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  • : Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
  • : Espacio Terrestre: objeto de estudio de la Geografía. Bitácora de Geografía Teórica y otros campos de conocimiento del autor. Su objetivo es el conocimiento científico geográfico en el método de la modernidad.
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30 julio 2009 4 30 /07 /julio /2009 08:05


Cliché Espacio Geográfico, Revista 2010

El Concepto de “Espacio Geográfico”
en la Red Internacional.

 Ensayo, 2009 (5/20) 

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri

"Espacio Geográfico", Revista Electrónica de Geografía Teórica;
http://espacio-geografico.over-blog.es/,

México, 17 ago 09.

 

Introducción (5/6)

 

                              El infortunio personal sería suficiente para explicar nuestra situación, pero no así para la Geografía institucional con todos los recursos disponibles.  Diez años (1996-2006), que bien podemos elevar a quince (1992-2006), o incluso a veinte años (1987-2006), son responsabilidad histórica absoluta y exclusiva de esa camarilla oscurantista.

 

                              En este último lapso se nos “proscribió”, no fue una auto proscripción.  La fundación de la SMTHG, no fue el crearnos una comunidad aparte, abstraída del debate científico formal, sino, por todo lo contrario, fue un recurso formal para debatir con la posición “oficial institucional” sobre los verdaderos fundamentos científicos de la Geografía.  Fueron imposibilidades materiales las que impidieron la continuidad de los trabajos de la SMTHG y su presencia en la ciencia formal, entre la comunidad de geógrafos de México.

 

                              El desarrollo de la Geografía en México de 1992 a incluso 2008, como consecuencia de esas actitudes retrógradas, quedó, para efectos prácticos, aniquilada (o estancada girando sobre lo mismo, lo que es igual).

 

                              Simultáneamente a los trabajos de la Sociedad Mexicana de Teoría e Historia de la Geografía, impulsamos la creación y el desarrollo de una Consultoría de Estudios Geográficos, con interesantes y fundamentales experiencias que pusieron a prueba nuestro planteamiento acerca de la verdadera naturaleza de la Geografía.

 

                              Hasta que, sería quizá hacia 1997, tuvo lugar la Reunión de Capacitación de Profesores de Educación Básica, en Oaxtepec, Mor; con motivo de una Reforma Educativa más en la enseñanza básica, y a la que circunstancialmente fui comisionado (sin tener nada que ver con ese medio), por la institución de educación superior en que laboraba.  Y entonces, en esa circunstancialidad, nos enteramos de lo que venía ocurriendo de varios años atrás, y que, decíamos en una entrega anterior, dio la paradójica nueva caracterización de la Geografía para este período.  Allí nos encontramos con el compañero de la Universidad de Chapingo, el Prof. Javier Castañeda Rincón, que para más, dirigía los trabajos de tal evento, pues ahora ocupaba un cargo en alguna dependencia de la Secretará de Educación; y ya desde que nos saludamos, me extrañó su descontrol y nerviosismo.

 

                              Iniciaron los trabajos de la Mesa que él Coordinaba, se nos repartió el material, lo comenzamos a leer, y me sorprendí de que parecía haberlo escrito yo; sólo que los créditos a mi persona no aparecían por ningún lado.  Entendedor el compañero de que había ahí un problema, el mismo se adelantó a explicar que <<no nos había dado los créditos correspondientes, dado que no contaba con ninguna fuente que citar y referir>>.  Y mencionarle la tesis, y las Memorias de los Congresos, sólo lo contrarió más.  Aún aproveché la ocasión para distribuir unos ejemplares de un horrendo libro que recién habíamos escrito; muy mal terminado, con muchos errores; que titulé Geografía Básica, como una edición propia a nombre de la SMTHG, en que incluía algunas nuevas consideraciones sobre el aparato de categorías fundamentales de la Geografía como ciencia del estudio del espacio terrestre.  Tardé en asimilar la situación, se estaba dando una extraordinaria paradoja en la que todo cuanto yo había propuesto y me había costado la “proscripción”, ahora era oficial al más alto nivel.  Era todo yo, sin estar yo mismo en ello.

 

                              Y así, en medio del más cerrado ambiente retrógrada oscurantista en la Geografía Superior, resultaba que mi propuesta operaba, por lo menos, a nivel de la enseñanza básica.  Había en todo ello un sentir encontrado, agridulce; que en otro lugar examinaremos.

 

                              Aquello pasó, se fue en los oscuros años noventa.  Entre 2003 y 2007, nos decidimos a cursar una nueva Maestría, y un nuevo Doctorado, esta vez en Filosofía, por el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades en el Estado de Morelos: la tesis doctoral la trabajamos entre 2007 y 2009 con el tema: “Dialéctica y Materialismo en <<El Estado de la Geografía de la Nueva España y Modo de Perfeccionarla>>, de 1772, de José Antonio de Alzate y Ramírez”.  Una tesis de Doctorado con doble carácter: de Filosofía, y de Geografía, y en su esencia, de Geografía Teórica.

 

                              En lo personal en nuestra parte, todo ello tiende a reflejar una recuperación, por lo menos en lo intelectual; pero en lo institucional ha ocurrido a su vez algo semejante: en el año 2008, se efectúa el XVIII Congreso Nacional de Geografía, con la particularidad de que nuevamente se abre una Mesa de Teoría de la Geografía.

 

                              Finalmente, llegamos en esta brevísima historia, a la Geografía en México a partir de 2009; en la práctica, por lo antes dicho, muy posiblemente una nueva etapa para la próxima segunda década del siglo XXI.

 

                              Un primer hecho de esta nueva etapa quizá sea el haber abierto este Sitio Blog en la Red Internacional, por lo que, lo que se nos ha negado en la posibilidad de publicar, de improviso, se da aquí, sin restricciones y con alcances mundiales.


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30 julio 2009 4 30 /07 /julio /2009 08:04

Cliché Espacio Geográfico, Revista 2010

 
 El Concepto de “Espacio Geográfico”

en la Red Internacional.

Ensayo, 2009 (4/20)
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri

"Espacio Geográfico", Revista Electrónica de Geografía Teórica;

http://espacio-geografico.over-blog.es/ , México, 13 ago 09

 

Introducción (4/6)

 

                              Un año después, en 1987, tuvo lugar el XI Congreso Nacional de Geografía; presentamos el trabajo de Geografía Teórica: La Unidad de la Geografía, como Reflejo de la Unidad Espacial del Mundo (“Memoria del XI Congreso Nacional de Geografía”, Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, México, D.F; 1987; inédita, quizá producto del oscurantismo sin límites).  Con esa ponencia de Geografía Teórica, prácticamente estábamos concluyendo con rigor dialéctico materialista, marxista, nuestra propuesta.  Para nosotros pasaba a ser algo plenamente demostrado.  Pero, a partir de ahí, quedamos “oficialmente proscritos”.  Simultáneamente, desde que recabábamos datos para la historia de la Geografía, nos habíamos movido a la refundación de la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología (1982), y a la colaboración de la fundación Sociedad Latinoamericana de Historia de la Ciencia y la Tecnología (1985); hasta que en 1989, fundamos la propia sociedad: la Sociedad Mexicana de Teoría e Historia de la Geografía.

 

                             Organizamos nuestros eventos por separado, avanzamos enormemente.  Pero las cosas en el ambiente estaban cambiando (particularmente, dada la influencia oscurantista del llamado “posmodernismo”); y hacia fines de 1990, al cierre de los trabajos de la SMTHG de ese año, simultáneamente tuvo lugar el IX Encuentro de Estudiantes de Geografía en México, en donde, en su Mesa de Teoría de la Geografía, los estudiantes resolvieron abandonar, en lo subsiguiente, las discusiones teóricas, con el argumento de que, ello sólo “los confundía más”.

 

                             Un evento más tuvo lugar, participamos en él: el III Encuentro de Geógrafos de América Latina, marzo de 1991; y en el cual presentamos el trabajo: La Evolución del Concepto de Espacio en el Pensamiento Materialista Contemporáneo (Memoria del III Encuentro de Geógrafos de América Latina; Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática-Universidad Autónoma del Estado de México; México, marzo 1991; Tomo I, pp.97-109).

 

                            Ante el reconocimiento a nuestro trabajo presentado en aquel III Encuentro de Geógrafos de América Latina, por la principal autoridad de la Geografía, pero ahora en América Latina: el brasileño Dr. Milton Santos, hubo un intento de darle un giro al conflicto por parte de la Dra. Mª Teresa Gutiérrez McGregor, en aquel entonces, Directora del Instituto de Geografía de la UNAM; pero, finalmente, pudo más esa camarilla oscurantista (al parecer, en lo que recordamos, comandada por una tal Isabel Lorenzo.  Ese grupúsculo oscurantista era conocido en la comunidad, como “El Matriarcado”), que siempre controló y manipuló todo.

 

                            Por último, un año después, habiendo un ambiente de malestar generalizado (ciertamente por un sentir de crisis en el pensamiento geográfico; pero más aún, por un sentir de crisis económico-social real), de un sentimiento en todos de estar en ese evento más por el compromiso histórico con motivo de V Centenario de la hazaña de Colón, que por el deseo de avanzar en el desarrollo de la Geografía; se efectuó el llamado: “Encuentro de la Geografía de Dos Mundos” (organizado por el Sistema de Universidad Abierta, Coordinación de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México; México, 1992; allí mismo, dada la crisis económica mundial, se descartó la propuesta de hacerlo un evento seriado; y al parecer no hubo Memoria, nunca lo supimos); foro en el cual ya tuvimos un rechazo abierto en lo personal, y en el cual (producto de la pereza ya de aportar algo nuevo), volvimos a presentar el trabajo conclusivo del XI Congreso Nacional de Geografía: La Unidad de la Geografía, como Reflejo de la Unidad Espacial del Mundo.

 

                             Luego de él, nunca más, y por propia decisión, volvimos a participar en ningún evento de esa geografía “oficial institucional”.  Durante ese bienio de 1991 a 1992, la SMTHG, teniendo ahora como Presidente al compañero José Carmen Martínez Nava, realizó algunas actividades más...; pero los años noventa, fueron los años noventa.  Se había derrumbado el Bloque Socialista, y con ello las camarillas conservadoras y oscurantistas acrecentaron su influencia, hasta que finalmente, luego de 1992, toda actividad científica e intelectual nuestra, “proscrita”, cesó; y cinco años después, agotadas las ideas, la actividad “oficial institucional”, también.

 

                              Después del XI Congreso dejamos de asistir a los mismos, que siguieron efectuándose regularmente cada dos años, hasta el XV Congreso de 1996.  Luego de éste, prácticamente se fue una década en el vacío; que si no fue absoluto, fue por el XVI Congreso de 2001 (había transcurrido cinco años y con ello, dos períodos sin Congreso); pero la regularidad de los mismos se retomaron sólo hasta otros cinco años después, con el XVII Congreso Nacional de Geografía, de 2006.


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30 julio 2009 4 30 /07 /julio /2009 08:03

Cliché Espacio Geográfico, Revista 2010
 

El Concepto de “Espacio Geográfico”

en la Red Internacional.

 Ensayo, 2009 (3/20)

 

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
"Espacio Geográfico", Revista Electrónica de Geografía Teórica;
México, 10 ago 09.

 

Introducción (3/6)

 

                             A fines de los años setenta, aún siendo estudiantes, participamos, en simple calidad de asistentes observadores, en los VII y VIII Congresos Nacionales de Geografía.

 

                             En 1982, un año antes de presentar nuestro Examen de Titulación, participamos ya en calidad de conferencista, en el I Simposio de Enseñanza de la Geografía en México, con la ponencia: La Enseñanza de la Geografía como Ciencia del Estudio del Espacio, (“Memoria del I Simposio de Enseñanza de la Geografía en México”, Dirección General de Geografía del Territorio Nacional. SPP-Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; México, mayo 1982; pp-216-226).  Esa fue la primera vez que se escuchó el concepto de “Espacio Geográfico” con tal importancia; precisamente, la de ser el objeto de estudio.

 

                              En febrero de 1983, apenas unos días antes de nuestro Examen de Titulación, participamos ya en el IX Congreso Nacional de Geografía, con la ponencia titulada prácticamente igual que la tesis, siendo una síntesis de ella: Fundamento de la Teoría del Conocimiento Geográfico (“Memorias del IX Congreso Nacional de Geografía”, Tomo II, Guadalajara, Jal; febrero 1983, pp.573-582).  El Dr. Ángel Bassols Batalla, la máxima autoridad en la Geografía en México en ese momento, disintió de nuestro trabajo y propuesta no obstante las aclaraciones, y ella quedó, así, “condenada”.  Siendo el último en exponer, al terminar la sesión de esa Mesa de Trabajo con la que por primera vez se planteaban los problemas teóricos en Geografía, nos levantamos de la mesa desde la que había leído el trabajo, salimos al corredor y aguardamos, solos, apoyados en un barandal con la vista en el horizonte.  Tras nosotros, una avalancha de gente haciendo comentarios siguió los pasos del Dr. Bassols que se alejaba rápidamente: así comenzó la lucha de pensamiento, y esta revolución.

 

                               Continuamos nuestros estudios haciendo la Maestría en Geografía (1982-1984), en la División de Estudios de Posgrado de la Misma Facultad; entregamos nuestra tesis (una investigación aplicada como requisito, sobre la interpretación cartográfica, algo sin la mayor relevancia), y se nos dieron cuatro de cinco votos aprobatorios, y el quinto (de un tal Alberto López Santoyo), muy seguramente por consigna, nos fue sistemáticamente negado a partir de un absurdo: el tener que remitir a nota al pie de página, toda la definición de nuestro marco teórico (la dialéctica materialista), a lo cual nos resistimos hasta sacrificar la titulación misma.  En ese lapso de revisión, habíamos iniciado los estudios de Doctorado en Geografía en la misma sede (1985), para el que preparábamos la tesis con el título: “Los Métodos de la Teoría del Conocimiento en Geografía”, que obviamente, ya no pudo culminar, quedando por ahí los manuscritos.

 

                             Y luego vino el X Congreso Nacional de Geografía en 1985.  A la Mesa de Teoría de la Geografía se le asignó el Auditorio Principal del Centro de Convenciones de Morelia.  Presentamos el trabajo: La Filosofía y el Método Científico en Geografía (“Memoria del X Congreso Nacional de Geografía”; Tomo II, Morelia, Mich; marzo 1985, pp.567-576).  El principal cuestionamiento, y muy natural, se refirió a que con ello hacíamos un planteamiento reduccionista (supuestamente, entender los fenómenos, particularmente los sociales, con las leyes de la física); lo cual reflejaba la enorme dificultad de comprensión del problema, que en esencia era el tener que despojarse de la pretensión del estudio de todo fenómeno, cada uno de los cuales tiene su propio especialista que lo estudia bajo sus propias leyes; y que lo geográfico, es el estudio del espacio como tal, estudiado éste, a su vez, bajo sus propias leyes.  O dicho de otra forma, que el único fenómeno que el geógrafo estudia porque ese le es propio, es el fenómeno espacio terrestre.

 

                             En el evento del VI Aniversario del fallecimiento del Dr. Jorge A. Vivó (hasta donde supimos, al parecer no hubo Memoria del evento), presentamos un trabajo en el que ubicamos la obra del Dr. Bassols, no el marxismo, como se jactaba, sino en el estructural-funcionalismo.  Y él, en términos relativos, salió de la escena; pero a poco, y en términos absolutos, nosotros también; multo quam ferro lingua atrócior ferit (la lengua hiere mucho más atrozmente que el hierro).

 

                             En 1986, tiene lugar el II Simposio de Enseñanza de la Geografía en México, y en él presentamos dos trabajos: Aspectos Concretos de la Enseñanza Geográfico-Espacial para la Enseñanza Media Superior (“Memoria del II Simposio de Enseñanza de la Geografía en México”, Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; México, agosto 1986, pp.95-98; mutilado, pues el cual incluía unos mapas de ejemplo, mismos que fueron retirados), y, Construcción de Representaciones Cartográficas y Análisis Espacial para la Enseñanza Media Superior (“Memoria del II Simposio de Enseñanza de la Geografía en México”; 1986; pp.105-110).


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30 julio 2009 4 30 /07 /julio /2009 08:02

El Concepto de “Espacio Geográfico”

en la Red Internacional.

Ensayo, 2009 (2/20)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri

"Espacio Geográfico", Revista Electrónica de Geografía Teórica;

http://espacio-geografico.over-blog.es/,

México, 05 ago  09.

 

Introducción (2/6)

 

                              A lo largo de nuestros estudios profesionales en Geografía, pasamos de esa equívoca y confusa noción de la Geografía como “ciencia de los fenómenos”, a la Geografía “ciencia de la planificación geoeconómica regional”, al final, sobre la base de aquella misma concepción martonniana.  Hasta que en 1979, simplemente; al igual que todos los teóricos de la Geografía que hasta entonces habíamos consultado; nos detuvimos a preguntarnos: <<¿Qué es la Geografía?>>, para darnos a nosotros mismos una respuesta que no obteníamos con rigor científico de ninguna fuente.

 

                             Nuestros profesores simplemente no se ocupaban en discutir el punto, se partía en todo sin ninguna base de definición teórica de por qué y para qué se hacía todo ello.  Hasta que alguna vez (era el tercero de diez semestres de la carrera), por fin una profesora, a nuestra insistencia, se dio un tiempo en su clase para explicar su opinión con la más agradable sencillez y candor, que muy bien refleja aquel estado de cosas; empezó diciendo: <<Bien, les voy a comentar cómo me explico yo todo esto; en realidad uso un “truquito”, por el que entiendo a la Geografía...>>, y a continuación escuchamos por primera vez la definición de Emmanuel de Martonne; no venía como una definición formal, sino como un candoroso artilugio cuasi mágico, en calidad de recurso autoexplicativo, pero, ¡por fin había algo!  Y ese “algo” ya estudiado de muchas fuentes, fue por mucho tiempo, aun cuando insistentemente criticado por nuestra parte; hasta que a fines de ese 1980, inconformes con los resultados de nuestra tesis de Licenciatura; habiendo fallado ese intento de fundamento riguroso a todo ello; hicimos la siguiente reflexión sobre la definición de Emmanuel de Martonne:

 

                              “Geografía: ciencia del estudio de los fenómenos tanto naturales como sociales, considerados en su distribución en la superficie terrestre, de sus causas y sus relaciones”.  Ciertamente se planteaba como una ciencia del “estudio de los fenómenos”; pero el gran equívoco, estaba en no reflexionar que ello es condicional; esto es, que no es el estudio de los fenómenos como tales, sino únicamente en tanto “considerados en su distribución en la superficie terrestre”.  Pero disociar una cosa de la otra, ciertamente, no es evidente.  Pero con ello, dimos el paso esencial.

 

                             El factor que introducía el equívoco estaba precisamente en el concepto que define uno de los criterios esenciales del hacer científico: la causalidad.  Entendido que el asunto era la distribución en la superficie terrestre, la causalidad no sería del fenómeno, sino de esa distribución y relaciones físicas externas mismas.  Y en ese punto nos saltó la chispa.

 

                               Lo que estaba en consideración, según Emmanuel de Martonne, eran apenas tres propiedades espaciales: distribución, superficie, y relación; y este es el otro factor que, minimizado apenas como marco de referencia, contribuía a la confusión.

 

                               La lógica dialéctica nos había enseñado que, primero, definir algo es señalar sus propiedades más generales y esenciales; y segundo, que, en consecuencia, a lo limitado de esas propiedades espaciales, no había que hacer la enorme e interminable lista de propiedades particulares para completar a satisfacción la definición, sino, por lo contrario, generalizarlas en un concepto superior, en este caso: el espacio.  Infortunadamente no recordamos el día que por fin lo descubrimos, pero debió ser “un buen día, a fines del año del señor” de 1980.

 

                              La manera de considerar los fenómenos en geografía, no era en su causalidad como tales (para lo cual hay el especialista propio), sino era en la causalidad de sus propiedades espaciales.  O simplemente dicho, de lo que nos dimos cuenta que en esencia trataba la Geografía, era del estudio del espacio, en particular, el espacio terrestre.  Y todo dio un vuelco en 180º para siempre, habíamos encontrado lo que por mucho tiempo estuvimos buscando.  A partir de ahí; de haber definido claramente la categoría esencial del conocimiento geográfico y con ello el objeto de estudio que por un lado le daba una identidad propia a la ciencia de la Geografía, y por otro la deslindaba tajantemente sin lugar a confusión de toda otra ciencia; nos fue relativamente fácil aportar en nuestra tesis de Licenciatura, el fundamento teórico-metodológico científico de la Geografía; tesis que titulamos: “Geografía: Fundamento de su Teoría del Conocimiento” (Tesis, UNAM, México, 1983); la primera tesis de geografía teórica, en 135 años de vida institucional de la Geografía en México.

 

                             Por esos curiosos azares de la historia, en esas mismas fechas habíamos ingresado como docente a la Universidad Autónoma Chapingo (UACH); en donde durante el año 1981 estuvimos redactando nuestra tesis, y todo 1982 dudando en presentarla; porque simplemente nosotros mismos no creíamos en lo que habíamos descubierto dado el drástico giro que representaba, y que le daría un vuelco a todo lo hecho hasta entonces; y de ahí que, presionado por otras razones, la entregué a fines de ese año y se programó el examen para febrero de 1983.

 

                              En nuestra estancia en la Universidad de Chapingo, no obstante estudios superiores, compartimos la docencia en ese entonces con un profesor de Geografía para la educación básica, egresado de la Escuela Normal Superior, con el que, impensadamente, habríamos de compartir la caracterización de la Geografía en México años después; concretamente, de la década de los años noventa del siglo XX, a la primera década del siglo XXI: el Prof. Javier Castañeda Rincón, a quien, entre otros, no sólo tuve el gusto de comunicarle verbalmente todo lo que estaba haciendo de tiempo atrás, sino, finalmente, satisfecho y orgulloso, le obsequié un ejemplar de mi tesis de Licenciatura.  Y ese hecho, años después, cambió la historia.

 

                                   En su estricta cronología, en su momento, ya habrá lugar para volver a ello; pues, quod fecit quisque tuetur opus (cada uno defiende la obra que realizó, Ovidio).  De pronto (en nuestra siguiente entrega), caractericemos la Geografía en México en la década entre 1982 y 1992.

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30 julio 2009 4 30 /07 /julio /2009 08:01

 

El Concepto de “Espacio Geográfico”

en la Red Internacional.  Ensayo, 2009 (1/20)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
"Espacio Geográfico", Revista Electrónica de Geografía Teórica;

http://espacio-geografico.over-blog.es/,

México, 30 jul 09

 

Introducción (1/6)

 

 

                              “Decíamos ayer...”; la Geografía es la ciencia del estudio del espacio, en particular, de ese meso-espacio entre el macro-espacio cósmico, y el micro-espacio cuántico: el espacio terrestre.

 

                              El estudio del espacio terrestre a lo largo de la historia, expuesto en sus hitos determinantes, parte desde el mapa de Anaximandro, a la medición de Eratóstenes y las representaciones rigurosas por Hiparco y Ptolomeo.  Su estudio en el México moderno, por su parte, se inicia en el siglo XVII con Carlos de Sigüenza y Góngora, el primer mexicano en hacer un mapa, en aquel entonces, de la extensa Nueva España; como así lo demostró Miguel Sánchez Lamego en 1955.  Evidentemente, el contenido de ninguno de esos mapas, pudo representarse sin los datos recogidos en las Relaciones Geográficas.

 

                             El estudio del espacio terrestre o geográfico en el siglo XVIII, estuvo caracterizado por los trabajos de José Antonio Villaseñor y Sánchez (hacia mediados del siglo), en donde el principal esfuerzo del trabajo geográfico se centró, dada su necesidad, más en la actualización de las Relaciones Geográficas del siglo XVI, que en el objetivo: la obtención de la Carta General de la Nueva España, como la representación de ese espacio geográfico.

 

                             En el curso de ese mismo siglo XVIII, aparece la persona del José Antonio de Alzate y Ramírez, quien, viéndose privado en lo exhaustivo de las Relaciones Geográficas levantadas apenas unas décadas atrás por Villaseñor y Sánchez, no obstante, se centró; a diferencia de éste; en la obtención de esa Carta General de la Nueva España.

 

                              En el curso de ese mismo siglo, vinieron a estas tierras, provenientes de España (nos dice la investigadora María del Carmen León García, del Colegio de México, en Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales; Universidad de Barcelona; Vol. X, núm. 218 (55), 1 de agosto de 2006; http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-218-55.htm); más de 70 Ingenieros Geógrafos Militares, la presencia de los cuales se dio, principalmente, con motivo del las reformas borbónicas para la modernización del reino, entre 1760 y 1790.

 

                             Al iniciar el siglo XIX se tiene la presencia de Alejandro de Humboldt y su trabajo sintetizado en su Ensayo Político del Reino de la Nueva España, una magna Relación Geográfica que nutrió el análisis del espacio geográfico en buena parte de ese siglo; lapso en el cual, ya en el México independiente, aparecen la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (1833; originalmente como “Instituto Nacional”), la cual elabora la Carta General de la República de 1850; se crea, una década después a la fundación de la SMGE, los estudios institucionalizados de la Ingeniería Geográfica en México; y con sus egresados, bajo la dirección de Pedro García Conde desde el Ministerio de Fomento, se impulsaron los trabajos cartográficos de Antonio García Cubas, e históricos de Manuel Orozco y Berra, que reúne los materiales para una historia de la Geografía en México; y, finalmente para este siglo, se forma la Comisión Geográfico Exploradora (1877-1914).

 

                             El siglo XX, más diverso y complejo, debe dividirse en varios períodos particulares: 1) el caracterizado por el Ing. Pedro C. Sánchez; fundador del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH); de una Geografía en el ámbito de la Facultad de Ciencias de la Universidad, con una influencia meteorologista, entre los años veinte y treinta; luego, 2) el período caracterizado por el Dr. Jorge A. Vivó, de una renovación de la Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM; con una herencia meteorologista-climatologista, y con un renovado énfasis demográfico-etnografista, retomado de fines de los cuarenta y principalmente ya en los años cincuenta; 3) el período de los años sesenta a setenta, caracterizado por los trabajos del Dr. Ángel Bassols Batalla en el campo de la Geografía Económica, y del Dr. Carlos Sáenz de la Calzada, en la Geografía de la Salud.

 

                              Dados los logros en la economía socialista basada en la planificación geoeconómica regional, ello fue lo que en ese momento caracterizó a la Geografía, ya en la segunda mitad de los setenta, como ciencia de la planificación geoeconómica.

 

                              En este estado de cosas estaba la Geografía en México, cuando ingresamos al Colegio de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, en 1975; heredando y retomando esa mezcla de la Geografía como “ciencia de los fenómenos tanto naturales como sociales considerados en su distribución en la superficie terrestre, de sus causas y relaciones” (Emmanuel de Martonne); y, diríamos, dirigida a la planificación geográfico-económica regional.  Que a poco sometimos a severa crítica ante la ausencia de un fundamento teórico-metodológico formal y rigurosos en tanto ciencia; comenzando así un largo proceso de su elaboración por nuestra parte, que intentó culminar en nuestra investigación de tesis de Licenciatura.

 

                                 Al iniciar nuestra investigación de tesis de Licenciatura en 1979 con todos los materiales de crítica, teóricos e históricos que habíamos reunido incluso desde un año antes de ingresar a la Facultad cuando y habíamos decidido estudiar tal carera, nuestra intención primera fue aportar el fundamento teórico científico formal de todo ello.

 

                                 Para 1980, habíamos llegado a la conclusión de que en la lógica del “estudio de los fenómenos”, ello daba un consiguiente falso.  Y en el deseo de un resultado positivo, tuvimos que replantearnos nuevamente la investigación de la tesis.  Y para ello, había que someter a crítica aquella definición clásica de Emmanuel de Martonne, que venía del siglo XIX; o, por lo menos, hacer una reflexión más detenida y profunda sobre ello...  Y esto último fue lo que hicimos... (lo cual analizaremos en la siguiente entrega).


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