Reloj (del griego, horologión; de hora, diosa de la estación del año; y l-ego, “yo cuento”): en un principio, y en la mitología griega narradas por Hesiodo, se reconocían tres, hijas de la Justicia: Eunomía (buen gobierno), Diké (justicia), e Irene (paz); llamadas en Ática: Talo, Carpo y Auxo, en relación con el desarrollo de las plantas. Luego fue creciendo su número ya no sólo con el reconocimiento de una estación más del año; lo que debió haber ocurrido entre la época de Dicearco a Hiparco; sino con la precisión de la simetría del transcurso del tiempo, hasta alcanzar las 24 horas, cuya cifra resultó de dividir los 360º entre el valor de 15º dado a cada Huso Horario, mismo que coincide con la máxima distancia lineal en el plano, sin producir notables deformaciones en éste al plegarlo sobre la curvatura de la esfera. De este modo, 1 hora, es igual a un Huso Horario de 15º de arco, y 1,666.66 km.
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