“Geografía: Fundamento de su Teoría del Conocimiento”.
La geografía como ciencia natural.
El contenido de la geografía como ciencia.
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica de Geografía Teórica;
http://espacio-geografico.over-blog.es/;
México, 05 abr 10.
2 La geografía como ciencia natural
a) El contenido de la geografía como ciencia.
Ha quedado, pues, evidenciado el estado precientífico de la geografía en su concepción fenomenológico-historiográfica, e incluso la imposibilidad de ésta de alcanzar, por lo menos en un futuro próximo, la condición de ciencia.
Sin embargo, ello no quiere decir que, por oposición, la geografía espacial-cartográfica sea la que unilateralmente consiga determinar el estado particular de ciencia para la geografía.
Pensar así, sería tanto como negar la existencia real de la geografía fenomenológico-historiográfica misma; cerrar los ojos a una realidad milenaria y a sus trascendentes aportaciones en el terreno del conocimiento del sistema de referencia físico del espacio geográfico y como base en la organización del mismo a las escalas correspondieres en la planificación económico-social.
Por el contrario, si bien es cierto que la geografía espacial-cartográfica ha de ser determinante en la definición del estado particular de ciencia para la geografía, ello sólo podrá ser en tanto que sólo dominante en la indisoluble unidad de contrarios dada entre estas dos escuelas de pensamiento geográfico, y, por consiguiente, determinante en una forma multilateralizada.
Esto que puede ser explicado de una manera tan sencilla, representa, sin embargo, el problema fundamental de la geografía, presente en todo momento a lo largo de su historia: el problema del logro de una teoría unificada de la ciencia geográfica.
No pocas veces los geógrafos se han visto confundidos y auto confundidos con este problema, ya Estrabón mismo en la temprana edad de esta disciplina de conocimientos, pretendió haber conseguido resolver este problema, por el solo hecho de su autoridad respaldada en el imperio Romano y su áspera e inconsecuente crítica a Eratóstenes e Hiparco.
Más tarde, hacia 1650, fue Bernardo Varenio quien pensó en la solución de la teoría unificada de la geografía, en una división y subdivisión de ésta, de acuerdo a las "afecciones" o relaciones entre los distintos campos que la misma parecía abarcar.
Finalmente no pocos teóricos de la geografía han atribuido a Humboldt haber conseguido el logro de una teoría única, por la que la geografía había alcanzado la madurez de una ciencia bien cimentada.
Esta "dualidad" dada por dos escuelas de pensamiento geográfico, a pesar de todo, sigue aun vigente.
De estos tres momentos para resolver el problema de la unidad de la geografía, el más serio, consecuente e importante, es precisamente el intento del renacentista holandés Bernardo Varenio.
Varenio concibió la unidad de la geografía ya hace tres siglos en un sistema de ciencias; es decir, en una formación íntegra, determinada por un conjunto de disciplinas entre sí.
Esto conduce obligadamente, a tratar de encontrar un orden en el conjunto de relaciones entre las ciencias y, por consiguiente, al problema de la clasificación de las mismas.
Varenio, al igual que otros clasificadores importantes de su tiempo, dividió en dos grandes grupos los conocimientos, que él concebía como geográficos, entre los de ciencias naturales y los de ciencias sociales.
Esta noción se trasmitió hasta nuestros días y es el fundamento del actual orden o sistemática tanto de la "investigación" como de la exposición geográfica, de carácter fenomenológico-historiográfica.
Concebida así la geografía, como un sistema de ciencias, quedó plateado el problema subsiguiente de las relaciones entre la geografía general y una geografía particular o espacial. La primera comprendía el conjunto total del sistema y la segunda una determinada parte del mismo.
Dado el progreso de las ciencias particulares, hacia el último tercio del siglo XIX, el conocimiento universal en la sola mente de un hombre ya no fue posible. Así, el último geógrafo general en esa concepción fenomenológico-historiográfica, fue Elisé Reclús; sus más inmediatos contemporáneos, Ratzel, de la Blache, Hettner, Davis, Vallaux, De Martone, Mackinder, Bruñes, Huntington; desarrollaron la Geografía de acuerdo a sólo una de sus partes, desde el momento mismo en que Hettner preguntaba –según narra Manuel de Terán Álvarez[1]–, si era posible una geografía general.
La incomodidad que los geógrafos han sentido desde entonces, y su reiterada justificación, tiene sus raíces en el problema metodológico que se deriva del concepto o categoría filosófica de "Sistema".
Resulta interesante destacar de Kant-geógrafo, la definición de sistema del Kant-filósofo: "la unidad de múltiples conocimientos reunidos en una única idea”[2].
Nicola Abbagnano explica cómo Kant subordinó la noción de sistema a una condición ulterior: “la unidad del principio que es fundamento del sistema”[3]. Concebido geográficamente, dicho principio no es otro que el principio de relación. La unidad en torno al principio de relación es fundamento de la geografía como sistema de ciencias, así como de la geografía como sistema de conocimientos acerca el espacio adyacente a la superficie terrestre.
Solamente que en el primer caso, el objeto de dicho sistema consiste en una síntesis de las conexiones de una realidad muy amplia pero bien determinada, y en las relaciones entre sus diversos elementos, cada uno de los cuales constituye un sistema en sí mismo. Y esto es precisamente lo que ocasiona la incomodidad entre los teóricos de la Geografía, pues, en primera instancia, “el objeto de un sistema (una interdependencia de conexiones), no puede descomponerse en elementos diversos ni en relaciones entre ellos”[4]; a menos que este sistema sea del tipo de integridad de un sistema no-organizado, simplemente sumario como una acumulación de objetos que se yuxtaponen y coordinan; donde, según G. Kursánov, “en el todo no-organizado, la conexión entre las partes es puramente exterior y mecánica. Las propiedades de ese todo coinciden por completo con la suma de las partes que lo integran”[5]; es decir, donde la Geografía como sistema de ciencias es ese todo, reflejo de una realidad de partes muy amplia pero bien determinada, cuya suma de propiedades coinciden, corroborándose el carácter no-organizado del sustrato de esa Geografía. Y en tal caso no puede haber una investigación y análisis científico especial.
Y en segunda instancia, en un sistema como el anteriormente expuesto "no es posible entrar en conocimiento de él si sólo se determina una conexión de las que en él dan..."[6] Así, habría que responder a Hettner con otra pregunta equivalente, en el sentido de si es posible una geografía que no sea general, pues esta geografía fenomenológico-historiográfica como sistema de ciencias, no puede ser comprensible si sólo se delimita una geografía física, una geográfica biológica, una geografía económica o una geografía política.
El serio pero fallido intento de Varenio, con esto último llegó a su reducción al absurdo.
[1] Terán Álvarez, Manuel de; El Hombre y la Tierra; Editorial Labor, T.IV; Barcelona, 1958; p.XXXIII.
[2] Abbagnano, Nicola; Diccionario de Filosofía; Fondo de Cultura Económica; México, 1966; (v. Sistema).
[3] Ibid. (v. Sistema)
[4] Rosental, M.M-Iudin, F.P, Diccionario Filosófico; Editorial Pueblos Unidos; Montevideo, 1965; (v. Sistema).
[5] Kursánov, G; Problemas Fundamentales del Materialismo Dialéctico; Ediciones Palomar; México, 1966; p.226.
[6] Rosental, M.M-Iudin, F.P, Diccionario Filosófico; Editorial Pueblos Unidos; Montevideo, 1965; (v. Sistema).