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  • : Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
  • : Espacio Terrestre: objeto de estudio de la Geografía. Bitácora de Geografía Teórica y otros campos de conocimiento del autor. Su objetivo es el conocimiento científico geográfico en el método de la modernidad.
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1 marzo 2015 7 01 /03 /marzo /2015 23:00

009 Mapa de EstrabónEstudio a los Prolegómenos de la Geografía, de Estrabón (2/…)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

16 dic 12.

 

Estrabón, desde la Sección 1, comienza exponiendo que los primeros en tratar  con el conocimiento geográfico, fueron, Homero (s.VIII ane), y Anaximandro (s.VI ane).  Ciertamente, la diferencia de dos siglos entre uno y otro, hacen de Homero, según Estrabón, el iniciador absoluto del conocimiento geográfico.

 

Para Estrabón, el que el poeta Homero, al que se le atribuye ser el autor tanto de la Iliada como de la Odisea, sea el iniciador del conocimiento geográfico, es de esencial importancia: ese será el fundamento de una geografía no sólo esencialmente como expresión histórica, sino como fundamento de un conocimiento que, siendo científico, puede expresarse poéticamente con el mismo rigor de toda ciencia.

 

Estarbón menciona que Hiparco comparte la idea de Homero como el iniciador del conocimiento geográfico; no obstante, Ignacio Granero, quien hace un profundo compendio de notas, apunta que Homero es considerado como el iniciador de todas las ciencias, de modo que ello constituye una generalidad que se asume por extensión, y culturalmente nadie objetaría.

 

Asimismo, Estrabón declara la utilidad de la geografía, “ya sea para las actividades de orden civil y militar, como también para el conocimiento de los fenómenos celestes y de los que ocurren en la tierra y el mar, de los animales, plantas, frutos y de todo lo que se puede conocer en cada uno de los lugares[1].  Esto, que lo ha mencionado como una utilidad, deja entrever, a su vez, el concepto de objeto de estudio de la Geografía (justo eso por lo cual es útil): los fenómenos que pueden conocerse en cada uno de los lugares.

 

Esta definición de Estrabón, pareciera no diferir de la que ha asentado Hiparco, al cual cita, exponiendo la necesidad de la astronomía y la geometría para el conocimiento geográfico, a lo que Estrabón añade: “…como también el calor y el frío y en general la naturaleza del medio ambiente[2].

 

Para Estrabón, la parte física y matemática, pertenece a lo teórico en geografía, no son aspectos que se refieran al orden práctico, al igual que lo hace, por las mismas razones, con las fábulas.

 

El geógrafo ha de verlo todo, pero no por todo ha de interesarse por igual.  “Tampoco es necesario que investigue todo tan minuciosamente, que todo lo conozca, ya sea en cuanto afecte a la vista o bien en su misma naturaleza”[3].  Pero a lo que no se da respuesta, y más aún, ni siquiera se plantea, es el problema teórico planteado en el hecho de por qué el geógrafo, al mismo tiempo que todo lo ve, no pareciera tener que interesarse por nada en particular.  Dicho de otro modo, por qué si la geografía es una ciencia panóptica, a la vez ha de ser, por decirlo así, ataráxica, o apática (en ese término, en la misma filosofía estóica); es decir, sólo contemplativa.

 

 

Del Libro I, Cap. II.

 

Al pasar a su capítulo segundo, Estrabón inicia la crítica a Eratóstenes.  De ella se deja ver, en principio, que Eratóstenes no tenía una filiación filosófica, pero que si bien desdeñaba a los estóicos (la escuela de Estrabón), expresaba simpatías por platónicos como Arcecilao, o sofistas como Aristón; pero que él está lejos de hacer filosofía, y, en última instancia, no tendría por qué hacerlo, como, al fin, tampoco lo hace Estrabón, por más que guarde una filiación estóica en la madurez de su vida.

 

De ahí, Estrabón dice pasar a “enmendar” la geografía de Eratóstenes, y lo hace empezando por criticar la afirmación de éste, de que “el poeta pretende deleitar y no enseñar”[4].  Sobre este punto, Estrabón disertará en extenso por todo su segundo capítulo.  Y sin duda.  Y son duda prendió a Eratóstenes en una absolutización, pues, aún en el texto literario, algo se aprende, incluso, acerca de la ciencia, pero no por ello de la ciencia misma en forma rigurosa propia a ella.  La crítica de Eratóstenes es plenamente justa y correcta tanto más que, la ciencia, pretendida por esa vía, es más fácil que caiga en el subjetivismo que desvirtúa su verdadera naturaleza; como ocurre con la frase de Homero: “los ríos <<caen del cielo>>” (la lluvia), y basta entender cielo por el Paraíso en el Reino de los Cielos, para que tengamos la Topografía Cristiana de Cosmas Indicopleustes.  De modo que no tendría más explicación en su favor, que su proclividad por la ciencia, la cual no puede ser mas que lo más rigurosa, razón por la cual Eratóstenes llamó charlatanes a quienes dan crédito a la mitología, como es el caso en Evémero y los estóicos como el mismo Zenón, “y exhortó a no valorar los poemas de acuerdo con el razonamiento y a no buscar al verdad  base de ellos”[5], y desde este punto de vista, y sólo desde este punto de vista, Eratóstenes tiene la razón, por más que Estrabón afirme que el conocimiento verdadero es posible mediante la poesía.

 



[1]        Estrabón; Geografía, Prolegómenos; Editorial Aguilar; México, 1980; p. 5 (entre ellos mencionará más adelante, las necesidades del Estado y del orden de gobierno, §16,18)

[2]        Ibid. p.15 (subrayado nuestro, en función de que se nos hace extraño el concepto de “medio ambiente” ya en esa época, y sospechamos sea un asunto de traducción.

[3]        Ibid. p.24.

[4]        Ibid. p.30.

[5]        Ibid. p.47.

 

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