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  • : Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
  • : Espacio Terrestre: objeto de estudio de la Geografía. Bitácora de Geografía Teórica y otros campos de conocimiento del autor. Su objetivo es el conocimiento científico geográfico en el método de la modernidad.
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4 noviembre 2010 4 04 /11 /noviembre /2010 00:03

Cliché Espacio Geográfico, Revista 2010 

Teoría del Análisis Cualitativo

del Espacio Geográfico.

“Ponencia, XIX Congreso Nacional de Geografía”,

2010 (3/3).

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica de Geografía Teórica;

http://espacio-geografico.over-blog.es/;

México, 11 nov 10.

 

 

III El análisis geográfico, espacial,

es la transformación cualitativa de los nexos

entre los estados de espacio.

 

El caso, en el ejemplo, del sustrato portador de la roca, es sólo referir un estado de espacio; ahora hay que multiplicar la acción simultánea y en sus nexos, entre múltiples estados de espacio de distintas formas de movimiento y de diversos sustratos portadores diferentes; ello implicará un análisis exhaustivo de las conexiones entre los estados de espacio, que en lo concreto nos aparece literalmente anudadas en un vínculo indescifrable.  Desentrañar ese nexo, explicar las conexiones entre los estados de espacio, implicará considerar el movimiento que nos dirija al momento en que esas conexiones se expresen como las relaciones ente los mismos, allí en donde unos estados de espacio afectan a otros en un orden causal físico externo.  Al final, el resultado del análisis cualitativo, será narrarlo en la descripción de una Relación Geográfica, y representarlo en la descripción gráfica de una Carta Geográfica.  Entonces, y sólo entonces, a partir de ahí, será posible ascender el estudio geográfico, en ese análisis espacial mismo, al análisis cuantitativo o de las tranformaciones no-estables.

 

El análisis cualitativo del espacio geográfico es, pues, la descripción no meramente enumerativa, sino una descripción explicativa; esto es, una descripción conocedora del orden de causalidad en los procesos (una explicación en los ordinales), explicando las relaciones físicas y el orden de causalidad externas; qué ocurre primero y qué ocurre después, en las conexiones físicas externas entre los estados de espacio (dejando el fenómeno como tal en sus relaciones de causalidad internas, al especialista en él).

 

Hemos expuesto, entonces, la objetividad del espacio y sus propiedades; ahora queda expuesto, con lo anterior, la causalidad del mismo.  Los estados de espacio discreto y sus relaciones, determinan los atributos del espacio continuo, es decir, que aquellos son causa; pero esta es una causalidad secundaria, pos facto a una causa antecedente por la cual, el estado discreto de espacio mismo, es.  Traducible, quiere decir que no sólo los estados de espacio determinan la propiedades del espacio continuo en general, sino que el espacio mismo; no obstante la propiedad de invariancia que rige en el campo cualitaitvo; es causa en los sustratos portadores, no sólo en los términos filosóficos de ser su condición de existencia, sino porque –explica la física cuántica–, en el origen, la más ínfima inestabilidad del vacío, dio lugar a la aparición de los estados discretos.  El físico Feynman llegó a decir: <<dadme un rayo de luz salido de la nada y quince mil millones de años, y os daré el Universo>>, y aún demandaba demasiado.  Hoy basta con decir: <<dadme una infinitesimal inestabilidad en un estado de vacío absoluto y quince mil millones de años, y os daré el Universo>>; quizá pudiéramos decir, incluso: <<dadme vacío absoluto y tiempo, y os daré el Universo>>, pues la inestabilidad será una condición dialéctica necesaria del vacío.  Pero esta causalidad; a manera como Einstein explicara los efectos gravitatorios por la curvatura del espacio; es la que rompe la continuidad, da el salto en el movimiento de la materia, y con ello, da lugar a transformaciones sustanciales, y es, por lo tanto, como tal, objeto del análisis cuantitativo del espacio geográfico.

 

En la simplificación del modelo del “Arca de Indicopleustes”, hemos expuesto –porque ha sido suficiente–, el ejemplo de la roca.  Pero los geógrafos fenomensitas no dejarán de insistir en cuanto a qué pasa, en este caso, con la sociedad.

 

El ejemplo de la roca es suficiente, decimos, porque siendo la sociedad un estado de espacio más, si bien el más dinámico y complejo, a ello se aplica las mismas consideraciones metodológicas categoriales; y ello no será reduccionismo, como suele alarmar al geógrafo fenomenista; puesto que no se está estudiando la sociedad como tal, que implicaría hacerlo con sus propias leyes, sino en tanto estado de espacio.  Tendrá una localización, la Ciudad; y una distribución como un momento desarrollado de la misma localización: su presión e impacto en el medio natural desde el ámbito rural, y el factor fabril mismo.  Geográficamente lo que nos interesa es esa localización y su despliegue; ello es, como estado de espacio discreto, lo que impone atributos al espacio continuo.  Lo que nos importa de ello en el análisis cualitativo del espacio geográfico, es –limitándonos al ejemplo en las consideraciones más generales de apenas tal par de categorías– su localización y su desarrollo en la distribución, que nos caracterice esas propiedades del espacio continuo.

 

La vieja crítica podrá ser la acusación de incurrir en reduccionismo; esto es, en pretender explicar el fenómeno social, a partir de conceptos y leyes físico-matemáticas.  Digámoslo una vez más, si tal cosa pretendiésemos, sin duda pecaríamos de reduccionistas.  Pero no hay tal reduccionismo, porque no pretendemos tal absurdo; la explicación del fenómeno social, se lo dejamos al sociólogo.  Nosotros no pretendemos explicar tal fenómeno que se rige por sus propias leyes, investigadas por el especialista en ello.  Para nosotros, la sociedad; por darle ese nombre a un estado de espacio particular; no es sino un estado de espacio tal como lo es la roca misma; hay en ello una forma distinta de movimiento de la materia y un sustrato portador diferente; y de ello lo que nos interesa como investigación propia, geográfica, no son las leyes sociales que le rigen como fenómeno social, sino la leyes espaciales que le rigen como fenómeno espacial.  Geográficamente, de ello lo que nos interesa, no es la lucha de clases sociales, sino sus atributos espaciales tales como su localización y distribución, o sus conexiones y relaciones (y éstas, por lo demás, físicas externas en la coexistencia espacial).  Esto es, como geógrafos, no estudiamos el fenómeno, sino estudiamos el espacio; o, en todo caso, no estudiamos el fenómeno social (como pudiera ser cualquier otro fenómeno de la naturaleza), sino el fenómeno espacial.   Como geógrafos, no estudiamos la forma de movimiento de la materia ni el sustrato portador; sino la forma de existencia[*] de la materia, y las condiciones de existencia del sustrato portador.

 

Y dejar de lado esa vieja pretensión fenomenista del estudio social, no hace al geógrafo un sujeto socialmente inconsciente, un “apolítico”, y menos aún un “enajenado reaccionario” (como el considerar lo contrario, no lo hace, per sé, ni necesariamente un sujeto socialmente consciente, ni lo obliga a un compromiso político, y menos aún lo hace devenir en un revolucionario); como el físico, el químico, o el biólogo, no por no involucrar lo social en sus estudios, los deja en esa condición o los hace menos.

 

 

Conclusión.

 

1      Históricamente, demostrado estaba el que el comportamiento de los estados de espacio (los fenómenos), son la transformación cualitativa de los nexos entre éstos (en el conjunto de las relaciones de causa-efecto).  Dado ello, hemos afirmado, por nuestra parte, que el análisis geográfico espacial, es el análisis del comportamiento de los estados de espacio.  Algo que traducido es evidente, pero que bajo nuevas categorías tenía que ser demostrado más allá de sus propios argumentos, con la verificación de ese supuesto por el cual, a su vez, afirmamos que, luego entonces, el análisis geográfico espacial, es el análisis de la transformación cualitativa de los nexos entre los estados de espacio; cuyos argumentos esenciales han sido, el que análisis cualitativo del espacio geográfico es, pues, la descripción no meramente enumerativa, sino una descripción explicativa; esto es, una descripción conocedora del orden de causalidad en los procesos (una explicación en los ordinales), explicando las relaciones físicas y el orden de causalidad externas; así como el que los estados de espacio discreto y sus relaciones, determinan los atributos del espacio continuo, es decir, que aquellos son causa; pero esta es, decíamos, una causalidad secundaria, pos facto a una causa antecedente por la cual, el estado discreto de espacio mismo, es.

 

Y si el análisis cualitativo geográfico espacial, es el análisis de la transformación cualitativa de los nexos entre los estados de espacio, como hemos verificado, luego entonces, el análisis cualitativo geográfico espacial, como lo establecimos en la premisa de tesis, es el análisis del comportamiento de los estados de espacio.

 

2      Finalmente, en esencia, el estudio geográfico como el estudio de los fenómenos, en esa condición, limitó a esta ciencia a exclusiva consideración de las transformaciones estables o cualitativas entre los mismos (cuyas transformaciones cuantitativas o no-estables, son objeto de estudio del especialista en el fenómeno), y por ende, a la exclusiva consideración descriptiva.

 

Así, el estudio geográfico como el estudio del espacio, guardando consistencia categorial con las propiedades físico-matemáticas objetivamente dadas del espacio, dota a esta ciencia ya, de un cuerpo de teoría con sus postulados, principios, categorías y leyes (expuesto todo ello de tiempo atrás en otros documentos), con un lenguaje lógicamente consistente y propio.

 

3      Ese cuerpo de teoría propio, finalmente, se desplegará en el análisis de las transformaciones cuantitativas, o de los condiciones no-estables, del espacio.

 



[*] Sospechamos, no obstante, que lo que hoy en términos de la dialéctica materialista se denomina “forma de existencia”, en el futuro, como resultado de la investigación, podría ser no más que una “forma de movimiento” más, singularmente cualitativa.

 



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