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  • : Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
  • : Espacio Terrestre: objeto de estudio de la Geografía. Bitácora de Geografía Teórica y otros campos de conocimiento del autor. Su objetivo es el conocimiento científico geográfico en el método de la modernidad.
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13 abril 2014 7 13 /04 /abril /2014 22:04

Karl Marx (1818-1883)Qué es la Geografía; el Debate de la Naturaleza de la Geografía en el Siglo XX en el Mundo.  (5)  (43/)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

29 dic13.

 

Particularmente el marxismo en México dirimió cuatro soluciones particulares en la evolución del pensamiento geográfico: 1) el refugiado español republicano, combatiente de la Guerra Civil Española, Pedro Carrasco Garrorena (1833-1966), podemos afirmarlo con cierta seguridad, hubo de ceder esa esencial posición de la “geografía espacista” que venía de la ingeniería geográfica, e intentaba desarrollarse ahora en la Facultad de Ciencias (quizá así lo entendió el físico y astrónomo marxista Pedro Carrasco, como la geografía en calidad de la matemática aplicada o especializada en el conocimiento de la Tierra), ante el antiguo miembro del Comité Central del Partido Comunista Cubano en la época de la dictadura de Machado, radicado en México a raíz del asesinato de Julio Antonio Mella, Jorge A. Vivó Escoto (1907-1979), que rompía con los criterios de la ingeniería, y hacía de la geografía una ciencia, y en particular, una ciencia social; 2) luego Vivó tomó posición por las definiciones morfológicas hettnerianas del “hecho geográfico”, que no explicadas con suficiencia y vinculadas a la propuesta de la “morfología del paisaje” de Carl Otto Sauer1884-1975), derivaron a las definiciones martonnianas de la geografía como ciencia de los fenómenos en función del espacio, convirtiéndola en una “geografía fenomenista”, sin desarrollo de la geografía teórica, ni de la geografía operativa, encerrada en una característica exclusivamente aplicada, que hegemónicamente dominó en México por cuarenta años, justo cuando en el mundo más se diversificaba el debate acerca de la naturaleza de la geografía.

 

Romper con la ingeniería, propició el tratar de entender a la geografía como ciencia, y en ese sentido, por más que se perdía el carácter espacista, significó un avance de la geografía en México; pero como ciencia de los fenómenos, mostró insuficiencias y contradicciones, que dieron lugar a la necesidad de una tercera solución parcial; 3) las tenues variaciones que impulsaban el cambio y la crítica, esencialmente en el pensamiento del refugiado español, combatiente republicano en la Guerra Civil Española, el marxista Carlos Sáenz de la Calzada Gorostiza (1917-1996), como de la investigadora mexicana María Teresa Gutiérrez de MacGregor (1927-…), con la reinserción del concepto de espacio; o de la teoría regional, de Ángel Bassols Batalla (1925-2012), marxista, miembro del Movimiento de Liberación Nacional en los años sesenta en México, que de manera disfrazada e inconfesa, introducía el análisis cuantitativo; y 4) la última solución particular que el pensamiento marxista hubo de dirimir en la evolución de la geografía en México, le tocó al autor de estas líneas, militante comunista en la Alianza Marxista Revolucionaria, justo en aquellos años de estudio en la Facultad, con el rompimiento, ahora, con la “geografía fenomenista”, volviendo a la “geografía espacista”, y aún más, ampliando el reconocimiento de los campos de investigación y aplicación geográfica, no sólo con el desarrollo de la geografía teórica, sino con la reinserción de las posibilidades de la ingeniería geográfica en el campo del trabajo operativo.

 

Jorge A. Vivó falleció  en 1979, cuando iniciábamos nuestra investigación de tesis; pero sin duda, nos hubiéramos confrontado, viéndose él, ahora ante nosotros, justo en el mismo dilema a que él sometió, cuarenta años atrás, a Pedro Carrasco Garrorena.  En nombre de la ideología y dialéctica que compartíamos (en mayor o en menor medida y de una forma u otra), lo habría conminado al cambio, a la apertura de pensamiento.  No sabemos qué habría resuelto o cómo, pero ya nos había dado muestras de tal disposición: como estudiantes, habíamos asistido al VII Congreso Nacional de Geografía, que hasta el mismo habían sido denominados como “Congresos Nacionales de Geografía Aplicada”, y criticando nosotros la restricción, a partir del VIII Congreso tuvieron ya su denominación general simplemente como “Congresos Nacionales de Geografía”, que se abrían tanto a la geografía teórica, como al campo operativo, lo cual ocurrió ya con el IX Congreso Nacional de Geografía en 1983, en el que ya como egresados participamos con un trabajo por primera vez: el resumen de nuestra tesis de licenciatura, “Geografía: Fundamentos de su Teoría del Conocimiento”, que no sólo inauguró la inclusión dela geografía teórica en México, sino al mismo tiempo abría el momento definitorio del debate de la naturaleza de la geografía; y el primero en oponer resistencia –he ahí las paradojas de la historia– fue Ángel Bassols Batalla (al fin, seguidor del “marxismo” reducido a estructural-funcionalismo, y de la “revolución” desde el escritorio y el aula).  Dos años después, en el X Congreso Nacional de Geografía (1985), se decretaba nuestra “proscripción”, que empezó a hacerse evidente en la negación de la cátedra en el Colegio de Geografía, ciñéndose el oscurantismo pleno a partir del XI Congreso Nacional de Geografía (1987).

 

Hemos hecho conciencia, pues, de que la historia de la geografía en México, es particularmente importante en el contexto mundial (quizá mucho más de lo que cualquiera pudiera imaginarse).

 

Como tercer factor que agregamos al gráfico, fue una marca para el año en que cada autor publicó su definición de geografía.  En ello no hay nada particular relevante a los propósitos de este artículo, que el hecho curioso, de momento a nuestro parecer (quizá implique algún análisis de sociología de la geografía o algo parecido), de que, en general (pues hay excepciones), hasta los años sesenta, el aporte se daba principalmente en el período de madurez, y sólo a partir de los años setenta, los aportes aparecen ya desde el período de juventud profesional, cada vez de manera más inmediata al momento de egreso, lo que, por lo demás, no hace excepcional nuestro caso.

 

Y así, el quinto y último factor que insertamos en el gráfico para correlacionar el análisis: la esencial evolución de los momentos históricos de abstracción y generalización de las categorías de los “fenómenos” y del “espacio”, el cual venía de un descubrimiento por nuestra parte en un análisis hecho entre 2011 y 2012, en que, fuera de todo orden cronológico, en que, primero vimos ese proceso en Hettner y De la Blache (1905-1913), con su criterio morfológico en uno y las propiedades particulares de espacio en el otro; luego lo entendimos así en la propuesta de los elementos de Sáenz de la Calzada Gorostiza (desde 1952), e inmediatamente a su vez, en las “fases” de Riábchikov (1976).

 

Con nuestra propuesta (1980-2012), de momento creímos que esos momentos históricos  de abstracción y generalización habían sido tres; pero con la observación dirigida, al revisar nuevamente el material de Miguel E. Schulz (1892), vimos que ya en él estaba una primera forma de abstracción y generalización, determinada más que por el esfuerzo en ello en sí, con el fin de resolver un problema, por un principio filosófico al enfrentar la realidad: el principio empirocriticista de conocimiento a partir de lo sensiblemente dado, pero del que Schulz hizo conciencia de que ello resolvía el tratamiento de los fenómenos en geografía; luego vimos el mismo caso antecedente en el tiempo, en Louis Vivan de Saint-Martin (1873), y luego el particular de William M. Davis (1899), para, entre los tres, en el siglo XIX, hacer un solo momento histórico antecedente; y los momentos históricos sumaron ya cuatro.  Hubo que considerarse un momento más para sumar cinco, con el caso de E. Chizhov (1896), y Andrei Nikolaevich Krasnov (1915); y finalmente observar, al revisar las propuestas de objetos de estudio, que de Hettner a Passarge (1927-1932), se había dado un sexto momento histórico.  Luego los ordenamos cronológicamente tal como aparecen en el cuadro  al pie del gráfico.

 

En el I Momento Histórico de Abstracción y Generalización de las categorías de “espacio” y “fenómenos”, básicamente los “fenómenos” son abstraídos y generalizados en los “hechos geográficos” y la morfología de éstos, dados por lo empíricamente perceptible, así como el “espacio”, es abstraído y generalizado en los conceptos de lugar y región.  En el II Momento Histórico la abstracción y generalización va dirigida al concepto de “espacio”, entendido como el orden de coexistencias y en la noción de superficie terrestre.  En el III Momento Histórico, esos elementos son retomados en un intento de abstracción y generalización simultánea de las categorías de “espacio” y “fenómenos”, en la categoría de región corográfica, con una referencia más particular a las propiedades de espacio en los conceptos de lugar, localización, distribución y relaciones.  En el IV Momento Histórico, en una nueva solución simultánea de abstracción y generalización de las categorías fundamentales de los “fenómenos” y el “espacio”, se introducen los conceptos de “paisaje”“morfología del paisaje”, como un ámbito espacial (semejante a lo corográfico), y “unidades morfológicas”, como abstracción y generalización de los fenómenos; aquí el debate se agudiza; se hace evidente que en la categoría de “unidad morfológica” se está dejando de lado a los fenómenos como tales y de su estudio en sí mismos, a lo que se ofrece una particular resistencia; pero otro tanto ocurre con el poco afortunado concepto de “paisaje”.  Tendría que transcurrir medio siglo para que, desarrollada la teoría de la regionalización, se introdujera el análisis cuantitativo; y siendo ya más comprendida la teoría del continuum de Einstein, se diese lugar al V Momento Histórico de este complejo proceso; los fenómenos fueron abstraídos y generalizados ya en los conceptos de “elementos” o bien “fases”, en un espacio entendido precisamente como el continuum.  Pero el análisis regional y cuantitativo, no obstante, siguió siendo en forma del estudio de los fenómenos en sí mismos, tan sólo en un ámbito espacial de referencia, los “elementos” o las “fases” siguieron siendo, a su vez, tratamiento de los fenómenos apenas justificados en la teoría del continuum, pero el continuum mismo dejaba de lado la propiedad más esencial del espacio: la extensión, abstracción hecha de lo extendido.  Y en consecuencia, tuvo que darse, aún más, un VI Momento Histórico de Abstracción y Generalización de las categorías de “fenómenos” y “espacio”, y en éste, cuyo autor es el protagonista de estas líneas, el espacio se tomó en su esencialidad como el vacuum (un vacío no absoluto, sino relativo y coexistente con los fenómenos, esas formas de existencia de la materia en sustancia y campo, fueron abstraídas y generalizadas como “estados de espacio”.

 

[1]    Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado; México, 2003; (v. Información). 

    Foroba, A.N; Diccionario de Filosofía; Editorial Progreso, Moscú, 1986; v. Información (subrayados nuestros).

[3]  Ibid. v. Información.Hemos hecho conciencia, pues, de que la historia de la geografía en México, es particularmente importante en el contexto mundial (quizá mucho más de lo que cualquiera pudiera imaginarse).


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