Comentario a,
Geografía Básica,
Lic. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
Artículo, 2010.
Dr. Luisi Ignacio Hernández Iriberri.
“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica
de Geografía Teórica;
http://espacio-geografíco.over-blog.es/;
México, 09 sep 10.
Lo primero que destaca en este trabajo, es el ánimo de “ser, sin serlo”, un libro de texto. Para 1994 habíamos vuelto a incursionar en la educación, y particularmente en el Bachillerato en ese momento, por lo que nos tocó nuestro turno en la elaboración de nuestra propia herramienta de trabajo publicada como parte de las Ediciones Especiales de la Sociedad Mexicana de Teoría e Historia de la Geografía, que definimos como “libro básico de consulta”, a partir de nuestras propias ideas teorizadas desde tres lustros atrás, y que ya el compañero José C. Martínez Nava había experimentado. De ahí que nuestro libro no lo titulásemos sino simplemente como Geografía Básica, 1994, en rústica, para el Bachillerato, a la que le acompañaría un trabajo que titulábamos “Geografía: Didáctica Concreta”; en la idea de que a ello le seguirían una “Geografía Superior”, para el nivel superior; y luego una “Geografía Avanzada”, como pautas de desarrollo; mismas que ya ni siquiera hubo oportunidad de intentarlas.
No caracterizarlo como libro de texto en sí, partía de una crítica al sistema educativo y, decimos ahí, que se identificase con un “anacrónico y obsoleto sistema escolarizado”[1]; y ello tampoco dicho ahí, en el Prefacio a la Primera Edición, sin fundamento, pues referimos la Declaración Mundial de la Crisis de la Educación, hecha en 1967 en la Conferencia Internacional Sobre la Crisis Mundial de la Educación, realizada en Washington, E.U.
Una edición ya más formal, la editamos en 1995, obteniendo para dicha obra el ISBN 968-6476-00-8, con un total de 410 páginas. Ante la situación económica estábamos contra tiempo, y dicha obra no la maduramos del todo, por lo que quedamos inconformes con ella; la hemos calificado incluso de horrenda.
Sin embargo, visto quine años después, realmente, por lo menos en cuanto a la concepción de su estructura, planteamos con consecuencia lógica a nuestras ideas teóricas de la geografía, lo que debía de ser una nueva concepción de esta ciencia y de su enseñanza (ahora sí en verdad, no obstante la “obsesión patológica” del caso), y ello lo demuestra la exposición de dicha estructura.
El trabajo, como obra de geografía teórica espacista, y como tal, en donde el estudio del espacio es lo central y esencial, se compone de cuatro capítulos: I Teoría e Historia de la Geografía; II El Espacio Bidimensional; III El Espacio Tridimensional; y IV Sistemas de Información Geográfica y Modelos. Es pues, evidente en ella, el cambio radical en la forma y contenido en la manera de abordar la exposición de esta ciencia.
Ya desde el Prefacio a la Primera Edición, hacíamos ver que en este trabajo se abandonaba las caracterizaciones de la Geografía como “ciencia de los fenómenos”, o de la mezcla de todos ellos como “ciencia mixta”; pero, también, dejando de lado la definición de ésta como “ciencia social”. Y exponemos: si “el espacio es un atributo físico de la realidad [la Geografía] es necesariamente una ciencia natural, físico-matemática”[2].
Para entonces, decimos ahí, se expone en su esencia la idea del estudio del espacio en geografía, “no obstante los remedos empíricos”; esto es, el cómo esa geografía idealista conservadora finalmente retoma el concepto, pero lo retuerce y vuelve a confundir al estudioso de esta ciencia.
En las dos primeras líneas del Capítulo I, sobre la Teoría e Historia de la Geografía, damos la definición de Geografía en función de su objeto de estudio: “La Geografía es la ciencia del estudio del espacio terrestre”[3]. Al tratar con el objeto de estudio de esta disciplina de conocimientos: el espacio terrestre, en el Capítulo II, lógica e históricamente, se trata con éste en su forma bidimensional, exponiéndose los temas de: 1) Cosmografía, 2) Cartografía, y 3) Topografía.
Lo complejo se da en el Capítulo III, en el que se trata, en consecuencia, con el espacio tridimensional. El problema que enfrentábamos ahí en función de una aceptación del libro por profesores y estudiantes, sin que éste les fuese absolutamente extraño; y en esa medida algo casi propio de la ciencia-ficción; era lograr mediar entre la idea común del contenido de la geografía (fenomenista, y, por ello, necesariamente descriptivista), y las nuevas nociones con el empleo de otras categorías propias al espacio como objeto de estudio.
Ahí, sin que valiera la pena, literalmente dicho, hicimos esas concesiones fenomenistas de las que, finalmente, nos arrepentimos; y parte por lo cual, inconformes, calificamos de horrendo el trabajo. Quince años después, ahora, nos justificamos a nosotros mismos y concluimos: <<era, pues, apenas una “Geografía Básica”; ello no sólo era aceptable, sino necesario>>.
En todo caso, hoy debemos precisar en qué sentido es el necesario estudio de todo ello. Y, esto es: 1) como la necesaria descripción en el proceso del conocimiento científico; y 2) como el conocimiento de las propiedades y leyes que rigen el comportamiento de los estados discretos de espacio.
El libro no sólo se apoya en los mapas para la exposición del conocimiento geográfico, sino, más aún, explica su teoría como elemento metodológico fundamental del estudio e investigación geográfica.
Ahora, viendo ya de conjunto toda esa historia contemporánea de la Geografía en México y el papel que en ello nos tocó jugar, creemos –a pesar de lo horrendo y la consternación que nos causa– que es importante transcribirlo en estas electrónicas páginas, y obsequiarlo al mundo y a las nuevas generaciones.
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