Estudio a los Prolegómenos de la Geografía; Estrabón. (6/6)
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
http://espacio-geografico.over-blog.es/
18 dic 12
Estrabón podrá ser miembro de la aristocracia esclavista, participar de la filosofía oficial del Imperio, el estoicismo, y estar infundido del poder del Imperio mismo; sin embargo, no puede abstraerse a lo que caracteriza su tiempo y circunstancia: la ciencia clásica griega. Bajo esta condición, luego de establecer sus postulados, elabora la axiomatización de los fundamentos del método, que siendo propio a la geografía, lo hace ver como aditamento externo, mismo que por su importancia nos tomaremos la libertad de transcribir íntegro:
“Ahora bien, lo que los físicos demuestran es lo siguiente: el Universo, e igualmente el cielo, son de forma esférica; el movimiento de los cuerpos pesados se dirige hacia el centro; la Tierra en forma esférica, permanece inmóvil alrededor de éste y posee un mismo centro junto con el cielo, e igualmente un mismo eje que pasa a través de ella y se prolonga por el medio del cielo. El cielo gira alrededor de la misma y alrededor del eje, desde Oriente, hacia Occidente, y junto con este también las estrellas fijas con la misma rapidez que la bóveda celeste. Las estrellas fijas giran sobre círculos paralelos, de los cuales los más conocidos son el equinoccial, los dos trópicos, y los círculos árticos. Las estrellas errantes (planetas), el Sol y la Luna giran sobre círculos oblicuos que están dentro del zoodiaco”[1].
Luego Estrabón, sin referir a esta axiomatización con los términos rigurosos, una vez que ha planteado postulados, principios, y axiomas, comenta en general sobre algunos posibles teoremas:
“Haciendo fe a todos estos principios, o a una parte de los mismos, los astrónomos tratan luego de lo demás, a saber, los movimientos, las revoluciones, los eclipses, los tamaños, las distancias, e infinitas cosas más. De igual manera, los geómetras que miden la Tierra, se valen de las opiniones de los físicos y de los astrónomos, y a su vez los geógrafos emplean las conclusiones de los geómetras…, partiendo de la base de que el cielo está dividido en cinco zonas y de la misma manera que la Tierra… (en particular), la Tierra habitada… Luego deberá tratar adecuadamente de cada una de las partes de la Tierra y del mar”[2].
El principal defecto de esta axiomatización de Estrabón, es, primero, separar en ciencias distintas, y luego, el reunir mecánicamente partes que juzga separadas, en una simple yuxtaposición que las conecta.
Finalmente comenta muy en general sobre los instrumentos, mencionando en particular la esfera terrestre de Crates, y la cartografía que se deriva de la transformación de la esfera en el plano; y a continuación expone el método de construcción de la Proyección Equirrectangular de Hiparco, partidario de que ello sea –dice Estrabón– de la manera más simple posible; evidentemente, primero, no comprendiendo el significado real de un proyección cartográfica, y, segundo, entendiendo esa cartografía como recurso empírico de la historia.
En el método de la geografía de Estrabón, se culmina con la aclaración de que, dice éste: <<Los geógrafos no tiene por qué preocuparse de aquello que está fuera de nuestra tierra habitada>>[a].
Conclusión.
1 Finalmente, nos parece que si la noción de geografía de Estrabón ha prevalecido una y otra vez a lo largo del tiempo, ha sido no tanto por lo supuestamente correcto de la contrariedad que afirmaba frente a la geografía de Eratóstenes (o bien clásica u ortodoxa, objetivamente dada), como por la insuficiencia histórica que dicha geografía ortodoxa mostró siempre producto de un complejo objeto de estudio (el espacio terrestre entendido como tal, como espacio).
2 En última instancia, a pesar de un Aristóteles, de DIcearco, de Eratóstenes, de Hparco, de Crates, o de Apolodoro, en esa geografía ortodoxa o no se hizo (y no hay comentarios recogidos por otros autores al respecto), o bien se perdió con sus escritos, esa fundamentación metodológica, que, por lo contrario, Estrabón si hace, o por lo menos de él si se conservó, si bien poco rigurosa.
3 Al final, si de la propuesta de Posidonio y Estrabón de completar la geografía con el conocimiento de la historia de la tierra habitada y limitada al ecúmene, se quitara precisamente ese complemento, lo que quedaría sería esa geografía clásica ortodoxa de treinta siglos de historia, cinco de ellos entre los propios griegos luego de Anaximandro, y por lo menos de desde que Eratóstenes hace la síntesis de tales conocimientos dándoles la denominación de Geografía, y en todo lo cual nunca estuvo la inquietud que Posidonio primero, y luego Estrabón, manifiestan; y que en los casos de Hecateo o Herodoto, claramente son historiadores auxiliándose de la geografía.
4 Luego entonces, separada esa desviación del conocimiento geográfico hacia los fenómenos, la corografía que se deja ver que la hubo en todos los casos, tendría su fundamento lógico en el estudio exclusivo de las propiedades del espacio terrestre entendido como tal, como espacio, y, en ello, los fenómenos en el mapa, no serían sino estados de espacio a tratar bajo ls propiedades y leyes mismas de la teoría del espacio. Si tuvieron que transcurrir veinte siglos para llegar a esta conclusión, es porque entender que el objeto de estudio de la geografía era el espacio, no fue sencillo, dado lo complejo de la comprensión de la realidad y naturaleza del espacio a lo largo de la historia del pensamiento humano.
5 Toca ahora replantear la axiomatización de Estrabón en términos de una geografía única como ciencia del espacio terrestre[b], y avanzar en o subsiguiente en el conocimiento geográfico, exactamente de la misma manera que lo han hecho todas las ciencias en el método de la ciencia de la modernidad desde los siglos XVII-XVIII: profundizando y ampliando el conocimiento en cuanto a su objeto de estudio por sus propiedades y leyes. El geógrafo no debe esperar más que el conocimiento le venga dado de otros campos de las ciencias, sino que ha de aplicarse en la investigación y descubrimiento de las propiedades y leyes de su objeto de estudio, a la luz del conocimiento antecedente, y en la certidumbre de lo rigurosamente demostrado, pasando de la descripción corográfica cualitativa, empírica concreta (de los fenómenos), a la descripción explicativa, cuantitativa y abstracta del espacio terrestre, de la misma manera que lo hacen los demás especialistas en lo suyo.
La Geografía, una ciencia maravillosa, uno de los conocimientos tan antiguos como la necesidad de la ubicación espacial del ser humano; tardó poco más de veinte siglos en precisar sus elementos como ciencia, lográndolo apenas hasta ahora; sin poderlo hacer como en el caso del conocimiento de las demás ciencias, en el curso de la Ilustración; pero, finalmente, lo ha logrado, y puede ahora erigirse como una ciencia plenamente rigurosa.
6 Cuando Estrabón define el objeto de estudio de la Geografía, haciendo a un lado la parte utilitaria que acompaña a la misma, para él, en su esencia, la Geografía es: “el conocimiento de los fenómenos celestes y de los que ocurren en la tierra y el mar, de los animales, plantas, frutos, y de todo lo que se pueda conocer en cada uno de los lugares”; Estrabón da un giro a la ciencia de la geografía, del estudio de los lugares (el espacio; tal como lo había sido por los treinta siglos anteriores), al estudio de todo cuanto ocurre en él: los fenómenos.
Ante esa nueva idea de la Geografía, no hay réplica, ni de Marino de Tiro, ni por Ptolomeo, y ello no sólo como consecuencia de la autoridad que el Imperio confirió a la obra de Estrabón, como por el que la descripción corográfica, tal como la entiende Ptolomeo, a decir de Ignacio Granero, es la descripción de la tierra habitada por todo cuanto hay en ella. Y eso era ya la corografía para Eratóstenes e Hiparco mismos, pero sin restringirla a la tierra habitada, por lo que, en su caso, Ptolomeo estaría haciendo una concesión a Estrabón, lo que contribuyó a la propagación de esa noción de la geografía hasta nuestro tiempo.
[1] Ibid. pp.205-206.
[2] Ibid. p.206-208.
[a] En esta sección (Libro II, Cap.V,34; p.244), se encuentra un pasaje desconcertante: Estrabón aclara que no es posible “comprender tantas y tales diferencias de nuestra tierra habitada”, y que, por lo tanto, “será suficiente considerar las principales y las más simples que Hiparco propone, partiendo del mismo supuesto que él, a saber, que la magnitud de la Tierra es de 250,000 estadios, conforme lo consigna también Eratóestenes”. Este hecho nos había pasado desapercibido, como también lo fue para Ignacio Granero, que no consigna ninguna nota al respecto, y quizá, porque tampoco ha sido comentado por Geranie Aujac, pero este pasaje deslinda a Estrabón del error histórico de la reducción del perímetro de la Tierra, recayendo ello exclusivamente en Posidonio.
[b] En realidad, al respecto, ya en nuestra tesis de licenciatura, “Geografía: Fundamentos de su Teoría del Conocimiento” (Tesis, UNAM, México, 1983), ya adelantábamos los elementos básicos y esenciales de ello, en cuanto a sus postulados, principios y categorías fundamentales, y ya en el trabajo reciente abundaremos sobre sus axiomas y teoremas.
Comenta este artículo …