Acerca del “Providencial” Encuentro con una Civilización No-Humana. Artículo, 2012.
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica
de Geografía Teórica.
http://espacio-geografico.over-blog.es/;
09 ene 12.
Un impensado relámpago destruyó nuestro equipo de cómputo, y perdimos capacidad para continuar instalando artículos en el Blog “Identificados”. Pero luego no sólo perdimos esa capacidad técnica, sino hasta se nos enredó la clave de acceso.
Nuevamente, con la sencillez de nuestras posibilidades muy limitadas de ahora, iremos instalando artículos sobre esta temática, a manera de un “postre” de “ciencia-ficción sospechosa” (sospechosa de ser ciencia, como sospechosa de ser ficción. El fenómeno exopolítico es a tal punto complejo y las evidencias a tal punto desconcertantes, que todo queda en la ciencia-ficción más viva y presente).
Esas evidencias traslucen sin dificultad de entendimiento, el necesario encuentro abierto y directo de la humanidad con otra (u otras) civilizaciones inteligentes superiores no-humanas (ya sean extraterrestres, intraterrestres, o interdimensionales). O incluso el que ello sea el irrumpir de una nueva rama humínide más en la evolución de la misma especie humana (a manera como en su momento irrumpió el Cro-Magnon en el mundo del Neanderthal).
Tal hecho se ve, por la gran mayoría de los seres humanos, como “providencial”, dicho tanto en su amplio sentido a manera de “la oportuna ayuda” (de donde venga y por quien venga); como en su sentido restringido en la intervención divina.
En cualesquiera de las dos consideraciones; ese contacto con otra civilización; que al arribar, necesariamente lo hace al disponer de una capacidad mayor, se ve como algo necesariamente positivo. Pero nada nos dice que necesariamente así será, aun cuando tampoco nada nos hace ver que esté siendo o vaya a ser, necesariamente, catastrófico.
Sin embargo, haremos aquí una muy breve reflexión filosófica al respecto: el encuentro como ayuda “providencial” (amplia o restringidamente), nos despojará de nuestra condición humana esencial. Es decir, que, algo externo a lo humano, nos resolverá la existencia para la cual los seres humanos mismos no demostramos tener capacidad, dando muestras de dirigirnos a nuestra propia extinción como especie. En esa situación, el ser humano quedará en una condición dependiente; en la conciencia moral, una atadura le ceñirá el cuello por la eternidad, y dará lo mismo que esta atadura se conciba ya como una sencilla correa, o como una fina cadena de oro.
No obstante, hay una variante que hace el caso aún más complejo, dicha variante la podríamos denominar. “Variante Erick Von Däniken”. Esto es, que, si lo esencial de lo que apunta Däniken: el encuentro con civilizaciones no-humanas en otras épocas de la historia, es cierto, entonces la situación se invierte, resultando inherente a lo humano esa “ayuda providencial”. O, dicho de otra manera, que quizá no estemos sino haciendo conciencia del tipo y largo de una invisible atadura milenaria. Nuestro grado de libertad, estaría dado en función de nuestro grado de inteligencia como especie. Nuestra conciencia de la atadura, no sería sino la conciencia de la necesidad en nuestra evolución como especie.
En la consideración de esta segunda variante, el momento histórico para la humanidad será profundamente impactante. La resignación en los más, a la condición inherente a la atadura, y será entonces un ser humano desfigurado, que sólo será, en tanto se afirme en el alien (el otro no-humano); o la conciencia de tener que romper la atadura para alcanzar la condición humana plena, que le impondrá, no la negación de la realidad del otro, sino la filosófica negación dialéctica del alien.
La analogía de esas situaciones respecto de las especies inferiores a nosotros, es la de la especie doméstica en el primer caso, o la de la especie salvaje, en el segundo caso, la del perrillo faldero, o la del león o el tigre.
Si la “Variante Von Däniken” es real, ¿qué es lo que estará en el interés de esa especie inteligente superior?: ¿la “granja” de que habla Salvador Freixedo, por demás, bajo condiciones providenciales; o la “reinserción y monitoreo” de una especie, literalmente dicho, feraz, en la naturaleza para su continuidad?
La especie humana en su condición feraz de 7 mil millones de seres, tiene que encontrar pronto su nueva forma de organización social para subsistir; se aproximó mucho a esa capacidad, pero erró en la oportunidad, y, estando ya contra el tiempo, requiere ahora de “la oportuna ayuda”. Y es aquí donde pudiera estar la intervención providencial, aún en los mecanismos de “inserción”, pero que tiene la posibilidad de determinar un desarrollo propio en una nueva etapa de la humanidad. La “granja” requeriría la intervención permanente, y virtualmente sería una declaración de extinción de la especie. Sería tanto como –en otra analogía– la transformación de la silvestre gallina de Guinea, en la gallina de marca de producción industrial.
Los avistamientos de extraños objetos, claramente artefactos inteligentes, tendrán que diferenciarse entre objetos reales concretos de manufactura humana, objetos físicos reales pero en calidad de un efecto de holograma de evidente origen humano, y objetos reales concretos, pero de manufactura no-humana, sino pertenecientes a otra civilización o especie inteligente superior.
Pero ello ha de implicar el examen de su aproximación y comportamiento, la lógica que implicaría el que fuera otra civilización, pero con un comportamiento que pareciera responder a ciertos intereses humanos; o la distinción en ello, de la tecnología humana en manos de ciertos grupos de poder, o de la tecnología de comportamiento semejante, pero en cierta lógica de encuentro en el interés de otra civilización inteligente.
Nuevamente, la analogía de la relación de nosotros con especies inferiores nos tendrá que ayudar a descifrar esa lógica en relación con una especie superior a la nuestra en desarrollo e inteligencia.
Y en algún artículo siguiente, analizaremos esta problemática, sin duda necesario de hacerlo para que el encuentro; en su momento, inminente, si no es que ya es así; no resulte catastrófico; y sin que deje de ser profundamente impactante para la cultura human, que tal encuentro tome visos de mayor racionalidad.