Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri

De Mariguanos, Mariguaneros, Mariguanólogos y Mariguanistas, y los Consejos Ciudadanos de Autodefensa: lecciones de construcción del Poder Popular.  (1/2)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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18 ene 14.

¿Un Desarrollo Capitalista Equitativo?

El asunto es si esa percepción que tenemos de la deplorable situación del país, es algo puramente subjetivo sin ningún vínculo con la realidad, o es, justo, un reflejo objetivo lo más fiel de la misma.

Nuestra percepción subjetiva (en valores absolutos y relativos), de la realidad de este país.

Cierto es que la decena de valoración de cosas buenas que había que evaluar en los próximos treinta y cinco años para revertir esa tendencia, podrían cambiar realmente en un instante (tres o cinco años), dependiendo de dos alternativas posibles: 1) u desarrollo capitalista equitativo (que sólo sería adormidera del proletariado), o 2) una revolución.

Para valorar en ese primer punto la alternativa económica, la que, por demás, por su naturaleza se corresponde con la realidad objetiva, pueden irse confrontando varios indicadores económicos con nuestra gráfica de percepción de los últimos 45 años, más unos cinco de posible proyección, y ya con un mayor detalle histórico.

Comparativo de la curva de nuestra percepción subjetiva en valores absolutos y relativos, con el indicador de la evolución del PIB en México en correspondencia a los años considerados de la percepción.

El primer indicador económico básico es el que se refiere al Producto Interno Bruto (PIB), la producción socialmente generada medida en un año.  Dicha curva muestra sin duda, una exuberante prosperidad.  Pero, luego entonces, ¿por qué se cruzan la curva de percepción y la curva del PIB; ello evidencia la falta de objetividad en la percepción?..., o muestra la espeluznante realidad de una apropiación de la riqueza socialmente generada en manos de unas cuantas decenas de los que ahora, producto de ello en el trasiego del mercado internacional, son, reconocidamente y o sólo como un dicho, los más ricos del mundo.  Mostrando ello, a su vez, por lo tanto, la polarización social con los 70 millones de pobres de la estadística de este país.

Para verificar ello, basta agregar los datos de la evolución del desempleo.  La famosa “generación perdida” de la década de los ochenta, lo fue precisamente porque a partir de entonces se dejó de generar los empleos necesarios en por o menos la mitad del 1.2 millones de población económicamente activa que anualmente se incorpora al “mercado laboral”.  En general, a partir de entonces, anualmente se empezaron a acumular 500 mil desempleos, justo lo que hoy en día hace los 16 millones de desempleados en cifras oficiales (más unos 10 millones de subempleados agregados luego de la crisis económica de 1994-1995.  Puede verse en la gráfica que, luego entonces, la exuberante prosperidad reflejada en el PIB, lo será sólo para algunos cuantos, pues la curva de desempleo muestra la realidad de la abrumadora mayoría, explicando nuestra percepción de las cosas, y su objetividad.

Contrastación de la curva de nuestra percepción “subjetiva”, con el desarrollo, por una parte del PIB, la riqueza socialmente generada medida anualmente; y por otro con la evolución del desempleo en México a partir de principios de los años ochenta, que verifica la objetividad real de nuestra percepción.