El Dr. Jorge A. Vivó Escoto,
a Través del Análisis Crítico
de su Presencia y Obra.
Ensayo, 1984*.
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
Comentario Preliminar.
Hay dos tipos de discípulos: el que afirmando al maestro en él, le da continuidad en la misma dirección; y el que, no obstante, a su vez afirmando en sí mismo al maestro, lo niega al someterlo a crítica; entendiendo bien, a pesar de ello, que ha escalado sobre sus hombros.
Se hace necesario, no queriendo dejar sobreentendidas cosas, aclarar el significado de “someter a crítica” al maestro. No pocos añadirían a tal expresión: <<¡claro que sería una crítica constructiva!>>. No; y no por negar ello, querrá decir, entonces, lo opuesto. Es simplemente que debe entenderse que la palabra “crítica”, no tiene, de suyo, un sentido negativo o “destructivo”.
“Crítica”, viene del griego Kriterión, que no quiere decir otra cosa que, juicio. Aun cuando, ciertamente, no cualquier tipo de juicio (por ejemplo, a la manera de la expresión que suelo utilizar con mis estudiantes: <<al amanecer los “pajaros” cantan en los “arboles”>>; sin acentos, por razones didácticas), sino el juicio lógico de la forma categórica; ya universal o particular, o bien afirmativa o negativa: <<Todos los “pajaros”, al amanecer, cantan en los “arboles”>>. Ello permite establecer ya una premisa antecedente o bien un juicio a manera de premisa de tesis, y por lo tanto deducir un consiguiente o conclusión como conocimiento nuevo sobre aquello que se critica.
Así, criticar al maestro, es considerar ciertos antecedentes de su vida y obra, vinculados a un juicio propio que le califica, y de ello, inferir un conocimiento nuevo y fundado acerca de él. La verdad obtenida (si tales premisas son verdaderas), no puede, por ignorancia, calificarse de “juicio destructivo”; sino simplemente usarse para valorar un momento histórico dado que le determinó, rescatando lo que en ello hubiese de positivo en ese contexto histórico.
Hay en el discípulo ese compromiso moral, de conciencia, de dejar constancia histórica de lo que su maestro ha sido, en este caso, en el campo de la ciencia de la Geografía; y de cómo esa historia lo ha impregnado a sí mismo, ya dándole continuidad, o bien criticándola y trazando nuevos derroteros en el desarrollo, en este caso, del pensamiento geográfico. Este último ha sido nuestro caso respecto al Dr. Jorge A. Vivó Escoto; y realmente nos sólo respecto de él, sino de otros profesores nuestros de alto nivel intelectual y conscencia político-social, que hemos de reconocer como maestros: el Dr. Ángel Bassols Batalla, y el Dr. Carlos Sáenz de la Calzada (en su momento haremos su semblanza), en tanto su pensamiento, en una u otra forma, fue determinante en nuestra formación profesional. Tratamos en este ensayo justo acerca de él, como uno de esos pocos profesores reconocido como uno de nuestros maestros fundamentales.
Para nosotros, por nuestra propia formación ideológica y la conciencia social que ello genera, no es casual que tal reconocimiento así haya ocurrido. No fue por una simple autoridad moral dada por su proyección intelectual como geógrafo; como podía influir en todos; sino por una autoridad moral dada precisamente en una identidad ideológica: la conciencia político-social que deviene de la militancia comunista.
El Dr. Jorge A. Vivó Escoto, de origen cubano, Licenciado en Derecho, economista, antropólogo y geógrafo, imprimió en esta última disciplina de conocimientos a la que dedicó la mayor parte de su vida, un sello eminentemente humanista, por el que el saber geográfico es un saber que en el centro de sus preocupaciones pone al hombre, a la sociedad.
La Geografía para el Dr. Vivó, es una ciencia mixta, en su tipo de ciencia social acerca de la naturaleza; es decir, acerca de la naturaleza en relación con en hombre como ser social.
I Presencia del Dr. Jorge A. Vivó Escoto
1 Generalidades de la vida del Dr. Vivó hasta 1936,
y su concepto de Geografía.
Proveniente de un ámbito político revolucionario (Cuba, 1925-1936), por lo tanto profundamente humanista; así como formado académicamente en estudios de Derecho hasta 1924; de Economía desde 1929; de Lingüística, desde 1935; de Profesor Normalista en Geografía desde 1939; vinculándose para entonces más a los aspectos geográficos como Director de la Biblioteca del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (México, 1938), y de publicaciones del mismo para 1944; el Dr. Jorge A. Vivó Escoto, no podía mas que imprimir a su pensamiento geográfico con un profundo sello político-económico, o, en general, sociológico. Más aún que continuó sus estudios como etnólogo y antropólogo hasta 1952, haciéndose geógrafo a través de la Maestría, en ese año, dedicándose a ello exclusivamente a partir de entonces, obteniendo el Doctorado en 1956.
Para él, la Geografía científica de nuestro tiempo es la geografía integradora del conocimiento general dado hasta ese momento, tal como por primera vez, a decir de él, lo había iniciado Alejandro de Humboldt.
El concepto de Geógrafa para el Dr. Vivó, en consecuencia, es el de una ciencia mixta, en su variante de ciencia social acerca de la naturaleza. El de una ciencia cuyo objeto de estudio son las relaciones naturaleza-sociedad, que se descubren bajo la organización social de cada época histórica.
Dicho concepto de Geografía, o es, pues, tanto la causa de una concepción de la Geografía, como su resultado. Es producto de una ecléctica que se vincula inconscientemente una forma metodológica en geografía; es decir, al positivismo lógico en general.
Si no tuviésemos que aceptarlo así –como una vinculación inconsciente– tendríamos que concluir algo más inadmisible para nosotros que conocimos directamente el pensamiento del Dr. Vivó; que este abjuraba de su concepción filosófica del mundo, la dialéctica materialista, a la cual se sumó militantemente en la primera de dos grandes etapas de su vida. Pero su retiro del mismo Comité Central del Partido Comunista Cubano en 1936, no significó una extirpación de su ideología.
Aun cuando, ciertamente, el Dr. Vivó no se interna en el campo de la geografía desde una posición crítica marxista; la que, por lo demás, no lo podía hacer sin antes asimilar la teoría geográfica; y no obstante una vez asimilada, tampoco somete a crítica desde dicha posición los fundamentos cognitivos del quehacer geográfico de su tiempo. Para él, la práctica científica y el método de la teoría del conocimiento estarán tan alejados entre sí, como la Geografía de la Filosofía. Lo mismo que dos grandes etapas de su vida separan la práctica de la política, de la práctica de la geografía; y en ello está quizá, la razón de su ecléctica.
El contenido de su pensamiento está caracterizado, en parte, por su concepto de Geografía como ciencia mixta en tanto ciencia social acerca de la naturaleza; es decir, abocada a resolver problemas sociales concernientes a la naturaleza; y, por otra parte, hemos dicho, por las influencias del neopositivismo socialdemócrata que infructuosamente había enfrentado a Carnap, Shlik, Reinbach, prominentes miembros de los partidos comunistas de Alemania, Austria, Checoeslovaquia, etc., al nacional-socialismo hitleriano; tal como el Dr. Vivó había venido enfrentando las dictaduras de Machado, de la Pentarquía, del gobierno de Grau-Guiteras; primero como militante del Club Socialista de la Habana; y, junto con Julio Antonio Mella, como miembro de la Liga Anticlerical Cubana, para, finalmente, ser cofundador del Partido Comunista Cubano, y miembro de su Comité Central.
Pero a diferencia de Popper y otros, Vivó nunca derivó al anticomunismo, dentro de su inconformidad.
Todo ello explica su ecléctica, que con las ventanas abiertas de entrada inconsciente a las posiciones del empirismo lógico; se identifica históricamente y gnoseológicamente con él, y se convierte cual Sigfrido bajo el embeleso de Odet, en su fundamento metodológico.
Al respecto, Loló de la Torriente ha expresado en una reseña póstuma: “Los primeros luchadores trasladaron algunos principios básicos del marxismo, pero su aplicación fue más como herramienta de lucha que como propuesta ideológica abarcadora de diversas disciplinas de pensamiento... político-cultural (que) continuaba ajeno a la teoría y la práctica de la historia de la cultura científicamente recogidas e interpretadas”[1].
2 La Influencia del Dr. Jorge A. Vivó en la geografía.
La influencia del Dr. Vivó en la geografía se inicia desde principios de los años cincuenta, en una etapa que se caracteriza por la validación de los estudios sociales en geografía, y por la creación de bases para la definición explícita como ciencia social; tras una etapa de transición en los años cuarenta, caracterizada por un viraje a la corriente sociologista, en que prevaleció un vacío teórico.
Esa etapa preparatoria de creación de bases teórico-sociológicas, cristaliza con la reforma al plan de estudios de 1960, en que el Departamento de Geografía e Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, se transforma en Colegio de Geografía con sus tres niveles de estudios correspondientes (Licenciatura, Maestría, y Doctorado).
Los esfuerzos por llevar los estudios de geografía hasta ese nivel de institucionalización, fructificaron cinco años después, al celebrarse, en 1965, tras un impasse de 23 años, el IV Congreso Nacional de Geografía.
Entre el tercer y cuarto congresos se ascendió de un vacío teórico, a la pretendida afirmación de la Geografía como ciencia enciclopédica mixta, o sistema de ciencias y ciencia de síntesis de las mismas, en su variante de ciencia social acerca de la naturaleza.
Dos etapas subsiguientes llevaron los estudios de geografía en esta corriente de pensamiento hacia su madurez, y a proporcionar todo lo que podía dar de sí, hasta mostrar sus limitaciones teóricas y su improcedencia hacia principios de los años ochenta.
El apego inconsciente a la metodología del positivismo lógico en los años cincuenta, se fue transformando en los años sesenta por vía de dos corrientes: la del racionalismo crítico popperiano, y la del estructural-funcionalismo, ambas como fundamento de una cada vez más marcada tendencia economista en Geografía, acentuada hacia mediados de los años setenta. Pero como una metodología que se infiltraba tácitamente en el quehacer geográfico mexicano, que más que producir su propia teoría, se preocupaba más por su “actualización”, limitándose a reproducir las teorías venidas del extranjero, principalmente de Francia.
Fue en este ambiente a-metodológico en geografía, en que principalmente se dio toda la influencia del Dr. Vivó hasta su fallecimiento en 1979; y es así que los trabajos de los Congresos del IV al VII, organizados por él, se caracterizan por su énfasis descriptivo enciclopédico, a la par que en otros ámbitos se aplicaba el falsacionismo popperiano en la refutación de las teorías regionales (por ejemplo, en el I Seminario Sobre el Concepto de Regionalización, en 1975, organizado por el Instituto de Geografía, en que se analizan a Thunen (1826), Christaller (1933), Loch (1940), e Isard (1956), etc., y se afirmaba la viabilidad de esa teoría regional en el terreno del funcionalismo, con un apoyo estructural, porque esa era la nueva propuesta.
II Obra del Dr. Jorge A. Vivó Escoto
1 Significación de la periodicidad de su trabajo.
La vida y obra del Dr. Vivó, están en correspondencia directa con esas etapas de desarrollo de la Geografía en México, en los últimos treinta años (1950-1980), como puede apreciarse a través de algunas de sus publicaciones.
Desvinculado de la vida política en 1937, uno de sus primeros trabajos profundamente significativo, lo titula: El Método Conexivo Dialéctico en la Investigación de la Antropogeografía, 1939.
En ese entonces, la principal influencia sobre el quehacer geográfico en México es ejercida por el Ing. Pedro C. Sánchez (1870-1956), geógrafo egresado de la Facultad de Ingeniería, en donde esta disciplina de conocimientos era una especialidad después de un tronco común, con las especialidades de la Topografía, Geodesia, Hidrografía, Civil, etc., y fundador del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (1928), de cuya Biblioteca es Director el Dr. Vivó, quien para entonces no está más cerca de la Geografía que por el puesto que ocupa.
Así, sus trabajos esencialmente antropológico-etnográficos, poco a poco irán adquiriendo más y más un énfasis geográfico, aun cuando éste sólo sea a manera de marco de referencia.
Entre 1939 y 1950, Vivó trabaja sobre la distribución geográfica de las etnias y lenguas indígenas de México; los límites biogeográficos en América y la zona cultural mesoamericana, y la problemática indígena en Hispanoamérica; produciendo para 1946, un climatología de México, que era el campo principal de estudios del Ing. Pedro C. Sánchez. En ese año continúa con trabajos como “Contribuciones Antropológicas,,,”, y un informe científico-militar sobre los Mares e Islas del Pacífico Mexicano, Finalmente, en las proximidades de 1950, trabajó en torno a problemas económicos, demográficos y estadísticos.
Titulado ya en la Maestría en Geografía (1952), produce La Integración de Chiapas y su Agregación a la Nación Mexicana, 1954, y un primer Informe Sobre el XVII Congreso Internacional de Geografía, efectuado en Wahington, en 1952.
Sus trabajos hasta 1960, no sólo se caracterizan por ese énfasis geográfico venido de la antropología, sino, sobre todo, por lo que significó ese período: la preparación y creación de bases teórico-sociológicas de la geografía, en esa corriente de pensamiento.
Sus estudios se abocan, hasta ese año de 1960, principalmente al problema de la enseñanza, produciendo libros de texto y haciendo análisis comparativos de la enseñanza de la Geografía en Europa y América Latina. Así se asimila la tendencia generalizada en el mundo, y se plasma en sus obras de texto escolar la definición enciclopédica y sociologista en geografía. Con ello se logra la reforma al plan de estudios del entonces Departamento de Geografía e Historia, separando ambas especialidades y transformando el Departamento en sendos Colegios, uno de los cuales fue, entonces, el Colegio de Geografía.
A partir de 1960 y hasta 1964, sus preocupaciones se centran en el resumen del saber geográfico en México hasta su tiempo.
Así, hace un resumen de la bibliografía de su maestro, el Ing. Pedro C. Sánchez y Granados, e inmediatamente un trabajo que titula La Obra Geográfica y Geológica de Ramiro Robles Ramos, 1961; quien junto con Pedro C. Sánchez y Ricardo Toscano, entre otros, conformaron todo el período histórico precedente al Dr. Jorge A. Vivó, para cerrar esta breve etapa con el ensayo: La Geografía en México, Aspectos Generales de su Evolución, 1964.
En adelante, echadas las bases materiales y teóricas, va a alternar estudios teóricos y descriptivo-regionales, tales como su trabajo sobre Belice, 1967; y luego su Geomorfología de El Sumidero y la Región Central de Chiapas, 1971.
Consideramos que es con esta etapa que de hecho se adentra en la última fase de su fructífera vida, caracterizada por trabajos de “geografía física” predominantemente, como La Depresión Chapala-Acambay, México Oriental, 1972; El Terremoto del 23 de Diciembre de 1972 en la Ciudad de Managua, 1973; Geografía de América Latina, 1975; y una decena más de trabajos entre los que destacan investigaciones sobre El Medio Físico y Recursos de Baja California, 1975, Tectónica y Morfología en el Centro y Sur de México, 1976; y su denuncia sobre experimentos en huracanes y sus consecuencias, en 1978.
Dos de sus últimos trabajos, por demás significativos, fueron: Currículum Vitae del Ing. Jorge L. Tamayo, 1978, en homenaje póstumo a este fértil geógrafo mexicano fallecido en ese año; y, finalmente, Panorama de la Geografía 1950-1977, en 1979, en el que vivó refrenda a la Geografía como una rama de las humanidades. Documento, pues, profundamente significativo: fue como la rendición de un informe final a la comunidad científico-geográfica, en el que prácticamente se muestra su fructífera labor, cuya principal enseñanza es la proyección y sistematicidad de las tareas para lograr un fin.
2 La situación del saber geográfico en los últimos años.
El VII Congreso Nacional de Geografía, de 1978, fue el último dirigido por él; le caracterizaron, por su influencia, los trabajos meteorológicos, etnográficos y demográficos. Luego, él fallece en 1979, y a partir del VIII Congreso Nacional de Geografía se profundiza el énfasis economista y la definición de ciencia social acerca de la naturaleza; pero para el IX Congreso Nacional de Geografía de 1983, se empiezan a insertar ya trabajos de reflexión metodológica e histórica, que para el X Congreso Nacional de Geografía, de 1985, tiene ya abierta una sección específica de historia y filosofía del pensamiento geográfico, en donde se acepta someter a crítica lo establecido.
A partir de aquí, esta concepción de la Geografía desarrollada por el Dr. Jorge A. Vivó Escoto en México, empezó a mostrar sus limitaciones. La teoría khuniana de los paradigmas se hizo insuficiente y se polarizó la situación con la llamada “geografía radical”; a Popper siguieron sin mayor éxito Lakátos y Feyerabend; el estructuralismo es refutado como no-marxista, por ejemplo, por Carlos Nelson Coutinho, Adam Schaft, o Adolfo Sánchez Vázquez.
Al parecer, el Dr. Vivó se desentendió, ya en esos años setenta, de la contienda de “modelos” o “paradigmas”, con la consecuencia de que su geografía se hizo estática ya hacia el final de su vida. Pero, por lo menos, hasta ahí, él había cumplido con su momento histórico.
Resumen.
El Dr. Jorge A. Vivó Escoto se integró al saber geográfico sin someter a un análisis crítico marxista el pensamiento geográfico de su época; no obstante, hemos visto, él significa la acentuación de la Geografía como ciencia social en México, contra una geografía más naturalista en la hechura de sus antecesores. A pesar de todo ello, con su vida y obra, las enseñanzas que nos ha dejado, son enormes.