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  • : Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
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15 julio 2010 4 15 /07 /julio /2010 08:01

Clich--Filosof-a

Ciencia Positiva y Ciencia Positivista.

  Ensayo, 2006 (1/2)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri

“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica de Geografía Teórica;

http://espacio-geografico-over-blog.es/;

México, 15 jul 10.

 

Preámbulo.

 

No sólo la necesidad en el rigor de la definición de las categorías, sino la necesidad de un intercambio de ideas conociendo del contenido de los conceptos del otro, ha propiciado estas notas sobre el concepto de “Ciencia Positiva”.  Un vistazo al concepto a través de un “buscador” aprovechando la nueva tecnología por la Internet, para reforzar o someter a crítica nuestro propio pensamiento, nos ha corroborado lo que sólo teníamos en general considerado: el error en el fundamento del posmodernismo es su crítica a la ciencia de la modernidad, consistente en acusarla precisamente de “ciencia positiva”, pero donde lo que debe entenderse por ello, es más bien “ciencia positivista” o mejor dicho, “cientificismo positivista”.  Esto es, que son dos conceptos semejantes en su homonimia, pero distintos por su contenido; uno se refiere al conocimiento científico acumulado a través de la historia y cuya vigencia es fundamento de su propio desarrollo, y otro alude al concepto de “ciencia” en la filosofía positivista de Augusto Comte.

 

 

Marxismo y Ciencia Positiva.

 

Al respecto del marxismo y la ciencia positiva, la referencia más notable es la cita de Engels en la cual éste dice:  “Solamente cuando la ciencia de la naturaleza y de la historia hayan asimilado la dialéctica, saldrá sobrando y desaparecerá, absorbida por la ciencia positiva, toda la quincalla filosófica, con la excepción pura del pensamiento”[1].  Esta cita, ligeramente transformada, se encuentra repetida por el mismo Engels en su Anti-Dühring, expuesta de esta otra manera: “Desde el momento en que se presenta a cada ciencia la exigencia de ponerse en claro acerca de su posición en la conexión total de las cosas y del conocimiento de las cosas, se hace precisamente superflua toda ciencia de la conexión total.  De toda la anterior filosofía no subsiste al final con independencia mas que la doctrina del pensamiento y de sus leyes, la lógica formal y la dialéctica.  Todo lo demás queda absorbido por la ciencia positiva de la naturaleza y de la historia”[2].  Y todo ello no es, finalmente, más que el concepto de ciencia dialéctico materialista, en la ciencia de la modernidad.

 

La Dialéctica de la Naturaleza, constituye un proyecto de Engels desde 1873, pero continuado por largo tiempo, lapso en el cual intercaló la redacción del Anti-Dühring, publicado en tres ediciones entre 1878 y 1894.  Puede asumirse que la cita de éste segundo texto haya sido primero, y la insertada en la Dialéctica..., apenas una nota sintética posterior en su vasto proyecto.  Como quiera que sea, nos quedaremos con la cita más completa del Anti-Dühringa propósito de explicar la relación entre el marxismo y la ciencia positiva.

 

La idea más general es esta por la cual –a decir de Engels– se entendía a la filosofía (y no pocos, llamándola la “madre de todas las ciencias”, aun así la juzgan), como la pretendida “ciencia de la conexión total”.  Particularmente para el sistema filosófico de Augusto Comte, la filosofía positivista, así se considera a la filosofía; quedando esto como uno de esos dos conceptos de ciencia, en la ciencia de la modernidad.

 

Mas, conforme a la especialización de las ciencias que tiende a la aparente separación y desvinculación del conocimiento y por lo tanto la necesidad de establecer sus relaciones; o como dice Engels, esa “exigencia de ponerse en claro acerca de su posición en la conexión total de las cosas y del conocimiento de las cosas” –necesidad ya muy clara para las ciencias básicas de la modernidad a fines del siglo XIX–, se da ese sentido del concepto de la “ciencia positiva de la naturaleza y de la historia”, por la cual, si bien la especialización de las ciencias parece fragmentar el conocimiento, éste en realidad se hace –y he ahí precisamente el aspecto de lo positivo– tanto más profundo como más amplio simultáneamente.  Es decir, en principio, por “ciencia positiva” en Engels, debe entenderse, desarrollo de las ciencias, en tanto <<especialización de las ciencias>>.  Y ello no ocurre sino trayendo como consecuencia la terminación de la filosofía en su concepción totalizadora, y por el contrario, tomándola como la asimilación o la síntesis en la dialéctica, como doctrina del pensamiento y de sus leyes.

 

Ciertamente el planteamiento de Engels (1820-1895) respecto de la filosofía, es muy semejante al de Augusto Comte (1798-1857); la diferencia quedará dada en el contexto de las doctrinas del pensamiento entre la dialéctica y el positivismo: en Engels, la filosofía desaparece como “conexión total” y es asimilada a la dialéctica; en Comte, la filosofía es la “conexión total” misma del conocimiento, en el sistema filosófico denominado positivismo.

 

La crítica que se ha hecho al marxismo en cuanto al concepto de “ciencia positiva”, ha sido el que Marx planteó sus ideas en sentido negativo, (en una dialéctica negativa); esto es –dicen tales cuestionadores–, como crítica.  A lo que habría que aclarar que, primero, la crítica –vulgarmente– no necesariamente debe verse como lo negativo; y segundo, que esa dialéctica negativa, no es sino en términos de la ley dialéctica de la negación de la negación, que en la afirmación, da el sentido positivo de la crítica.  Esa doble negación es precisamente la esencia del concepto marxista de la “ciencia positiva”, lógica de la ciencia de la modernidad.

 



[1] Engels, Friederich; Dialéctica de la Naturaleza; Editorial Grijalbo, México, 1961; p.177 (subrayado nuestro)

[2] Engels, Friederich; Anti-Dühring.  La Subversión de la Ciencia por el Señor Eugen Dühring; Grijalbo, México, 1962; p.11 (subrayado nuestro).

 


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