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  • : Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
  • : Espacio Terrestre: objeto de estudio de la Geografía. Bitácora de Geografía Teórica y otros campos de conocimiento del autor. Su objetivo es el conocimiento científico geográfico en el método de la modernidad.
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13 noviembre 2009 5 13 /11 /noviembre /2009 09:10

Cliché Espacio Geográfico, Revista 2010

“Geografía: Fundamento de su Teoría 
del Conocimiento”.  El Salto de la Cantidad 
a la Calidad. 
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri

“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica de Geografía Teórica; 
http://espacio-geografico.over-blog.es/; 
México, 14 dic 09.

 

 

d)      El salto del concepto cualitativo-comparativo, 
   al concepto comparativo-cualitativo.

 

La descripción constituye así, al final de esta segunda etapa del desarrollo de la geografía, un punto común de unidad fundamental entre los dos planteamientos teóricos de ambas escuelas de pensamiento geográfico.

 

Si bien la descripción puede considerarse como etapa previa de toda investigación científica; que prepara el paso a la investigación teórica del objeto de la ciencia; adquiere relevante importancia en geografía como categoría fundamental, dado que con ella es que se ha de expresar esencialmente, ya por el trazado de mapas o por la narración historiográfica.

 

La descripción, el “grafos” como trazado o narración, en tanto que concepto, define de por sí las propiedades cualitativas de los objetos o fenómenos.  La descripción como concepto es un concepto de cualidad.

 

Ahora bien, como lo expresan M.M. Rosental y P.F.Iudin, “la determinación cualitativa de los objetos y fenómenos es lo que les hace estables, lo que les delimita y lo que crea la diversidad infinita del mundo”[1].  Delimitar la diversidad infinita ha de implicar a su vez el proceso de comparación; concepto que por su parte establece la “confrontación de los objetos con el fin de poner de manifiesto los rasgos de semejanza o de diferencia entre ellos”[2].

 

Puede resumirse entonces, que la geografía alcanza en esta segunda etapa el desarrollo metodológico al nivel cualitativo-comparativo, como principalmente es expresado por Anaximandro, Hecáteo y Herodoto.

 

No obstante, se ha expuesto ya que en mucho, los trabajos Eudemo y Dicearco tuvieron un contenido métrico o cuantitativo.  Es así, que con ellos, el desarrollo metodológico da un ligero salto de la comparación entre los objetos por sus propiedades cualitativas (dadas las diferencias principalmente, entre objetos no semejantes), a la comparación entre los objetos o fenómenos por sus propiedades de cantidad (dadas las diferencias entre objetos análogos), formándose así el nivel metodológico comparativo-cuantitativo, en donde la descripción se caracteriza “por la relación externa respecto a la naturaleza de los objetos”[3], hecho de fundamental importancia en la integración y unidad metodológica de la escuela espacial-cartográfica, ya que en ello se era consecuente con la noción de espacio de los filósofos y naturalistas presocráticos.

 

Por su parte, la escuela fenomenológico-historiográfica había hecho poco en cuanto a adelantar las formas metodológicas, circunscribiendo sus esfuerzos a separar la historia de la mitología, buscando la verdad del hecho humano subyacente en el cuadro fabuloso descrito en la poesía histórico-geográfica de Homero, Hesiodo, Píndaro o Calímaco.

 

El desarrollo de pensamiento geográfico como  parte del desarrollo de la ciencia en general, había llegado a un alto nivel de concreción en el estudio del espacio adyacente a la superficie terrestre, por las relaciones externas de los fenómenos u objetos, trazándose como misión principal el determinar la magnitud, extensión, numero e incluso propiedades de esos objetos.  Llegar a este alto nivel de concreción en el estudio del espacio de la superficie terrestre supuso todo el trabajo filosófico de Tales, Heráclito,  Leucipo (500-440 ane), Empédocles (483-423 ane), Protágoras (481-411 ane), Demócrito (460-430 ane) y Epícuro (341-320 ane), entre una larga lista.  Pero tal etapa llegó a su término con el aristotelismo; ha sido denominada por los historiadores de la ciencia y la cultura como la época presocrática, y caracterizada como de la filosofía de la naturaleza y su realidad sensorial o perceptible y objetiva; aún cuando estrictamente no fue Sócrates (469-399 ane), el límite para la filosofía de la naturaleza, sí fue este un personaje importante en el desarrollo de la ciencia: con él se da un viraje de la filosofía de la naturaleza materialista al idealismo ético antropocentrista; como consecuencia de él, la escuela eleática de Parménides y sus seguidores pasará a primer plano, y se conjugará mas tarde la ética aristotélica con el estoicismo y el declinamiento de Grecia hasta su caída y el dominio romano, con las implicaciones de todo ello para el quehacer científico.

 

Entre tanto, Aristóteles (384-322 ane), es el último de los sabios poseedores de la ciencia en general y su posición científica es caracterizada por Lenin, al señalar que osciló entre el materialismo y el idealismo.  Rosental e Iudin resumen uno de sus pensamientos, de capital importancia para estos argumentos: “el objeto de la ciencia es lo general, a lo  que se llega por la razón.  Pero lo general existe solo en lo singular, sensorialmente perceptible, y puede conocerse solo o través de lo singular…”[4].

 

Con esto, lo se quiere dar a entender es que la ciencia en general, prácticamente había llegado a su fin, y a partir de la escuela de Aristóteles, dio comienzo la segregación formal de las ciencias especiales a través de las cuales se inició el conocimiento de las formas singulares de la realidad objetiva.  La geografía a partir de aquí, empezará su sistematización formal como ciencia especial formada en ese entonces, como todas, sobre la base de “geniales intuiciones” (Engels), y referida a una faceta singular de la realidad, precisamente la faceta geográfica, acerca del estudio del espacio adyacente a la superficie terrestre, tomado como singularidad.

 

Fue en el Liceo donde los discípulos de Aristóteles se subdividieron el trabajo intelectual a partir de las divisiones de la ciencia Aristotélica.  Dos de dichas divisiones quedaron en estrecha relación con el saber geográfico: la parte de la física y la parte de la Ética.

 

La especialidad geográfica en su forma espacial cartográfica, fue asignada a Dicearco, seguidor de la física aristotélica; con quien culmina este periodo del desarrollo de esta ciencia; y en su forma fenomenológico-historiográfico a su vez, con Eudoxio, seguidor de la ética aristotélica.


[1]       Rosental, M.M-Iudin, P.F; Diccionario Filosófico; Editorial Pueblos Unidos; Montevideo, 1965; (v. Calidad y                 Cantidad).

[2]       Ibid. (v. Comparación)

[3]       Ibid. (v. Calidad y Cantidad)

[4]       Ibid, (v. Aristóteles).


 
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