Datos Sobre: La Geografía en Alfred Hettner. Ensayo, 2011 (6/). [*]
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica
de Geografía Teórica.
http://espacio-geografico.over-blog.es/
La Tierra, 1 (ɸN, λW); 16 may 11.
Hettner no podía evadir, como es natural pensarlo en geografía, el problema no sólo de la naturaleza, sino del ser humano. En cuanto a lo natural, narra cómo el geólogo Richthofen, involucrado en la geografía, aproximó una relación funcional, por la cual, el objeto de estudio de ésta era la corteza terrestre sólida, respecto de la cual los demás fenómenos tendrían que ser considerados según el grado de dependencia a aquella. Pero, dice Hettner a ello, “esta concepción contradecía desde un principio al desarrollo histórico de la ciencia”[1]. Es decir, para Hettner que tenía muy presente la importancia de la objetividad rescatada del análisis histórico, el conocimiento geográfico, evidentemente, no empezó ni se ha desarrollado así. Pero, más aún, esa es una consideración para el caso de su definición como ciencia social; de donde Hettner, va directo a una conclusión: “la geografía no puede limitarse a ningún dominio de la naturaleza o del espíritu en concreto, sino que debe extenderse a la vez sobre todos ellos”[2].
La conclusión es interesante, “no es ni ciencia de la naturaleza ni ciencia del espíritu, sino ambas cosas a la vez”. Lo que Hettner estaba preparando ahí, era dar una solución lógica por subsunción a dicho problema.
Y ya en 1927, Hettner ponía de relieve algo que aún hoy en el inicio de la segunda década del siglo XXI, tiene absoluta vigencia; lo cual revela el profundo atraso de esta ciencia: “La necesidad de considerar –dice Hettner– de forma igualitaria en la geografía a la naturaleza y el hombre sólo es puesta en duda, a decir verdad, por los profanos que nunca han profundizado en los problemas geográficos o que únicamente han cultivado una parte de la geografía. Por lo contrario, por parte de los propios geógrafos –algunos a disgusto y otros con alegría– es reconocida en general esta necesidad”[4]. Y a dicha necesidad es que Hettner le ha dado, finalmente, solución, si bien con la limitación de la categoría de lo corológico.
A partir de ahí, Hettner tiene que ser consecuente con su propio planteamiento, en la aplicación de lo que el mismo llama “la aplicación del enfoque corológico”. Hettner, así, estaba esencialmente en lo correcto; pero superar ese fino límite en el cual el fenómeno no puede ser entendido por sí mismo, cuando al mismo tiempo se imponía su estudio, si bien con un “enfoque corológico", constituyó, y constituye aún, el salto cualitativo de mayor complejidad en la mente del geógrafo contemporáneo. En mucho, creemos, porque el “enfoque corológico” no fue, ni ha sido, lo suficientemente esencial, lo suficientemente drástico, como para romper con el viejo atavío, que permita reconceptualizar todas las cosas.
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