigación científica, detallándolo, perfeccionándolo, y de esa manera desarrollando el método de la ciencia.  Pero en geografía, luego de Mercator, sólo unos cuantos geógrafos intentaron ir por el mismo camino, particularmente Nicolás Sanson D’Aveville (1600-1557), quien elabora la Proyección Sinusoidal con el principio de equivalencia; Guillermo Delisle (1675-1726), que construye una Proyección Secante Conforme; La Condamine (1701-1774) y Maupertuis (1710-1770), que miden sendos arcos de meridiano, ecuatorial y polar, con lo que se determina la figura elipsoidal de la Tierra; y finalmente Euler (1707-1783), Goone (1727-1794), Lambert (1728-1777), Albers (1773-1833), y Mollweide (1774-1825), todos ellos elaboradores de una geografía espacista (cartográfica), de la que puede rescatarse sin dificultad los elementos deductivo-inductivos preestablecidos en los protocolos del hacer de la ciencia.

 

En México, entre los criollos de la Nueva España de aquel entonces, estarán Carlos de Sigüenza y Góngora (1637-1699), quien como mexicano elabora un primer mapa; Joaquín Velázquez de León (1732-1786), de profuso trabajo cartográfico y fundador del Colegio de Minería; y particular y destacadamente, José Antonio de Alzate y Ramírez (1737-1799), a quien atribuimos la síntesis de la geografía de la Ilustración y con ello la consolidación y fundación de la geografía como ciencia moderna (no sólo en México, sino en el mundo); si bien, con una limitación muy propia en esta ciencia respecto de todas las demás; todos los cuales, a su vez, en una geografía espacista, reflejaron necesariamente esos preceptos protocolares, en general, de la ciencia moderna.

 

La geografía en tanto ciencia, no sólo supondrá, pues, la demostración lógica, sino el apego a los preceptos protocolares experimental y deductivo-inductivos.  Y nada de ello se verá en la introducción del estudio fenomenista en esta ciencia, en la que, al mismo tiempo, ello se constituirá ya en una parte necesaria del hacer geográfico, aun cuando limitado a la descripción cualitativa de lo empírico-concreto: el registro y representación cartográfica (espacial) de la naturaleza en la diversidad de sus fenómenos, que luego desvió la atención del pensar geográfico a los fenómenos mismos en el estudio de sus relaciones causales propias, en calidad de sus propios especialistas.

 

Así, los desarrollos del método de la ciencia no fueron suficientes en geografía para ser plenamente estatuida como tal.  Y la diferencia en ello respecto del resto de las ciencias especiales que sí se forman plenamente desde esa época, estuvo en que, en geografía, el objeto de estudio no estaba aún determinado y menos definido, como sí lo estaba ya en el resto de las ciencias.  Éste se tendría por todos los geógrafos ahí a la vista en el mapa: el espacio; pero aún tendría que transcurrir casi todo el siglo XIX para que, eso que estaba ahí, se empezara a abstraer y generalizar.

 

Compartir este post
Repost0
22 septiembre 2013 7 22 /09 /septiembre /2013 22:04

GT Mercator 1536Qué es la Geografía; la Geografía y los Elementos de la Ciencia Moderna: la Lógica.  (24/)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

13 sep 13.

 

Entre 1530 y 1570, la geografía comenzó a ser el nuevo reflejo del nuevo panorama del mundo.  Se continuó produciendo al ritmo con que lo venía haciendo: Sebastián Münster publica su Cosmographia Universalis en 1532 en una Proyección Oval; Battista Agnese en 1542, a su vez en una Proyección Oval, edita su famoso mapa que registra el periplo de Magallanes; Sebatián Cabot en 1544, también publica su carta geográfica en Proyección Oval con una curiosa modificación en la relación en las distancias entre paralelos y meridianos; hasta llegar a Mercator y su Proyección Cilíndrica Tangente Conforme en la que conservando el ángulo magnético en un travesía marítima, se sigue la ruta más corta entre dos puntos; es con Mercator junto con Ortelio y Hondio, con los que ya se está de lleno en la geografía de la Época Moderna.

 

El significado de fondo de esta modernidad para la Geografia, es que, luego del renacer de la ciencia clásica griega y superadas sus aristotélicas y ptoloméicas limitaciones, enfrenta, como todas las demás disciplinas de conocimientos, su elaboración como ciencia moderna, es decir, apegada a un estricto y riguroso método de demostración de la verdad en el conocimiento.

 

Siguiendo la idea de Umberto Eco en su novela El Nombre de la Rosa (hecha película cinematográfica), ya no se trata de mostrar (de monstrare, exponer o enseñar a la vista –v. Pequeño Larousse), las muertes de los clérigos del monasterio como consecuencia de la inasible conspiración del maligno, sino ahora de lo que se trata es de demostrar (de demosnstrare, probar de forma inequívoca la verdad de algo –v. Pequeño Larousse), tales sucesos, por las causas reales.

 

Esto es que, el esencial procedimiento en el conocimiento científico, es ahora una propiedad deductiva, es decir, un asunto de lógica, por la cual dicho conocimiento es un “razonamiento que deduce la verdad de una proposición partiendo de axiomas que se han enunciado” (v. demostración –Pequeño Larousse).  De lo que se trata haora, es de la razón, y ya no de la fe.  De lo que se trata ahora, es del raciocinio y del pensar, y ya no del dogma o afirmación por decreto y la creencia.

 

La atención a la lógica, al raciocinio, al pensar, es la esencia de la modernidad.  La forma en que el entendimiento humano se produce, es lo que ocupó el centro de la atención de los pensadores de la moderna ilustración.  Se superó con ello la lógica erística (el arte del uso de la palabra para convencer mediante las premisas ad hoc o problemáticas), que venía de la Antigüedad con Sócrates y los sofistas, y fue la esencia del pensar en la escolástica de la Edad Media, reemplazándola por la lógica apodíctica (de la demostración de la verdad a partir de las premisas intrínsecamente verdaderas o necesarias), que comenzó a desarrollarse desde el siglo XIII en la abadía jansenista de Port-Royal, en Francia, y que alcanzó su máximo desarrollo entre los ilustrados del siglo XVIII.

 

Esta lógica apodíctica, no obstante, tuvo limitaciones en el mecanicismo de la época, por el cual, las premisas, si bien reflejo objetivo de la realidad objetiva, no consideraba aún esa realidad en su naturaleza contradictoria, lo cual habría de ser superado a partir de Hegel desde el idealismo metafísico, como, principalmente ya por Marx y Engels en el materialismo dialéctico durante el siglo XIX en la lógica dialéctica.  Así, quien pretende hacer ciencia, tiene como primera condición, saber lógica, y en consecuencia, lo primero que debe buscarse en la geografía como ciencia moderna ilustrada, es su planteamiento lógico en el proceso del conocimiento deductivo-demostrativo.

 

Un primer paso en ese sentido lo dio precisamente Gerardo Mercator a partir de 1569 en que construyendo su Globo Terráqueo (un modelo a escala del espacio terrestre concreto) éste se constituye como la premisa antecedente, cuyo principal contenido es: 1) el demostrado perímetro de la Tierra (en tanto espacio terrestre), de 40,000 km; 2) la existencia de una declinación magnética (propiedad nueva del espacio terrestre descubierta), cuyo valor de 0° dse localizaba  justo en las costas orientales del Nuevo Mundo, particularmente en Yucatán, México; y 3) que la línea loxodrómica sobre la esfera (propiedad esencial del espacio terrestre), tras una espiral al polo al cortar todos los meridianos bajo un mismo ángulo.

 

A dicha premisa antecedente, Mercator medió en la premisa menor o de tesis, una nueva tesis propia: <<Desplegar la esfera en un mapa de tal modo que la espiral en la esfera de la loxodrómica, de  una ruta magnética constante>>.  Ello haría que la loxodrómica en el mapa, se comportara como la ortodrómica en la esfera.

 

El consiguiente deducido, el cual opera a manera de hipótesis, sería entonces: <<la elaboración de un mapa en la Proyección Cilíndrica Tangente Conforme>>.

 

La demostración de la tesis tendría que hacerse mediante la verificación de la hipótesis.  Y en tanto tal Proyección Cartográfica verificó la condición de la tesis, la Geografía como ciencia moderna rigurosa en el estudio del espacio terrestre, dio su primer paso.

 

Compartir este post
Repost0
15 septiembre 2013 7 15 /09 /septiembre /2013 22:04
012 V Mapa de Macrobio (sección modificada)Qué es la Geografía; el Análisis del Espacio Terrestre del Siglo XV al XVI. (23/)
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
03 ago 13.
 
Si en la Antigüedad entre los griegos el análisis del espacio terrestre se centró esencialmente en el problema de sus dimensiones, y en la Edad Media el problema del espacio terrestre consistió, sorprendentemente, en admitir su naturaleza tridimensional a imagen y semejanza del Tabernáculo sagrado; y en el renacer de la ciencia griega entre los siglos XV a XVI, ese análisis se centró en la forma o configuración, a partir de ciertos componentes que venían, unos como hipótesis, otros con cierta confusión de información.
 
El antecedente de todo es el propio Perimetrón de Anaximandro, pero ya en el terreno de las hipótesis, Crates había dejado prevista la existencia de los “continentes de contrapeso” (Periécos y Antípodas), los cuales estarían más allá del finis terre ptolemáico; y en el ámbito de la información confusa, Prolomeo legó su mapa del mundo hasta entonces conocido, que en el finis terre al extremo oriente, aparecía la extensión de Asia cerrando el Océano Índico al conectarse con las Antípodas.


003 Mapa Original de Anaximandro (Autor)
  Perimetrón de Anaxiandro.  Asociado al problema aquí tratado, aún en el se desconce la región misma de Asia.

Globo Terráqueo de Crates
Hipótesis geográfica en el Globo Terráqueo de Crates: la existencia de masas continentales más allá del finis terres ptolemáico.
011 I ane Proy Cónica Secante de Ptolomeo
Mapa de Ptolomeo en el que se aprecia hacia el extremo oriente del Océano Índico, un Sinus Magnus con unas costas de tierra que cierran al mismo.  Ese "Sinus Magnus" es, confusamente, el Océano Pacífico; y esas costas de tierra continetal en el finis terre, es la información confusa de la existencia de América proveniente de los chinos.

Esa extensión hacia el sur de China en lo que se conocía como la provincia de Manguí y las tierras de Cattigara, en el curso de la Edad Media se fue transformando en unas geografías ya como la “Cuarta Península” (luego de la arábiga, la índica, y la de Málaca); o en otras geografías, ya como un “Continente-Isla” denominado como el “Quersones Áureo” (de khersos, continente; y nesos, isla; y áureo, de oro, entendiendo por ello un continente-isla de grandes riquezas); e incluso en un tercer grupo de geografías, ni siquiera registrándose ni península ni continente-isla alguno.
 
Así, al llegar al Renacimiento (ss.XV-XVI), ese problema no resuelto se constituyó en principal punto de discusión en el análisis de la forma o configuración de espacio terrestre.
 
015 1489 Mapa de Toscanelli
Mapa de Toscanelli, 1457.
Con este mapa se inicia, a nuestro juicio, el Renacimiento en Geografía, en función de que se retoma nuevamente la idea de una cartografía proyectiva, en este caso, en una Proyección Trapezoidal, y mapa en el que, basado en el perímetro de Estrabón, Asia quedaría muy próxima por la Ruta de Occidente.  Pero el Mapa de Toscanelli tenía algo más: el registro que reconocía la existencia de la “Cuarta Península”.
  
Prácticamente es con el Mapa de Toscanelli que Martin Behaim construye su Globo Terráqueo de 1492, en el que, en consecuencia, está presente la “Cuarta Península”, sin que se reconozca “Paso del Sur” alguno.
 
  Globo Terráqueo de Behaim
Globo Terráqueo de Behaim, 1492.
Cristóbal Colón conoció tanto del Mapa de Paolo del Pozo Toscanelli, como del Globo Terráqueo de Behaim, y ellos le sirvieron como argumentos científicos para validar su <<viaje al Oriente por la Ruta de Occidente>>, que no obstante dar registro ambos documentos a la “Cuarta Península”, no daban cuenta de la existencia del “Paso del Sur”.
 
Al arribo de Colón en 1492 a las tierras del Nuevo Mundo, que se creyeron fuera Asia, y de sus primeras exploraciones hasta 1496, en que no se encontró el llamado “Paso del Sur” en el Estrecho de Basmán narrado por Marco Polo, ello abrió la discusión de ese análisis del espacio terrestre, principalmente, a raíz del descubrimiento en 1493, del mapa anónimo recopilado por Macrobius Ambrosius Theodosius en sus Comentarios al Sueño de Escipión, de Cicerón, de fines del siglo IV.
 
  012-V-Mapa-de-Macrobio--seccion-modificada-.jpg
Mapa de Macrobio, siglo IV (encontrado en 1483).
Mapa en el que se daba, para ese entonces del inicio de la Edad Media, la sorprendente configuración más posible, que explicaba, por una parte, la información acerca de la “Cuarta Península”; y por otra parte, la información de la extensión de otras tierras más allá del Sinus Magnus.  Acerca de la banda que cruza el estrecho entre Asia y la “Cuarta Península”, el Dr. Gustavo Vargas era de la opinión de que tal registro debió haberse hecho al usar el mapa a su descubrimiento, justo en 1483, no obstante, observamos que la tipografía es la misma, de donde el problema del "Paso del Sur", vendría desde mucho antes de Marco Polo.  Por lo demás, aquí se identifica la Península de Malaya, de haber ese estrecho, con el famoso "Quersoneso Áureo", y de ahí que con esa idea se haya propagado hasta la época del Renacimiento (cabe hacer notar, a su vez, la confusión o ausencia de la Península de Arabia, quizá identificada con Etipoía..
 
Sin duda, con la información proveniente de los descubrimientos y exploraciones del Nuevo Mundo, particularmente por las cuales se daba cuenta de la aparente existencia de la “Cuarta Península” reconocida en esas tierras, aun cuando no se reportaba haber descubierto el famoso “Paso del Sur”, en 1498 aparece el interesante Mapa de Henrico Martel Germano.
 
 
1498 Henrico Martellus, 1498
Mapa de Henrico Martel Germano, 1498.
En él, sin ambigüedad alguna, se opina: 1) que la “Cuarta Península” si existe; y 2) que el tan buscado “Paso del Sur”, por lo contrario, no existe.
 
Con esa noción de que la “Cuarta Península” era un hecho, se editó el mapa de Cantino, 1502; justo en el año en que Américo Vespucio realiza su famoso viaje a las Antípodas, en el que, “por su navegación” –dice Vespucio refiriéndose a su travesía desde Portugal a los 40° jN, hasta Bahía Grande en el extremo sur del Nuevo Mundo, a los 52° jS, sumando 90° de recorrido–, descubrió que, al mismo tiempo, en las unidades de distancia de su tiempo, esos 90° de recorrido eran equivalentes a 10,000 km, pero que sumando los 50° entre Portugal y el Polo Norte, más los 40° entre Bahía Grande y el Polo Sur, se tenía 90° adicionales, completando los 180° de un hemisferio terrestre, pero que no correspondían a los casi 15,000 km según Estrabón, sino a los 20,000 km, según Eratóstenes. Vespucio entendió entonces que, sumando los casi 180° de longitud conocida entre Europa y un poco más allá de Cipango, más los 90° reconocidos entre Europa y el Nuevo Mundo, dando en total 270°, restaban entonces aún 90°, 10,000 km más, para completar los 360° de un perímetro de la Tierra de 40,000 km. Con ello, Vespucio había descubierto en 1502 la “cuarta parte faltante de la Tierra” que así notificó a su amigo Piero Soderini, a través del cual, unos años después, dicho dato acabó en la Escuela Geográfica de Saint Dié, en manos de Martin Waldseemüller, quien, en justicia al descubrimiento científico de la verdadera dimensión del espacio terrestre, dio el nombre de América a aquellas tierras del Nuevo Mundo ahora bien ubicadas.

1502-Mapa-de-Cantino--1502.jpg
 
  Mapa Planisferio de Cantino, 1502; en él aparece la "Cuarta Península", pero, curiosamente, supliendo a la "Tercera Península".
 
Sin embago, un año después, la misma idea del Mapa de Macrobio fue expuesta por Bartolomé Colón en su mapa de 1503, muy probablemente luego de haber conocido dicho importante Mapa descubierto apenas una década antes.
 
 
1503-Mapa-de-Bartolome-Colon.jpg
Mapa de Bartolomé Colón, 1503.
En él se trata de explicar la situación geográfica de las exploraciones hechas hasta 1503.
 

                                       Otros mapas en los que aparece la representación de la "Cuarta Península" son el portulano de Nicolo Caverio, 1505.

1505-Mapa-de-Nicolo-Caveri--1505.jpg
Mapa de Nicolo Caverio, 1505; muy semejante al mapa de Cantino de tres años atrás.

 
                                       Luego apareció el mapa de Mateo Contarini de 1506, elaborado en una Proyección Polar, en el que también aparece la "Cuarta Península"
    1506-Mapa-de-Matteo-Contarini--1506.jpg      Mapa de Mateo Contarini, 1506; le caracteriza el haberse elaborado en una Proyección Polar.


                                   En esa secuencia cronológica, se edita el Planisferio en Proyección Cordada de Waldseemüler, de 1507, conocido con el título de “Universalis Cosmogrphia Secundum Phtolomaei Traditionem et Americi Vespucii Aliorumque Lustrationes”.
 
019 Carta-de-Die-de-1507-de-Waldseemuller
Mapa “Universalis Cosmogrphia Secundum Phtolomaei Traditionem et Americi Vespucii Aliorumque Lustrationes”, de Waldseemüller, 1507.
    
En él, como puede apreciarse fácilmente, Waldseemüller aún no tiene claro conocimiento del descubrimiento de Américo Vespucio, de modo que en 1507 aún registra la existencia de la “Cuarta Península”, al mismo tiempo que da cuenta de la configuración del Nuevo Mundo, al cual da el nombre “América”.  Ciertamente, Walseemüller dice en ese largo título a su mapa, el “seguir la tradición de Ptolomeo”, pero lo cierto es que aquí es más bien en donde tal tradición se rompe al identificarse, si bien confusamente, la naturaleza del finis terre al oriente del Mapa de Ptolomeo, con dicha "Cuarta Península".
 
 
Un año después a la publicación de "Universalys Cosmogrphia", se publica el mapa de Francesco Roselli, 1508, elaborado en una Proyección Oval.

1508-Mapa-de-Francesco-Roselli--1508.jpg                                                       Mapa de Francesco Roselli, 1508
.


 
Uno de los últimos mapas en que se representa la "Cuarta Península" antes de la expedición de Magallanes, es el elaborado en una Proyección Polar por Joannes Ruysh su "Mapa Universalior Cogniti Orbis", 1508, con el que se incluyen ya la nueva visión del espacio terrestre a aprtir del descubrimiento de Vespucio.

1508-Mapa-Universalior-Cogniti-Orbis--1508--de-Joannes-Ruys.jpg
Mapa Universalior Cogniti Orbis, 1508
, de Jonnes Ruysh, construido en Proyección Polar siguiendo la idea de Mateo Contarini de dos años antes. Claramente se puede ver ya en este mapamundi: 1) aún la duda sobre la "Cuarta Península", la cual se registra como existente; 2) la configuración del Mundo Nuevo; y 3) Más allá del Mundo Nuevo hacia el Occidente y precisamente más allá hacia el Oriente del finis terre potolemáico con el problema de la "Cuarta Península", se deja ver un espacio terrestre desconocido que abarca casi todo un hemisferio; unos años después, a partir del descubrimiento de la "Mar del Sur" por Vasco Nuñes de Balboa en 1513, se entenderá que esa parte del espacio terrestre, es el del Sinus Magnus: el Océano Pacífico.

 

                                       Aún en 1511 se tiene el mapa de Bernardo Sylvanus, en donde la "Cuarta Península" aparece en una Proyección Homeótera, y será la última en que se justifique tal configuración del espacio terrestre, pues a partir de ese año tales mapas ya empezarán a dar el dato de la existencia de tal península, sólo por defecto.

1511-Mapa-de-Bernardo-Sylvanus--1511.jpg
Mapa de Bernardo Sylvanus,  1511
; en donde la "Cuarta Península" aparece en una Proyección   Homeótera.
     


                               Es sólo a partir de 1513, pues, que, a pesar de que Waldseemüller intenta una corrección al nombre dado de “América” en su nuevo mapa, un portulano conocido como el “Mapa Typus Universalis”, en realidad se consolida el descubrimiento de Vespucio acerca de “la cuarta parte faltante”, y tal mapa es prácticamente el último en que era lógica la representación aún de la “Cuarta Península”, con lo que culmina así la solución al problema geográfico-histórico más importante.

1513-Typus-U-niversalis--1513-Waldeseemuller.jpg
  Mapa Typus Universalis, 1513 (fragmento), de Waldeseemüller



                                 En realidad habrá aún otros mpas más hasta bien entrado el siglo XVI, que aún seguirán registrando la "Cuarta Península", pero ya por defecto, como el Typus Orbis Universalis de 1520, de Pedro Apiano).

1520-Typus-Orbis-Universalis--Pedro-Apiano.jpg

Typus Orbis Universalis, 1520, de Pedro Apiano.  Aún aparece en él la representación de la "Cuarta Península", pero realmente ya sin justificación ante la información fidedigna de las exploraciones del Nuevo Mundo.

Del mismo modo, menos razón habrá para que en 1529 todavía Girolamo de Verrazano publique lo que será el último mapa en el que se represente la "Cuarta Península".

1529-Girolamo-de-Verrazano.jpg  Planisferio de Girolamo de Verrazano, 1529, en el que para entonces ya era totalmente injustificada la representación de lo que ya era claramente la antigua mítica "Cuarta Península", pues no sólo los portugueses tiempo atrás habían llegado a las Molucas, sino que el mismo Magallanes siete años antes había realizado el famos periplo que había borrado para siempre tal misterio.

Finalmente, en ese mismo año, aparece el mapa de la nueva imagen del mundo, que da cuenta de la real configuración del espacio terrestre ahora conocido, será el portuano de Diego Ribero de 1529.
 
1529-Diego-Ribero--1529.jpg  Mapa de Diego Ribero, 1529.

 
                                  Y por último, un año después, en el año 1530, Gemma Frisius construye su monumental Globo Terraque metálico, con el que termina así toda una época de la historia de la geografía.

Globo Monumental de Gemma Frisius, 1530

Globo Terráqueo metálico monumental de Gemma Frisius, de 1530.  Al centro de la imagen se observa el Sinare Magnum, o Mar de China, que por tanto tiempo se conocio como el Sinus Magnus, confundido con el Océano Pacífico.



Compartir este post
Repost0
1 septiembre 2013 7 01 /09 /septiembre /2013 22:04

1978-La-Naturaleza-de-las-Nuevas-Indias--1978--Antonello-Ge.jpgQué es la Geografía; la exploración y dominio de los nuevos territorios, y el surgimiento de la contrariedad dada en las Relaciones Geográficas. (22/)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

31 jul 13.

 

Treinta años, a partir de 1492, y hasta 1522, implicaron el vencer el obstáculo con el que se encontró Cristóbal Colón, con la consumación de la expedición de Magallanes en la persona de Sebastián Elcano.  En ese lapso, otras expediciones, como las de Francisco Hernández de Córdoba (1517), Juan de Grijalba (1518), y Hernán Cortés (1519), incidieron en el dominio de los nuevos territorios conquistados.  Y ese dominio no sólo sería en el orden de lo militar o mediante la sumisión a la religión, sino, a su vez, con el conocimiento de todo lo existente que llenaba esa parte del espacio terrestre del “Nuevo Mundo”.  Los continentes empezaron a dejar de ser “espacios vacíos” en los mapas, para empezar a describir su contenido en calidad de “espacios plenos”.

 

Cuenta descriptiva de cadenas montañosas, de extensas llanuras, de ríos y lagos, de desiertos, de selvas y bosques, de poblaciones y de su producción y sus riquezas, comenzaron a dar las Relaciones Geográficas del siglo XVI, ya formalmente como levantamientos oficiales ordenados por el Estado español a partir de 1533, superando aquellas “Descripciones, Crónicas”, o “memorias” de Viajes”, como relatos de “Maravillas”, narradas por los primeros navegantes a las tierras del “Nuevo Mundo”.

 

La necesidad de las Relaciones Geográficas del siglo XVI, hizo surgir de nuevo, y con  mayor fuerza aún, el problema planteado por los historiadores, Estrabón, en  la Antigüedad, e Ibn Jaldún en la Edad Media (s.XIV), de la Geografía a manera informativo-narrativa, donde el mapa, si era el caso, constituía sólo un elemento gráfico-descriptivo de apoyo al relato, como un tipo de “lenguaje” adicional.  El replanteamiento del problema con mayor amplitud y profundidad, llevó a éste de la simple diferencia en el entendimiento de la razón de ser de la Geografía que se suscitó con  Estrabón, a la determinación de una real contrariedad en la manera de entender esta ciencia.  Esto es, que, o era una ciencia del espacio terrestre representado en los mapas, o era una ciencia de la narrativa histórica y descriptiva de los fenómenos tanto naturales como sociales; aun cuando ambos supuestos no se negaban entre sí, sino que, complementarios, el problema se centraba en el carácter principal de la Geografía determinado por uno u otro aspecto.

 

De hecho, surgieron  ahí, en el siglo XVI, las “muchas geografías” descriptivas de la diversidad de los fenómenos, que en su clasificación más generalizada, se expresa en una “geografía física” (o natural), y una “geografía humana” (o social).  Dos siglos antes, entre los geógrafos prerenacentistas, está la figura del historiador Ibn Jaldún (1332-1406), que reconociendo la importancia del medio natural en la vida social, incluye en su obra “Historia Universal”, capítulos relativos a lo denominado como “geografía física”, en un análisis abiertamente dado en el “determinismo geográfico” (es decir, en donde la causa de la manera de ser y de pensar de los pueblos, dependía del medio natural en que vivían); pero esa “geografía física” era tomada en sí como toda geografía, sin distinguirla propiamente de una “geografía humana”.  Es el caso mismo en el historiador Estrabón, a cuya Historia denomina “Geografía”, y esta pasa como una “geografía social” o “humana”.

 

Esas dos consideraciones generales en el Renacimiento, se van a convertir, con el tiempo, en “múltiples geografías”: entre los naturalistas en una “geografía física” ahora relativa exclusivamente a la descripción de los fenómenos inorgánicos (la geología, la meteorología, la hidrología), y entre los sociologístas (o “humanistas”), en una diversidad de “geografías” referidas a las actividades humanas: su “geografía histórica”, su “geografía económica”, o su “geografía política”.

 

La necesaria especialización del conocimiento, fue teniendo sus paralelas “geografías”: la “geografía biológica”, luego subdividida en “geografía botánica” y “geografía zoológica”; la “geografía de los suelos” (una “geografía” en la que se mezcla lo físico, lo químico y lo biológico), que luego toma el nombre directo de la especialidad como edafología; y en su forma contemporánea incluso, aparece la “geografía ambiental” o “geografía ecológica”.

 

Luego, la enorme diversidad de facetas que cada fenómeno ofrece, condujo a la febril creatividad de denominaciones en geociencias (geobotánica, geozoología, geopolítica, geoeconomía, etc), produciendo en la Geografía el más grande enredo, en donde ésta acabó siendo aparentemente todo, y realmente nada a la vez.

 

Compartir este post
Repost0
25 agosto 2013 7 25 /08 /agosto /2013 22:04
Hemisferio de Masas TerrestreQué es la Geografía; el Renacimiento de la Geografía como Ciencia: el descubrimiento de la “cuarta parte faltante de la Tierra”. (21/)
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
23 jul 13.
 
La Edad de las Grandes Exploraciones, se refiere a las exploraciones geográficas; pero por ellas no se va a explorar los climas o los ríos, o la flora y la fauna, o los grupos humanos de otras posibles tierras, sino antes algo más básico: que dado que el espacio terrestre es esférico, era posible el <<Viaje al Oriente por la Ruta de Occidente>>, y lo que se iba a explorar, era la estructura de ese espacio para corroborar tal posibilidad.
 
Los descubrimientos geográficos a fines del siglo XV y principios del siglo XVI que como tales no podían ser otros que descubrimientos de la naturaleza del espacio terrestre, el cual era representado en los mapas, fueron de tal descomunal proporción, que la solución a un gran descubrimiento, pronto quedaba menospreciado, y hasta olvidado, por la solución a otro descubrimiento inmediato aún mayor.
 
Ese es precisamente el caso de cómo en el intento de darle la vuelta por el extremo sur a lo que parecía ser la supuesta “Cuarta Península”, o el ahora desechado “Quersoneso Áureo” (de khersos, continente; y nesos, isla; la “isla-continente”[*] que se suponía inicialmente de existir el “Paso del Sur”), luego de que el famoso “Paso del Sur” narrado por Marco Polo, no se encontrara.
 
 
Cuarta-Peninsula-en-Martel-Germano--1498-y-Waldseemuller--.jpg
Tercera y Cuarta Penínsulas, Malaya y el “Continente-Isla” o “Quersoneso Áureo”, en la esquematización del mapa de Henrico Marcelo Germano de 1498, y el Moderna Indiae, de Waldseemüller, de 1513.
 [Fuente: O'Gorman, Edumnundo; La Invensión de América;]
 
1498-Henrico-Martellus--1498.jpg
Original del Mapa de Henrico Martel Germano, 1498.
 
De ello se descubrió, por el recorrido de 90° en sentido latitudinal realizado por Américo Vespucio (de Portugal a los 40° jN, a Bahía Grande, en el sur de la actual Argentina, a los 52° jS, equivalente a 10,000 km, restando 50° de Portugal al Polo Norte, más 40° de Bahía Grande al Polo Sur, sumando los otros 90° para completar los 180° de un hemisferio terrestre y con ello 20,000 km), que el planeta Tierra debería tener un perímetro más grande que el legado por Estrabón a la posteridad, de casi 30,000 km.
 
Y apenas descubierto este hecho de una enorme trascendencia, se dedujo entonces otro: esas tierras extendidas de extremo norte al extremo sur del planeta, no era ni Asia, ni la “Cuarta Península”, sino un nuevo continente, un “Nuevo Mundo”.  Se daba así, el redescubrimiento científico de la naturaleza de esas nuevas tierras.
 
Luego entonces, se sabía que por el este, hasta Cipango, había 130° e longitud, así como que las nuevas tierras estaban a 90° de longitud oeste (justo donde Toscanelli situaba a Cipango), dando en total, un conocimiento del espacio terrestre, hasta entonces, de 210° de longitud, restando por conocerse, entonces, 150° más de longitud.  De ello, no le fue complicado a Vespucio cerrar a 180° poco más allá de Cipango, refutando así la Carta de Toscanelli, y entender que la diferencia para completar 360°, era de 90° o 10,000 km, y de ahí la exclamación: “¡he encontrado la cuarta parte faltante de la tierra”!; precisamente aquella que se había perdido en la Geografía de Estrabón, al modificar a casi 30,000 km los cálculos de Eratóstenes, que daban 40,000 km al perímetro de la Tierra.  Y de inmediato, el descubrimiento de aquel nuevo continente o “Nuevo Mundo”, quedó disminuido por la nueva noticia.
 
Pero más aún, la conciencia del nuevo perímetro de la esfericidad de la Tierra (1502), más la conciencia de la naturaleza de aquella tierra y el poderío sobre ella (1521), se sumaron al poco tiempo con la presencia de los portugueses en las Molucas (desde 1513), que urgió la descomunal travesía de Magallanes (1522)…, y de la “Cuarta Península”, en aquella vorágine de descubrimientos que le pusieron en el escenario de los mapas de la época, ya nadie más se acordó; y por varios siglos nadie reparó en que las tierras de Cattigara, habían sido en realidad las tierras de América del Sur reportadas por los chinos y mal ubicadas, como el Océano Pacífico todo, había sido confundido con la representación del pequeño golfo llamado, paradójicamente, “Sinus Magnus”, que también desapareció como “mágicamente”.
 
Y otra hazaña más sería consumada con la decisión de Sebastián Elcano de arrojarse a cruzar el Océano Índico por su centro con una de las dos últimas naves sobrevivientes, hasta alcanzar los cabos de Agujas y de Buena Esperanza, y de ahí arribando luego a España, para completar la primera circunnavegación al mundo iniciada por Magallanes.
 
En el renacer de la Geografía, su problema esencial como ciencia y en tanto tal, no podía ser otro que el conocimiento objetivo y concreto del espacio terrestre; de la distribución de las mares y océanos, de los continentes (hasta ahí, independientemente de su contenido), y de la correcta localización y configuración en los mapas, que, completado su conocimiento por cuanto a su forma y dimensiones, la ciencia de la geografía pasaría ahora a la investigación de las propiedades más complejas del espacio terrestre, dando inicio, con ello, a una nueva etapa: la de la ciencia de la geografía en el período de la Ilustración.


[*]      En nuestra opinión este es el caso, aun cuando otros autores suelen identificar al “Quersoneso Áureo” con la Península de Malaya, en un contrasentido etimológico.
Compartir este post
Repost0