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  • : Espacio Geográfico. Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
  • : Espacio Terrestre: objeto de estudio de la Geografía. Bitácora de Geografía Teórica y otros campos de conocimiento del autor. Su objetivo es el conocimiento científico geográfico en el método de la modernidad.
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17 marzo 2013 7 17 /03 /marzo /2013 23:04

Calculo-de-Posidonio.jpg Qué es la Geografía: Posidonio; se Hace la Diferencia, en Medio de un Error Histórico (9/…)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio–geografico.over-blog.es/

01 nov 12.

 

Si con Crates se había llegado a la culminación de una revolución de pensamiento que afirmaba la tesis esencial de la Geografía como ciencia acerca del espacio terrestre, con Posidonio (135-51 ane), se iniciaba la primera antítesis de la historia del pensamiento geográfico.  Y ello ocurría no como un acto deliberado, no como conciencia teórica, sino por la simple fuerza de los hechos en el desarrollo de los conocimientos y desentrañamiento, en la práctica, de la complejidad misma de la ciencia de la geografía.

 

La referencia histórica tanto de la síntesis del conocimiento que había llegado hasta él, como de la esencia de todo lo que se hará después, necesariamente, es Eratóstenes, para quien la Geografía es, generalizando, la ciencia de todo lo relativo a las propiedades espaciales de todo cuanto existe en el espacio terrestre y por el sólo hecho de existir en él: la localización, distribución, límite, distancia, forma, simetría o asimetría, así como de movimiento que pone de manifiesto los cambios de todo cuanto existe, como agentes transformadores de la superficie terrestre (el espacio geográfico aristotélico así entendido hasta entonces).  Eso, y fundamentalmente eso, es lo que constituye el postulado histórico esencial de la Geografía; y Posidonio, siglo y medio después, eso es lo que hacía en cuanto a geografía…, aun cuando, a su propuesta, aún en calidad de geografía, empezó a agregar nuevas consideraciones (el estudio fenomenista).

 

Posidonio, como muchos de los grandes pensadores, había ido, no en calidad de explorador de lo desconocido expandiendo el conocimiento del espacio geográfico, sino como viajero en un mundo ya conocido, recorriéndolo por las regiones extremas del Mediterráneo, y se había visto atraído por las diferencias en las costumbres de las culturas de los distintos pueblos.  Así, Posidonio, parecía empezar a explorar geográficamente, ya no en lo extenso, sino intensivamente en las características naturales y los fenómenos sociales de un lugar dado.

 

Ello era algo semejante a lo que había hecho Herodoto apoyándose en el mapa de Anaximandro; sólo que, si bien Herodoto es claramente historiador auxiliándose de la geografía; Posidonio, por lo contrario, es, claramente, geógrafo; de modo que lo que proponía, no se entendía como historia o etnografía auxiliándose de la geografía, sino, aparentemente, como un desarrollo de la geografía misma.  Posidonio había empezado a asentar las condiciones que hacían ver algo diferente, en eso que, hasta entonces, por veinticinco siglos, se había mantenido como idéntica a sí misma: la Geografía.

 

Más allá de ello, el principal “aporte” geográfico de Posidonio fue, pues, un error, que su discípulo Estrabón hizo histórico, obtenido del intento de una nueva medición del perímetro de la Tierra, ahora ya no con un método geométrico, matemático, como con Eratóstenes, sino con un método astronómico.

 

El método astronómico de Posidonio consistió en observar el ángulo de la Ascensión de la estrella Canopus.  Posidonio vivió en Rhodas (a los 36° de latitud), desde donde, retomando la afiración de Eudemo, un determinado día del año, Canopus podía verse sobre la línea del horizonte (a 0º AR); ese mismo día y hora, pero observando Posidonio ahora desde Alejandría (a los 31° de latitud, midió un ángulo de 7.5º AR.

 

Para la época de Posidonio, luego de los trabajos de todos sus antecesores, principalmente de Hiparco, sabía ya que entre ambos lugares había una diferencia de 5º (en realidad, de 5.5°), por lo tanto, por el mismo principio geométrico de la diagonal y las paralelas, el ángulo a Canopus debió haber sido de 5.5° y no de 7.5° como lo calculó Posidonio.  El error de origen, fue de Posidonio; error en 2° por el que, si como parece ser, él creía que la distancia entre Rodas y Alejandría era de 5000 estadios, el perímetro de la Tierra resultaba aproximadamente el mismo medido por Eratóstenes; pero como la distancia entre ambas ciudades Estrabón las calculaba en 3,600 estadios, medio ente este valor y el de su maestro Posidonio, tomando el valor de Eratóstenes de 3,700 estadios; pero al mezclar los 2° con una distancia menor, la operación perdió consistencia, y el perímetro de la Tierra se redujo en una cuarta parte, propagado históricamente debido a la autoridad que se generó en Estrabón durante la Edad Media, y ese fue el dato tomado primero, tanto por Paolo del Pozo Toscanelli, como por Martin Behaim, y trasmitido a Cristóbal Colón como argumento de un destino al Oriente por la Ruta de Occidente, que resultaría, según ello, más corto.

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10 marzo 2013 7 10 /03 /marzo /2013 23:04

Qué es la Geografía: Crates y la Hipótesis, Propia a Toda Ciencia, en Geografía.  (9/…)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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01 nov 12.

 

La revolución del pensamiento geográfico dada entre Aristóteles-Eratóstenes-Hiparco, culminó con Crates de Malos (180-150?), quien construye el primer Globo Terráqueo, estableciendo en él la hipótesis por simetría, de la existencia de otros continentes más allá del Ecumene.  Esta hipótesis por simetría no responde al “horror vacui” que resultaba de la ubicación del Ecumene en la cartografía de Hiparco, aislado en una cuarta parte del planisferio o de la esfera terrestre, con el “vacío” de las otras tres cuartas partes, sino de algo, para los griegos, más elemental: se alteraba la simetría del espacio terrestre, y por lo tanto, “debían” existir necesariamente otros continentes de 2contrapeso” ante ese desbalance asimétrico.

 

Uno de esos continentes de “contrapeso” era ya conocido: África, denominado por Crates como el Antecos, esto es, contrapuesto al Ecumene en el hemisferio sur en la dirección meridiana; el Periecos, contrapuesto al Ecumene en el hemisferio occidental en dirección del mismo perímetro latitudinal, y de ahí la denominación de Periecos; y el Antípodas, diametralmente opuesto al Ecúmene.

 

Una “hipótesis”, que como tal (los “contrapesos”), es falsa desde su planteamiento, pero que abrió la imaginación hacia la estructura y composición del espacio geográfico.

 

Con el Globo Terráqueo de Crates se da algo más, que quedará ahí escondido para ser descubierto después y en tiempos muy lejanos; ese espacio terrestre concebido de Aristóteles a Crates, puesto en el modelo del Globo Terráqueo de éste, visualizaba un modelo tridimensional del espacio geográfico (entonces entendido aristotélicamente como la superficie terrestre).  Una superficie curva, o un espacio bidimensional curvo, posee, necesariamente, un parámetro más a la (x,y): es el poseer un radio de curvatura (x,y,r), en función de lo cual se resuelve que tan curvada es, y que la convierte en un hiperplano (un espacio bidimenisonal, con características de tridimensional).

 

El Globo de Crates consideraba a la Tierra como una esfera perfecta, por lo cual, el radio de curvatura de su superficie corresponderá al mismo radio de la esfera, el cual se deduce despejado de la fórmula del cálculo del perímetro de la Tierra (r = PT/2p); de este modo, la esfera misma de Crates se constituye como el espacio geográfico tridimensional con esas propiedades de simetría no sólo dadas por los ejes y planos mismos propios del espacio tridimensional, aun cuando ello no fuese reconocido así en su época, sino a su vez por la distribución de las masas continentales en la superficie terrestre, siendo ésta, por influencia aristotélica, la noción del espacio propiamente geográfico en la Antigüedad.

 

 

Plano bidimensional (x,y) curvo, en el cual el radio de curvatura (r), constituye una tercer magnitud que hace del plano un hiperplano con características tridimenisonales (x,y,r).

 

Paradójicamente, la importancia de este hecho no podía ser vista sino hasta el entendimiento cabal de la geografía como ciencia del estudio del espacio, y de que dicho espacio comenzara a teorizarse como tal; sin suplantarlo, como sucedió con la pretendida “geografía fenomenista” por veinte siglos desde Estrabón hasta fines del siglo XX, con el estudio de los fenómenos en el espacio; ni mucho menos aún, como sucede con la actual “geografía literaria posmoderna”, pretendiendo el estudio de un “espacio” metafísico; es decir, que no existe, pero que, subjetiva, particular y artificialmente, “la sociedad lo construye”, y que cuando lo ha construido ya no se entiende como espacio en tanto tal, sino como un conjunto de relaciones económico-sociales (esquizofrenia posmoderna sin ninguna duda).

 

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3 marzo 2013 7 03 /03 /marzo /2013 23:04

008 III ane Mapa de HiparcoQué es la Geografía: Hiparco, y el Canon del Estudio del Espacio Terrestre (8/…)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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01 nov 12.

 

La Geografía, hemos dicho, es la ciencia del estudio del espacio terrestre; luego, su historia, es la historia misma del estudio y conocimiento de ese espacio representado en los mapas; de ahí que sea el mapa lo más representativo del ser geográfico; y, en consecuencia, la historia de la Geografía, como la historia del conocimiento del espacio terrestre, es, a su vez, la historia de los mapas.

 

Hasta Eratóstenes (284-192), la historia del conocimiento del espacio terrestre mostrado en los mapas, había sido puramente empírico e intuitivo.  En realidad, fue entre Aristóteles (384-322), el primero en considerar a la Tierra esférica, y sus discípulos Eudemo (370-300) y Dicearco (355-285), hasta llegar a Eratóstenes, que se da la transición de esa geografía empírica espontánea, a una geografía cuyo conocimiento del espacio terrestre queda sometido a un conjunto de reglas (su canon).

 

La primera regla es la del perímetro mismo de la Tierra calculado por Eratóstenes primero, y con otro método corroborado después por Posidonio (135-51).  Bajo la influencia teórica de Aristóteles, para quien el espacio era “el límite que abraza un cuerpo”, su superficie; el espacio terrestre, entonces, era entendido como la superficie de la Tierra misma, y este espacio, en consecuencia, se había descubierto que no era mayor a un perímetro de la esfera terrestre, dado en 40,000 km.  De ello deriva conocer el radio de la Tierra y el valor total de su superficie (en este caso, del espacio geográfico como tal), que sería el valor total  de ese espacio geográfico aristotélico.

 

De Aristóteles a Eratóstenes, se pasó del estudio de un espacio geográfico  bidimensional plano en valores centesimales (estadiales) de longitud, a un espacio geográfico esférico del hiperplano bidimensional, en valores sexagesimales.  Fue el momento de una primera gran revolución del pensamiento geográfico.  En ella, Hiparco (190-120): 1) pudo calcular la distancia a la Luna (apenas con un error de 4%; 2) precisó la posición de los Trópicos, fijados antes por Eudemo en 24º, Hiparco los posiciona en los 23º27’, y en el punto intermedio, por definición, la posición del ecuador a 0º; 3) en función de lo anterior, pudo precisar el valor del año; no por el movimiento de traslación de la Tierra, que se descubriría hasta Copérnico; sino por el movimiento aparente de traslación, dado en el desplazamiento diario del Sol sobre el horizonte; y 4) descubrió –y esta es la parte más relevante–, que la Esfera Celeste tiene un lento movimiento más, de un ciclo de 26,000 años.  Ese movimiento aparente, correspondía al movimiento real de la Tierra (y en ese sentido a un movimiento real del espacio geográfico), por el cual el Polo norte pareciera trazar un círculo en el cosmos con puntos diametralmente opuestos entre las estrellas Vega y Polaris, en cuyo periodo se invierten en el tiempo las Estaciones del Año, a lo que se conoce como movimiento de Precesión de los Equinoccios.

 

Hiparco, basado en ese canon elemental de la nueva geografía hasta ahí dada, elabora los nuevos desarrollos.  Lo primero que se plantea, en consecuencia, es la representación del espacio terrestre en sus verdaderas magnitudes a escala.  Traza, entonces, los 40,000 km del perímetro real de la Tierra, en una medida gráfica a escala, considerada por el ecuador, al que da un valor de 0º de latitud; y luego dibuja, entre 0º y 90º de latitud norte y sur, líneas paralelas representativas, en igual magnitud que el ecuador (es decir, cada una con un valor de longitud de 40,000 km).  Así, los 90º de latitud, que debería ser un puto (los polos de la Tierra), Hiparco los representó como una línea del mismo largo del ecuador.  Evidentemente, puede entenderse que del ecuador a los polos, se va dando cada vez una mayor deformación de la figura real de los continentes (se produce un anamorfismo).  Luego trazó, con el valor de un medio del ecuador y a lo largo de éste (en su longitud), un conjunto de líneas perpendiculares a éste entre cada línea representativa de los polos, con valor entre 0º y 180º de longitud tanto al este como al oeste, de la línea central.

 

Esa línea central, ubicada en el lugar extremo más al oriente entonces conocido: las Columnas de Hércules (el Estrecho de Gibraltar), se desplaza en dirección al este con la rotación de la Tierra, y cuando vuelve a quedar en el centro ante nuestros ojos que ocupan la posición del Sol, dicha línea central ocupa la posición del mediodía (meridiano), de donde el nombre de Meridiano Central o Meridiano de Origen.

 

Esa fue, históricamente, la primera transformación de la esfera terrestre en un plano o mapa.  En la figura de los continentes se produce una gran deformación hacia los polos, no obstante, ello no quiere decir que esa representación del espacio terrestre  “esté mal”, sino simplemente que, dado el procedimiento matemático de transformación de la esfera en un plano, éste es así.  Hiparco denominó a tal “proyección” de la esfera en un plano, como Proyección Equirrectangular; y hoy en día sigue siendo plenamente válido elaborar un mapa en dicha proyección, estableciendo que así es y teniendo presente las deformaciones que produce; precisamente por las cuales no se recomienda.  Si acaso, únicamente en Cartas de Área Local y de coordenadas extremas de alrededor quizá, de un grado, en donde esos errores de deformación, proporcionalmente consistentes, quedan minimizados.

 

A lasa condiciones de estudio de un nuevo espacio terrestre descubierto en un grado mayor de sus propiedades esenciales, tuvo que corresponderle un nuevo tipo de instrumental adecuado a él.  El metrón, el gnomon, la plomada, el nivel, ya no fueron suficientes para entenderlo; y entonces Hiparco inventó el astrolabio, un instrumento para “tomar valores angulares a los astros”, y principalmente a la Estrella Polar.

 

Ubicados en el ecuador, la Estrella Polar se verá al filo del horizonte hacia el polo norte a 0º en el astrolabio.  Conforme nos movamos en dirección al polo, la Estrella Polar ascenderá cada vez más hacia el cenit de la bóveda celeste; y ubicados ahora como observadores en el Polo Norte, la Estrella Polar quedará exactamente sobre nuestra cabeza, a 90º en el astrolabio.  De este modo, el astrolabio es un instrumento para determinar la latitud de un lugar (en el hemisferio sur se hace con respecto a la Constelación llamada “Cruz del Sur”), que es el nuevo dato de un espacio geográfico esférico.

 

Hiparco hizo todavía una contribución más al estudio y conocimientos rigurosos del espacio geográfico: ideo el sistema de Proyecciones Planas.

 

Al imaginar la Tierra como una “jaula de pájaros” esférica hecha por la red de paralelos y meridianos, y en su centro un foco luminoso, la sombra de esa red de paralelos y meridianos proyectada sobre un plano puesto en un punto tangente, ya sea sobre el polo, ya sobre el ecuador o en algún punto intermedio entre éstos, se obtendrán respectivamente las proyecciones Plana Polar, Plana Ecuatorial, y Plana Oblicua.

 

Luego se pueden hacer variaciones a la posición del Foco de Proyección llevándolo del centro de la esfera, de donde se produce la llamada Proyección Gnomónica, al punto diametralmente opuesto al punto de tangencia del Plano de Proyección, obteniéndose la llamada Proyección Estereográfica; y finalmente, el Foco de Proyección puede ser trasladado al infinito, produciéndose la llamada Proyección Ortográfica.

 

En el sistema de Proyecciones Planas de Hiparco, más allá del punto de tangencia del plano de proyección, se produce un aumento de la deformación en la figura; mayor en las proyecciones extremas, gnomónica y ortográfica, promediadas en la proyección Esterográfica.

 

Esas proyecciones producen el llamado Canevá, o simplemente la red de paralelos y meridianos, respecto de la cual, por las coordenadas obtenidas de los lugares, se construye la configuración del mapa.

 

Fue así como el mapa del mundo de Anaximandro en el que Europa, África y Asia, lo eran todo, se convirtieron en el mapa del mundo de Hiparco, en una cuarta parte de la esfera terrestre.  A la vista de los griegos de ese periodo heleno-romano, un espacio geográfico así, ciertamente extraño, desproporcionado, falto de simetría, y por ello, contrario a la naturaleza.  Y de ello brotó (aun cuando la hipótesis aún no existía metodológicamente en lo teórico, pero dándose en lo práctico) una de las hipótesis por intuición más sorprendentes de la historia del pensamiento geográfico: el Globo Terráqueo de Crates de Malos (180-150?).

 

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3 marzo 2013 7 03 /03 /marzo /2013 23:01

Base del Espacio Tridimensional en CratesEl Espacio Geográfico Tridimensional como un Hiperplano Bidimensional de Simetría Euclidiana Regular, en Crates de Malos.

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

17 dic 12.

 

Los orígenes documentados del conocimiento geográfico hace unos cincuenta siglos (treinta antes de nuestra Era), con los mapas registrados en las tablillas de barro de Babilonia, vivió una revolución de pensamiento de mediados del siglo IV ane, con Aristóteles (384-322), al siglo II ane, con Crates de Malos (180-130).  Aristóteles fue el primero en afirmar que la Tierra debía ser una esfera (como una afirmación empírica y no como un principio teológico como lo fue en el caso de Pitágoras), y aportó algunas pruebas empíricas de ello; pero no fue sino hasta Eratóstenes (284-192) que se obtuvo la prueba teórica necesaria e incluso la determinación métrica.

 

Luego de Eratóstenes, Aristarco (310-230), Apolodoro e Hiparco (190-120), precisaron los datos de sus antecesores; Eudemo (370-300) y Dicearco (355-285), en la posición real de los Trópicos, de los Círculos Polares, y de la oblicuidad de la eclíptica; de modo que todos estos conocimientos acumulados llegaron a Crates, con quien culmina esa revolución del conocimiento científico geográfico; culminación misma que se expresa en la construcción del primer Globo Terráqueo.

 

Si reconstruimos su esfera basándonos en el cúmulo de conocimientos y en lo que consta por lo dicho por Ignacio Granero, traductor de la obra de Estrabón, la esfera de Crates era ya, en la práctica, una esfera moderna, aun cuando en lo teórico aún permanecía fija y las esferas celestes girando en torno a ella.

 

Ya en otro artículo hemos hecho tal reconstrucción de la esfera de Crates [Qué es la Geografía: Crates… (8)].  Aquí lo que nos interesa ahora, es entender a esa esfera como la base tridimensionalidad de la representación de un espacio geográfico que, aristotélico, se reducía a la superficie de dicha esfera, pero que, siendo precisamente una superficie esférica, adquiere ciertos principios de tridimensionalidad que hace de la superficie bidimensional un hiperplano.  Nació con ello la conciencia de una determinación métrica de las coordenada de altura.

 

Ignacio Granero, en el Apéndice de Términos al final de los Prolegómenos de la Geografía de Estrabón; apunta que el término eucrasia, eucratos, designaba ya un “espacio atmosférico”, esto es, un espacio ya no en superficie, sino en volumen; a diferencia del ahr o espacio vacío, entendido éste a partir de la incidencia de los rayos solares sobre la superficie terrestre, que determinan las latitudes o “inclinaciones”; asimismo, el que, al mismo tiempo, en la medición de la altura de las montañas Eratóstenes no considerara ni el nivel del mar, ni mucho menos el radio de la Tierra, hacía pasar por absoluto un valor relativo, que más bien quedaba referido a la deformación de la superficie terrestre, pues respecto de la esfericidad total esas definiciones se hacen despreciables.

 

En ese nivel de conocimientos subyacentes acerca de la teoría del espacio terrestre (y subyacentes, porque no se estaba consciente en ese entonces de que lo que se estaba estudiando era precisamente el espacio terrestre), la esfera de Crates representó un espacio geográfico tridimensional, como un hiperplano bidimensional, pero, además, dada la métrica de dicha esfera a escala, de un radio único, esa base del espacio geográfico tridimensional, resulta ser de simetría euclidiana regular (en donde a = b = g = 90°; y a = b = c; dado que los ejes de simetría r1 = r2 =r3).

 

Base del Espacio Tridimensional en Crates  Espacio Geográfico como la Superficie Bidimensional (Hiper

Base del Espacio Geográfico Tridimensional de Simetría Euclidiana Regular (en donde a = b = g = 90°; y a = b = c; dado que los ejes de simetría r1 = r2 =r3); pero para el espacio geográfico entendido como una superficie esférica subtendida (S), por, (r1, r2, r3).

 

El estudio de ese espacio geográfico o terrestre en tanto superficie tridimensional o esférica, que por lo tanto tenía ciertas “inclinaciones” (latitudes), llevó de manera natural y objetiva a la consideración de las afiscias, las heteroscias, y las periscias, denominaciones dadas a las “zonas climáticas” (donde por “clima” se entiende “inclinación”, que es igual a ángulo de latitud, y no como en la actualidad, el estado promedio de las condiciones meteorológicas o atmósfera).  Es decir, a las zonas latitudinales en las que, derivadas de los valores de los ángulos de inclinación de los rayos solares, se registraba un tipo de efecto en el gnomon, a saber: las afiscias (entre los trópicos), en donde el gnomon, en el lapso de un día, hacia sombra sólo de un lado en una época del año, o del otro lado en otra época del año; las heteroscias (entre los trópicos y círculos polares), donde el gnomon hace sombra siempre de un solo lado; y las periscias (al interior de los círculos polares), en donde la sombra en el gnomon en el curso de un día, gira completamente en torno a él.

 

Y más aún, el estudio del espacio terrestre se profundizó ya en el caso de Eratóstenes, al estudio del espacio terrestre o geográfico, mediante la primera división regional, con las esfrágidas: 1) india (la península de la India; 2) ariana (la región persa); 3) asiria (la región medo-asiria); y 4) la arabia (no propiamente la península de Arabia, sino la región de Palestina); que son secciones regulares de una “zona climática” (latitudinal); que, por lo demás, como se deduce por los nombres que Eratóstenes les asigna, caracterizan regiones determinadas corográficamente en razón étnica (pero sin que, ni para Eratóstenes, Hiparco o Crates, tal hecho significara desviar el conocimiento geográfico al conocimiento etnográfico; sino sólo registrar una propiedad relevante de una sección de ese espacio geográfico).

 

Ese límite entre registrar corográficamente la existencia de los pueblos (en tanto su condición objetiva en el espacio y determinante de sus propiedades), y entrar al estudio etnográfico de los mismos, se hace muy fino y sutil, tanto más que esto último supone aquello.  Pero eso que para el historiador, el antropólogo o el etnólogo (o en general el estudioso de las ciencias sociales), se convierte en objeto de estudio; para el geógrafo representa tan sólo un elemento del espacio que determina las propiedades del mismo.  De modo que el estudio geográfico, por un lado, se delimita del estudio del fenómeno propio, en este caso, a las ciencias sociales; y por otro lado, se delimita del estudio de las ciencias afines como la geodesia y la geofísica.

 

Con Crates, pues, culmina el máximo desarrollo alcanzado en la Antigüedad en el conocimiento del objeto de estudio subyacente: el espacio terrestre.  Autores en esta línea de pensamiento, como Marino de Tiro y Ptolomeo, si bien con aportes enormemente importantes, éstos ya no arrojaron nuevos fundamentos teóricos a esa teoría general del espacio terrestre, sino sólo acerca de las propiedades particulares abstractas del mismo, dadas en sus proyecciones cartográficas.

 

En ese sentido, Marino y Ptolomeo son ya como un par de efímeras ascuas en las que, apagándose, se pierde toda esperanza de reanimar el fuego de esa portentosa revolución del pensamiento geográfico dada en su tiempo.  A ellos les anteceden Posidonio y Estrabón, con quienes se desvirtúa el conocimiento geográfico, confundiéndose el objeto de estudio, en ese entonces subyacente: la extensión del espacio terrestre, con lo extendido, u objetos existentes en él.  Y así, del estudio de la extensión de un espacio terrestre con propiedades físico-matemáticas, se pasó al estudio de lo extendido en los fenómenos naturales y sociales necesariamente distribuidos en dicho espacio.

 

Y esa contrariedad entre el estudio de la extensión o el estudio de lo extendido, con el paso del tiempo y la evolución del conocimiento que fue dando lugar a la especialización cada vez mayor de las ciencias, acabó por evidenciar una contradicción plena entre fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, en la que la geografía  de lo extendido, se convirtió en negación absoluta, en un momento dado antagónica (fines del siglo XIX y principios del siglo XX, en los primeros cinco congresos internacionales de geografía), de la geografía de la extensión.  Y consumió todo el siglo XX resolver la misma*, en una nueva síntesis del conocimiento geográfico, en donde, ahora, esa “geografía de los fenómenos y sus relaciones”, esa geografía del “espacio humanizado” como en la Antigüedad lo fue a propuesta de Estrabón de “la tierra habitada”, ha quedado ya exclusivamente como un subproducto para el consumo divulgativo, e incluso de la educación formal no sólo básica, sino de la educación superior universitaria de los estudios de la especialidad de geografía de esa “oficialidad” institucional, como expresión enciclopédica, de un cuadro ya enormemente diversificado de las ciencias; y así, esta nueva “geografía literaria” de lo extendido (los fenómenos), es un la geografía verdaderamente científica, estados de espacio a estudiarse bajo las leyes de sus propiedades físico-matemáticas, como formas discretas o continuas particulares de la extensión (el espacio mismo).



*        En ese proceso, a nosotros nos correspondió la discusión en los últimos treinta años (1980-2010), tocándonos, en ese azar de la historia, dar su solución.

 

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24 febrero 2013 7 24 /02 /febrero /2013 23:04

Qué es la Geografía.  La Geografía de Hiparco a Ptolomeo. (7/...).

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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01 nov 12.

 

Sin embargo, Eratóstenes inicio una nueva etapa del desarrollo del pensamiento geográfico y en particular de la escuela espacista, cuyos principales exponentes fueron ahora:  Crates de Malos (180-150 ane), constructor del primer globo Terráqueo; Hiparco (190-120 ane), quien desarrolló los trabajos Eratóstenes, construyó el sistema de coordenadas geográficas determinando las latitudes y longitudes, fijo los trópicos a 23º 27’ y perfeccionó así la proyección equirectangular, dándole a la geografía un contenido metodológico pleno y rigurosamente metematizado; Gémino (150 ane), que desarrolló las determinaciones astronómicas para la localización;  Marino de Tiro (120 ane), que igualmente desarrolla el sistema de cartas geográficas con base en la proyección cilíndrica; Posidonio (135-51 ane), que intenta, y con éxito, un nuevo cálculo del perímetro de la Tierra midiendo la altura de Canopus; y Ptolomeo (90-168 dne), quien desarrolla y perfecciona el sistema de la proyección cónica entre otros trabajos de trascendente importancia geográfica

 

Por otra parte, falsamente se ha atribuido el carácter de geógrafos a una serie de historiadores y naturalistas para justificar esa geografía fenomenista, como: Demetrio de Falera (280 ane), historiador y autoridad política en su época; Polibio (210-125 ane), historiador de gran autoridad; Tirannión (s.I ane), geógrafo de esta escuela, maestro de Estrabón;  Agripa (s.I ane), que aun cuando no perteneciente a la misma escuela filosófica de los anteriores, el estoicismo, sí de una muy próxima a ella, el escepticismo; Estrabón mismo (68 ane-25 ene), historiador fundamentalmente, que buscó completar, la obra de la “historia en el tiempo” de Polibio, con su obra “Geografía”, como la “historia en el espacio”[1]; Pomponio Mela (s.I dne) geógrafo de descripción literalizada en cuyas obras están las raíces de los mapas de rutas; y Plinio el viejo (23-79), por su historia natural, obra en 37 libros de tipo enciclopédico.

       

En esta etapa de la Geografía ya como un saber sistemático; en la que surgen sus dos escuelas fundamentales ya bajo un proceso teórico-metodológico; el objeto de estudio de la geografía (el espacio y sus interacciones), es un objeto dado en su representación empírica en el Mapa.

 

El rasgo común más esencial entre estas dos escuelas, es el que ambas refieren el objeto de su estudio a la superficie terrestre, y en el devenir de los objetos o fenómenos en ella.  El espacio geográfico es el espacio determinado por la exterioridad adyacente a la superficie terrestre con la que interaccionan en general, y en tanto que esta es una estructuración de objetos y fenómenos, es con éstos que interactúan en forma particular, y dichas interacciones sólo son comprensibles estudiadas en su devenir, en su desarrollo.

 

Anaximandro construyó el primer mapa griego del mundo, y Eudemo y Dicearco lo utilizaron para algunas determinaciones métricas.  Tal como Hecáteo lo trabaja para dar a su vez una descripción sistemática del mundo, y Eudoxio abundar en ello, en tanto que Herotodo, por otro lado, lo retoma para determinaciones etnográficas y el lugar del hecho histórico.

 

La atención central de Anaximandro, Eudemo y Dicearco, está referida al problema del espacio y su magnitud geo-grafica, es decir, referido a la tierra y su representación o composición.  En tanto que para Hecáteo, Herodoto y Eudoxio, la atención central se refiere al estudio de los objetos y fenómenos en sí, los que necesariamente han de ocupar un lugar en el espacio, y no otro que el que precisamente es preocupación de los geógrafos encabezados por el materialista jónico Anaximandro.

 

Y si, como ya se ha dicho, ambas escuelas no descuidaban los fenómenos en su devenir, ello no implicaba el considerarlos de igual manera.  Para la escuela especista fundada por Anaximandro, los fenómenos en devenir eran ante todo, el principio filosófico de movimiento del materialismo jónico expresado por Tales y Heráclito, y no un hecho histórico como tal.  Para la escuela fenomenista fundada por Herodoto, en su lugar, el fenómeno en devenir, si bien sobreentendido como principio filosófico materialista, era ante todo un hecho histórico que había que describir, narrar en su desarrollo, e incluso estudiar en sí mismo.

 

Pero aquí también, por un lado, la representación cartográfica es una forma de descripción, la descripción “grafica”; en tanto que la narración es otra forma de lo mismo.  De igual manera, la consideración de la magnitud cuantitativa y la reseña de hechos no son más que otras formas más cualitativamente elaboradas, de la descripción.  La solución semejante para las teorías de ambas escuelas en su primera etapa de desarrollo, queda así en la descripción dada como un  primer nivel del quehacer científico.

 

Sin embargo, nuevos aspectos de divergencia afloraran, ya que para unos, la descripción significara el paso al conocimiento de la cantidad, la magnitud de la extensión y lugar de los hechos y fenómenos cuya exterioridad determinará el espacio geográfico.  Para otros, por su parte, la descripción significará el paso al conocimiento intrínseco de los objetos o fenómenos y su devenir tanto en el tiempo como en el espacio, es decir, en su localización.  La descripción constituye así, al final de esta etapa del desarrollo de la geografía, un punto común de unidad fundamental entre los dos planteamientos teóricos de ambas escuelas de pensamiento geográfico.

 

Si bien la descripción puede considerarse como etapa previa de toda investigación científica; que prepara el paso a la investigación teórica del objeto de la ciencia; adquiere relevante importancia en geografía como categoría fundamental, dado que con ella es que se ha de expresar esencialmente, ya por el trazado de mapas o por la narración historiográfica.  La descripción, el “grafos” como trazado o narración, en tanto que concepto, define de por sí las propiedades cualitativas de los objetos o fenómenos.  La descripción como concepto es un concepto de cualidad.

 

Ahora bien, como lo expresan M.M. Rosental y P.F.Iudin, “la determinación cualitativa de los objetos y fenómenos es lo que les hace estables, lo que les delimita y lo que crea la diversidad infinita del mundo”[2].  Delimitar la diversidad infinita ha de implicar a su vez el proceso de comparación; concepto que por su parte establece la “confrontación de los objetos con el fin de poner de manifiesto los rasgos de semejanza o de diferencia entre ellos”[3].

 

Puede resumirse entonces, que la geografía alcanza en esta el desarrollo metodológico al nivel cualitativo-comparativo, como principalmente es expresado por Anaximandro.  No obstante, se ha expuesto ya que en mucho, los trabajos Eudemo y Dicearco tuvieron un contenido métrico o cuantitativo.  Es así, que con ellos, el desarrollo metodológico da un ligero salto de la comparación entre los objetos por sus propiedades cualitativas (dadas las diferencias principalmente, entre objetos no semejantes), a la comparación entre los objetos o fenómenos por sus propiedades de cantidad (dadas las diferencias entre objetos análogos), formándose así el nivel metodológico comparativo-cuantitativo, en donde la descripción se caracteriza “por la relación externa respecto a la naturaleza de los objetos”[4], hecho de fundamental importancia en la integración y unidad metodológica de la escuela espacista, ya que en ello se era consecuente con la noción de espacio de los filósofos y naturalistas presocrático.

 

El desarrollo de pensamiento geográfico como parte del desarrollo de la ciencia en general, había llegado a un alto nivel de concreción en el estudio del espacio adyacente a la superficie terrestre, por las relaciones externas de los fenómenos u objetos, trazándose como misión principal el determinar la magnitud, extensión, numero e incluso propiedades de esos objetos.  Llegar a este alto nivel de concreción en el estudio del espacio de la superficie terrestre supuso todo el trabajo filosófico de Tales, Heráclito, Leucipo (500-440 ane), Empédocles (483-423 ane), Protágoras (481-411 ane), Demócrito (460-430 ane) y Epícuro (341-320 ane).  Pero tal etapa llegó a su término con el aristotelismo.

 

Entre tanto, Aristóteles (384-322 ane), es el último de los sabios poseedores de la ciencia en general y su posición científica es caracterizada por Lenin, al señalar que osciló entre el materialismo y el idealismo.  Rosental e Iudin resumen uno de sus pensamientos, de capital importancia para estos argumentos: “el objeto de la ciencia es lo general, a lo  que se llega por la razón.  Pero lo general existe sólo en lo singular, sensorialmente perceptible, y puede conocerse sólo o través de lo singular…”[5].

 

Con esto, lo se quiere dar a entender es que la etapa de la ciencia en general, prácticamente había llegado a su fin, y a partir de la escuela de Aristóteles dio comienzo la segregación formal de las ciencias especiales a través de las cuales se inició el conocimiento de las formas singulares de la realidad objetiva.  La geografía a partir de aquí, empezará su sistematización formal como ciencia especial formada en ese entonces, como todas, sobre la base de “geniales intuiciones” (Engels), y referida a una faceta singular de la realidad, precisamente la faceta geográfica, acerca del estudio del espacio adyacente a la superficie terrestre, tomado como singularidad.  Fue en el Liceo donde los discípulos de Aristóteles se subdividieron el trabajo intelectual a partir de las divisiones de la ciencia Aristotélica.  Dos de dichas divisiones quedaron en estrecha relación con el saber geográfico: la parte de la física y la parte de la Ética.

 

La especialidad referida a esa aristotélica descripción del espacio de la superfcie terrestre, fue asignada a Dicearco, seguidor de la física de Aristotles; pero será unos años después, con Ertóstenes, que a esa disciplina de conocimientos de la descripción del espacio de la superficie terrestre le dará finalmente el nombre de Geografía.  

_____

[1]   Estrabón; Geografía. Prolegómenos; Editorial Aguilar; Madrid, 1980; p.XXIV, XXXI.

[2]    Rosental-Iudin; Diccionario Filosófico; Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo. (v. Comparación)

[3]    Ibid. (v. Calidad y Cantidad)

[4]      Ibid, (v. Aristóteles)

[5]     Ibid. (v.Aristóteles)

 

 

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17 febrero 2013 7 17 /02 /febrero /2013 23:04

Cálculo de Eratóstenes, Perímetro de la TierraQué es la Geografía: sus Orígenes.  Eratóstenes, la Aparición de la Geografía como Ciencia.  El Instrumetal de Medición para un Espacio Terrestre Esférico y sus Nuevos Poblemas.  Tercera Parte  (6/...)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
http://espacio-geografico.over-blog.es/
01 nov 12.

 

 

Eratóstenes (276-196 ane), no sólo es el más directo continuador de la escuela espacista en geografía, después de Eudemo (370-300 ane) y Dicearco (355-285 ane), discípulos éstos de Aristóteles (384-322);  es por sobre de todo, con quien el saber geográfico de la ciencia en general restringido a especialidad con su antecesor, alcanza finalmente el carácter sistemático propio de toda ciencia rigurosa.

 

Con Eratóstenes nace pues, la Geografía como un saber rigurosamente sistematizado y especial.  Incluso es este quien introduce el término geografía para denominar un saber que había llegado hasta Dicearco ya bien definido.  Sus trabajos son un resumen de los conocimientos geográficos alcanzados hasta su tiempo y llevados a un alto nivel de desarrollo con un sólido fundamento. 

 

La obra geográfica de Eratóstenes no llegó hasta nosotros, sólo se conservaron pasajes dispersos en los textos de otros científicos, por los que se conocen las contribuciones fundamentales de este.  La principal de ellas y por lo cual hay que considerar a Eratóstenes como padre de la geografía, es el haber conseguido lo que Dicearco no logró: medir la circunferencia terrestre.


Cálculo de Eratóstenes, Perímetro de la Tierra
Método Geométrico de Eratóstenes para la Medición del Perímetro de la Tierra.
Eratóstenes observó que el día del Solsticio de Verano, los rayos solares incidían perpendicularmente sobre Siena, en el Trópico de Cáncer, entonces considerado a los 23°51’ de latitud (casi 24° calculado por Eudemo); luego midió el ángulo de la sombra en un gnomon obteniendo el valor de 7.12°, que por el principio geométrico de que los ángulos alternos internos de una diagonal entre dos paralelas son iguales, hizo la proporción de ese valor a la distancia entre Siena y Alejandría, ésta a los 31° de latitud; es decir para una diferencia de 7°, que para Eratótenes era de 714 km (habiendo obtenido el valor de 102 km para un grado, contra los 11.11 km que realmente son); y finalmente, hizo la relación entre esta proporción y la de los 360° de círculo terrestre, al valor que correspondería a su perímetro.
[Fuente: Autor].

 

 Sin la idea de hiperbolizar el significado de este logro, puede compararse con cualquiera de las grandes hazañas del pensamiento humano, y es para la Geografía, precisamente la mayor hazaña, sólo semejante a los logros de Newton en física, de Mendeleiev en química, de Linneo en biología*; es decir, determinante en el ulterior desarrollo de la ciencia al echar los fundamentos de su sistemática con base en un alto esfuerzo de abstracción.  Con ello Eratóstenes logró que la superficie terrestre, a la que se redujo la noción de espacio por influencia de Aristóteles, fuese representada y descrita matemáticamente.  La medición estadial o longitudinal, que hasta Anaximandro se había considerado como hecha sobre una superficie terrestre plana, con el planteamiento de la esfericidad de la Tierra hecha por Aristóteles, los trabajos de Eudemo y Dicearco se convierten en mediadas angulares o sexagesimales, al considerarse ya hipotéticamente la superficie curva de la tierra; y finalmente, con los trabajos de Eratóstenes, al proyectar la superficie curva a una superficie plana, la media sexagesimal o angular fue igualada a estadial o longitudinal, y la función cuantitativa del espacio geográfico, pasó a ser una función matematizada.

 

Si Anaximandro había trazado el primer mapa del mundo entre los griegos, Eratóstenes tres siglos después, lo reconstruye con base en la primer proyección cartográfica, una proyección ortogonal, cuya característica es no tener un sistema de coordenadas angular, sino longitudinal (estadial).


007 III ane Mapa de Eratóstenes 
Mapa de Eratóstenes (s.III ane).
[Fuente: Estrabón; Geografía, Prolegómenos; Editorial Aguilar; México, 1980]

 

De este modo el método comparativo-cuantitativo de descripción se perfeccionó elevándose al método descriptivo matematizado, con lo que el estudio del espacio geográfico pasa  a ser un estudio estricto y riguroso, y, por tanto, conforme al nivel de desarrollo de la ciencia clásica griega, científicamente determinado.

 

Afirmar con esto que se conforma el sistema de conocimientos acerca de la faceta geográfica de la realidad, es como consecuencia de que, con ello, Eratóstenes, por una parte, sintetiza todo el saber geográfico hasta su tiempo, y por otra, determina finalmente la magnitud del espacio geográfico  reducido por noción Aristotélica a la extensión bidimensional de la superficie total de la tierra; y con ello deja indicado a los futuros geógrafos el campo de estudio a conocer.

 

Si por ese lado la Geografía había avanzado, como producto de la autoridad de Aristóteles, la escuela espacista no continuó por el camino del estudio del espacio de Leucipo (500-440 ane), Empédocles (483-423 ane), Demócrito (460-370 ane), y Epícuro (341-270 ane), para quienes  el espacio era el vacío exterioridad de los objetos; por lo contrario, se redujo a la noción aristotélica del espacio como “límite que abraza un cuerpo”, o sea, como la superficie misma de la Tierra, o el "lugar de las cosas".

 

Más aún, hubo, entre el tiempo de Dicearco (355-285 ane) y el de Esratóstenes (284-192 ane), un pensador, en nuestra opinión, el más perspicaz y brillante de todos los tiempos: Aristarco (310-230 ane).  Es, más de quince siglos antes, lo que fue Copérnico.  Logró una abstracción de pensamiento que se invirtieron los movimientos aparentes de la esfera celeste, por los movimientos reales del espacio geográfico, que no lograron los discípulos geógrafos de Aristóteles, Eudemo y Diceraco, pero que, a su vez, tampoco lo aceptaron ni Eratóstenes, ni principalmente Hiparco, que pudo hacerlo, y al final, Ptolomeo sólo afirmó, frente al modelo heliocéntrico de aquel, el modelo geocéntrico.

Eudemo          Dicearco            | Eratóstenes  |       Hiparco
370____355_____310__300__285,284____230___192_190______120
                                 |     Aristarco      |

 

Por ese modelo heliocéntrico, Aristarco es, correctamente, más ubicado como astrónomo; pero cuando como consecuencia del modelo heliocéntrico Aristarco, a su vez, entendió el movimiento de rotación  y traslación de la Tierra, ello es trasladar de la astronomía a la geografía los conocimientos del comportamiento del espacio, y justo por dicha razón, juzga que Aristarco debe ser considerado, a su vez, como aportador esencial del conocimiento geográfico, y si no ha de ser reconocido como geógrafo, es sólo porque en sus aportes, no hubo un mapa.

 

Sin embargo, Eratóstenes inicio una nueva etapa del desarrollo del pensamiento geográfico y en particular de la escuela espacista, cuyos principales exponentes fueron ahora:  Hiparco (190-120 ane), quien desarrolló los trabajos Eratóstenes, construyó el sistema de coordenadas geográficas determinando las latitudes y longitudes, fijo los trópicos a 23º 27’ y perfeccionó así la Proyección Equirrectangular, dándole a la geografía un contenido metodológico pleno y rigurosamente matematizado; Crates de Malos (180-150 ane), constructor del primer globo Terráqueo; Gémino (150 ane), que desarrolló las determinaciones astronómicas para la localización; Posidonio (135-51 ane), que intenta, y con éxito, un nuevo cálculo del perímetro de la Tierra midiendo la altura de Canopus; Marino de Tiro (60-130), que igualmente desarrolla el sistema de cartas geográficas con base en la proyección cilíndrica, y Ptolomeo (90-168 dne), quien desarrolla y perfecciona el sistema de la Proyección Cónica entre otros trabajos de trascendente importancia geográfica.

 

 

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10 febrero 2013 7 10 /02 /febrero /2013 23:04

004 VI ane Perimetrón Mapa Anaximandro-HerodotoQué es la Geografía: sus Orígenes; Anaximandro.  Segunda Parte (5/…).

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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01 nov 13.

 

Si se hurga en los orígenes del conocimiento geológico, meteorológico, hidrográfico, edafológico, botánico, etc, veremos que ya había quienes empezaron a distinguir entre las rocas, entre los estados de la atmósfera, entre los estados cíclicos del agua, entre los suelos productivos o no propicios, entre los tipos de vegetación…, que dieron lugar a las ciencias particulares.

 

A dos tercios del camino entre los mapas de Babilonia en el centro del mundo y de Ga-Sur por una parte, y del mapa de Anaximandro por otra; está la leyenda inmersa en la mitología aquea, del viaje de los argonautas, representativo de la actividad de exploración y de la expansión de los conocimientos geográficos.

 

Hacer consciencia de que esto fue así desde el origen hasta el momento histórico de Aristóteles, es entender que el Perimetrón de Anaximandro formó parte de este largo período histórico del conocimiento geográfico empírico-espontáneo; y, pudiéramos decir de éste ciertamente, que fue el autor con el que se cerró esa época histórica.

 

El mapa de Anaximandro contiene el reflejo de la simetría del mundo; el reflejo de esa bóveda celeste que formaba su teoría cosmogónica; y en él se infiere la orientación (por la disposición del mapa), determinada instrumentalmente con el gnomon, y por ello, la consideración de los puntos cardinales que no son explícitos; y está en él la representación simbólica abstracta.  Su mapa original no llegó a nuestra época, y por lo menos por la reproducción de Hecateo, y particularmente por la de Herodoto, se sobreentiende el empleo de leyendas, y muy seguramente de una Relación Geográfica anexa.

 

003 Mapa Original de Anaximandro (Autor) 

El Perimetrón de Anaximandro, mapa del mundo conocido hasta el siglo VI ane, con Grecia en su centro.  Reconstruido por el autor de este Blog según los datos de que Anaximandro consideraba aún el Mar Caspio abierto, y que la relación de simetría de los ejes del mapa, adicionados por el autor de este blog, eran de 1:1.

 

Aquí hay un hecho importante: Herodoto no es definible como geógrafo, sino se le ha considerado el “padre de la Historia”; luego, ese mapa en la versión de Herodoto, basado en el de Anaximandro, da cuenta de manera particular de la localización y distribución de los pueblos del mundo de su tiempo con un carácter etnográfico.  Este mapa ya enla reproducción por Herodoto, y por quien Herodoto es como historiador, esa reproducción del Perimetrón de Anaximandro es ya una Carta Temática; en ella, el especialista en esos asuntos de la historia y la etnografía, Herodoto, da inicio a la consideración de los fenómenos por cuanto a su naturaleza misma, auxiliándose del conocimiento geográfico.  No es Anaximandro el interesado en ese fenómeno etnográfico; a él le interesará la forma, extensión y propiedades del espacio terrestre, sino es al historiador Herodoto al que le interesará valerse de la geografía para reforzar su estudio.

 

Todo esto, como veremos, no hace a una “Ciencia Cartográfica” que ha antecedido aparentemente a la aparición de la Geografía misma.  La cartografía es una herramienta, un elemento técnico-metodológico de la geografía.  El mapa es a la geografía –hemos dicho en otra parte– lo que el microscopio es a la biología, o el telescopio es a la astronomía.

 

Finalmente, una pregunta esencial en geografía teórica, principalmente dada en su campo en la historia de la Geografía, o de la sociología de la geografía, es: ¿Por qué surgió el conocimiento geográfico?

 

Puede entenderse sin dificultad la razón del surgimiento de los conocimientos de la botánica, de la medicina, de la geología, de la química; pero la razón de ser como condición necesaria para la subsistencia de la sociedad, de los conocimientos geográficos, no es tan evidente.  Esto es, que, por principio, los conocimientos no surgen por mero placer estético, o compromiso moral intelectual, sino por la más pura y simple necesidad de subsistencia de una comunidad humana.

 

Esto quiere decir que un sistema de conocimientos tan antiguo como los conocimientos geográficos o acerca del espacio terrestre, hace de éstos una ciencia necesaria para la transformación primaria del medio natural, del cual se extraen los bienes materiales para la subsistencia de la sociedad.  En ese sentido, es una ciencia estrechamente vinculada al proceso productivo.  No es una ciencia de la producción directa, sino una ciencia condición necesaria para la producción; es decir que, sin ella, no hay producción primaria.

 

No es difícil imaginar esta situación.  Piénsese en una comuna primitiva de los homínidos cormagnones, sapiens sapiens, que hace siete mil u ocho mil años (dos mil o tres mil años después de la retirada de los hielos de la última glaciación), aún vagaban en forma de tribus nómadas.  Despertaban al nuevo día, y una necesidad imperiosa se les presentaba: moverse y obtener no sólo materiales para un nuevo refugio, sino para alimentarse; de frutos de recolección, de pesca, o de caza.  Sí, pero…, dónde.  Dar respuesta a esta simple pregunta, hizo nacer los conocimientos geográficos.

 

Un pequeño grupo explorador ha vuelto, trae las buenas noticias de haber encontrado un lugar promisorio para la subsistencia.  Ahora el problema no es dónde (los exploradores lo saben con una orientación intuitiva y por referencia física), sino…, a qué distancia (medida en jornadas o fracciones de jornada).  Y en un lugar habrá agua y pesca, pero no frutos y caza que los habrá en otro lugar distante.  Saber dónde (su localización), y a qué distancia (una dimensión espacial), será condición necesaria para luego poder hacer uso de ese medio, transformándolo en su provecho*.

 

Ya sedentarios, desarrollándose en una comunidad rural, aparecerán, dada esa condición estable, nuevos conceptos reflejo de las propiedades del espacio terrestre conforme las va abstrayendo.  Su lugar mismo se convierte en el desarrollo de su cultura, en el centro de su cosmovisión; hasta la aparición de las primeras ciudades y de los primeros grandes imperios, hace entre 3000 y 5000 años, donde los conocimientos particulares desarrollados, al final, como consecuencia de esta etapa histórica, se formarán en las técnicas, en las artes y en las ciencias.

 



*        La preocupación de esa comunidad no era ni la subjetiva “construcción de su espacio”, según algún “plan maestro”, ni mucho menos “establecer las relaciones entre los fenómenos”.  Eso será muchísimos siglos después, de otra forma y bajo otras condiciones, cuando empieza a preguntarse cuándo, cómo, y el por qué de los elementos del dónde.  El espacio estaba dado objetivamente, y de la transformación de sus elementos (sus distintos estados de espacio), derivará su subsistencia, geográficamente es sólo esto último de manera esencial, primaria y simple, dada en la práctica histórico social humana por siglos.

 

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3 febrero 2013 7 03 /02 /febrero /2013 23:04

001 2500 ane Tablilla de Barro. BabiloniaQué es la Geografía: sus Orígenes; Primera Parte (4/…).

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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01 nov 13.

 

 

La Geografía –como cualquier otra ciencia– debe explicarse en sí y para sí, independientemente de sus conexiones –como lo necesariamente dado en todas las ciencias– con otros sistemas científicos de conocimientos.  Luego, de manera secundaria, podrá ya referirse a esos vínculos y conexiones con las demás ciencias.  Ello ha de ser así en tanto que cada ciencia, y entre ellas la Geografía, se constituye como reflejo en el pensamiento en forma de teoría acerca de una, y sólo una, faceta dada de la realidad objetiva.

 

La explicación de la geografía en sí misma, se da por la filosofía acerca de su objeto de estudio y de la realidad objetiva del cual es reflejo, y, hemos visto, en este caso, es el espacio terrestre.  Pero la explicación de la geografía para sí misma, se da por la comprensión de su historia; de cómo en cada momento de ésta se ha explicado el por qué de su hacer y su propósito general.

 

Así, en cuanto a la historia, la representación más antigua que se conoce del espacio terrestre, en la representación del todo el mundo conocido teniendo como centro la Mesopotamia, está grabada en una tablilla de barro.  Documentalmente, ahí empezó el conocimiento que poco más de veinte siglos después sería denominado como Geografía.  Este primer Mapamundi supone ya los conocimientos fundamentales de la geografía: 1) la orientación por referencia física en un eje NE-NW, según la alineación de los ríos Éufrates y Tigris, respecto del Eje del Mundo en la dirección Norte; 2) la representación mediante la abstracción simbólica, y 3) lo que, sin duda, debe ser la Relación Geográfica afín al mapa, en el texto cuneiforme en la parte superior.

 

 001 2500 ane Tablilla de Barro. Babilonia

Primer Mapa del Mundo Conocido, teniendo como centro a Babilonia.

 

Este mapa, antecede en veinte siglos al Perimetrón de Anaximandro (s. VI ane), que representa el espacio terrestre más o menos con esa misma idea, teniendo éste como centro, ahora, a Grecia, pudo haber sido elaborado con la pura observación empírica; sin embargo, el triángulo ubicado en el cuadrante NW que apunta al eje de alineación de los ríos Éufrates y Tigris, expone claramente que debió haberse hecho uso del gnomom, instrumento que junto con el patrón de medida de las distancias (metrón), fueron los primeros instrumentos del conocimiento geográfico.

 

 Gnomon

Gnomon, instrumento que junto con el Metrón, constituyen los primeros instrumentos del conocimiento geográfico.

 

Esta tablilla debe ser de la misma época de otra, la de Ga-Sur, un asentamiento al noreste de Irak de hace 2500 años ane, que representa un mapa local de un asentamiento de población justo en medio de dos cadenas montañosas alineadas N-S, y en la ribera Este de un  río entre dos tributarios de éste, los cuales corren en dirección NW.

 

Ga-Sur (henrydavies.com)  002 2500 ane Tablilla de Ga-Sur

Mapa Local de Ga-Sur, 2500-3000 ane, en una tablilla de barro de 7 cm

 

En este mapa destacan tres marcas, tres círculos en los vértices de un triángulo equilátero imaginario, que hace suponer la referencia de los puntos cardinales N, y E-W, en correspondencia con el Eje del Mundo y los puntos de nacimiento y ocultamiento de los astros de la esfera celeste (al parecer, en forma cuneiforme, establece algunas leyendas para el asentamiento central, los ríos, y las marcas cardinales).  En él está nuevamente: 1) la orientación, y ya explícitamente la referencia a puntos cardinales; 2) la representación simbólica abstracta; 3) el que muy seguramente debió existir una Relación Geográfica descriptora del mapa; y 4) un elemento más: una cierta notación de leyendas en el cuerpo del mapa.  Igualmente, una orientación precisa, hace suponer el uso del gnomon.

 

Un mapa de esa naturaleza hace 4500 años (contados desde nuestros días hasta entonces), es ciertamente de una relativa cartografía avanzada, en la que se tenía clara noción de la simetría general del espacio terrestre (que, en cierto modo, parecía trasladarse a la simetría particular del asentamiento).

 

Esos conocimientos geográficos estaban dados empírico-espontáneamente, y en ello, no se está haciendo una “Cartografía Temática”, en la que ciertos hechos objeto de estudio particular destaquen en su representación.  Son, evidentemente, Cartas Geográficas, en las que, en lo más general y esencial, se está dando cuenta de un lugar y su situación, simplemente por los hechos existentes; principalmente por su localización y distribución, sus límites y extensión, bajo cierta intensión de simetría tanto respecto de la esfera celeste, como en su morfometría local.

 

Lo que está importando en ese conocimiento geográfico, son los elementos relativos a propiedades espaciales.  De manera secundaria, como dados en el espacio, están los fenómenos tales como el orográfico, o el hidrográfico (que socialmente representan seguridad militar y subsistencia con base en sus recursos naturales).  Sin  embargo, esos hecho naturales, no sólo estarán dados en el espacio, sino se tornarán como elementos del mismo, buscándose, principalmente, sus propiedades simétricas.  Así, los fenómenos, geográficamente, no serán los fenómenos que son para otras ciencias, sino esencialmente: elementos del espacio que le son atributos del mismo.

 

Eso tenía que ser así por necesidad, ya que el conocimiento acerca de las propiedades de los fenómenos no empezó a darse sino prácticamente hasta la época de Aristóteles (siendo la base de la estructura de su “escuela de las luces”, el Liceo), y tras lo cual, esas disciplinas de conocimientos comenzaron a tener nombre.

 

Pero este hecho de condición necesaria va a ser de esencial importancia; y tanto más, porque duró veinte siglos; ya que en esos veinte siglos esa disciplina de conocimientos expresada en los mapas, simplemente fue así: de la consideración espacial tanto en las propiedades del espacio terrestre mismo, como de las propiedades o de “la espacialidad” de los elementos que le otorgan ciertas propiedades sin importar el estudio de éstos en su naturaleza.

 

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27 enero 2013 7 27 /01 /enero /2013 23:04

Espacio Geográfico Sector TridimensionalQué es la Geografía: Los Problemas Contemporáneos.  (3/…)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

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01 nov 12.

 

 

Los problemas actuales de la geografía, considerados en su estructura formal como ciencia, son hoy en día, en su campo de investigación en geografía teórica, el elaborar, finalmente, la formalización teórica de su teoría del espacio geográfico o terrestre (problema en que, por los años 2012 a 2013, el autor de estas líneas está).  Por otra parte, el atraso en nuestra ciencia es tal, que no hay, o por lo menos desconocemos, otros trabajos sobre geografía teórica.

 

En su campo de geografía aplicada, abolida la “geografía fenomenista” de la “mucha ciencia”, la “nueva” geografía aplicada no es otra que las soluciones posibles a problemas económico-sociales a través de todas las herramientas y elementos para el análisis espacial, desde el mapa y la fotografía aérea, hasta las imágenes de satélite y de sensores remotos en rayos “x”, “infrarrojos”, etc.  Es decir, no se trata de hacer “geografía económica”, sino de hacer geografía, análisis espacial, aplicado en interés de los estudios de los economistas, los ecologistas, los agrónomos, etc, y finalmente en interés de la sociedad.

 

En el campo de la geografía operativa, hoy todo eso se resuelve mediante empresas privadas en las que todo lo que se hace por especialistas en ingeniería y ciencias (menos geógrafos), es una geografía muy avanzada, de altos conocimientos técnicos y científicos, pero que, en consecuencia, se presentan como empresas de cartografía”, de “geomática”, de “sensores remotos y análisis espacial”, sintiéndose ajenos a la geografía, o apenas vagamente relacionados.  De ahí que la problemática a resolver, es, primero, el poder considerar a todo eso como geografía (verdaderamente fuente de empleo productivo para el geógrafo científica y físico-matemáticamente formado), y segundo, el empezar a dar coherencia lógica de todo ello en una teoría geográfica del espacio terrestre.

 

En el siglo XVIII, en México, los problemas de la geografía se centraron en el levantamiento cartográfico general; buena parte del siglo XIX, la geografía fue a cartografía a la producción minera, y a partir de la segunda mitad del mismo y principios del siglo XX, se extendió a las necesidades del desarrollo urbano obstaculizado por las inundaciones y condiciones meteorológicas del Valle de México.

 

Hasta ahí, fue la geografía (la cartografía, el análisis espacial), aplicada a ciertas necesidades y soluciones.  A partir de los años cuarenta del siglo XX, se dio esa inversión en donde la aplicación (el ámbito del problema, no lo que se aplicaba), resultaba ser la geografía.

 

Desde siempre, la geografía, la ciencia del espacio terrestre, estuvo vinculada a las exploraciones en extensión, al conocimiento de ese vasto espacio que se iba plasmando en el desarrollo cartográfico.  La geografía estuvo presente siempre en esas hazañas, hasta que, precisamente en esos años cuarenta en que empezó el desarrollo de la “Era Espacial” (la cohetería y la navegación en la exosfera con la cosmonáutica y la astronáutica), esa geografía contemporánea ya no estuvo presente en ello.  No sólo había desviado su rumbo del estudio del espacio al estudio de los fenómenos, sino –sin poder eludir su posición frente al problema del espacio–, juzgó que el espacio estratosférico y la exosfera misma ya no era espacio geográfico o terrestre.

 

Al recuperar la geografía como ciencia del espacio y al determinar la realidad y naturaleza del mismo, nos levó a la consideración  de que el espacio terrestre, es una determinación del campo de gravedad de la Tierra, que encuentra sus límites superiores en su interacción con el espacio lunar, determinado, a su vez, por el campo de gravedad lunar; luego entonces, la estratósfera, la exosfera hasta la magnetosfera, forman parte del espacio terrestre, y la geografía necesita volver a hacer presencia en ello.

 

En el plano teórico, la geografía contemporánea enfrenta el intento de descrédito de los antiguos “geógrafos fenomenistas” (hoy “geógrafos literarios”), haciéndole ver como una geografía reducida a la “Geografía Matemática” de la antigua división y clasificación fenomenista, y como tal, una mezcla de Astronomía de Posición, Geodesia y Geofísica…; la paradoja es que todo ello es verdad, con la única diferencia esencial, de que, en vez de ser una burda área de la “geografía fenomenista” de antaño, ello son los fundamentos teóricos y metodológicos del estudio del espacio terrestre tridimensional.  La teoría del espacio geográfico, por lo que todo ello es en su base y en lo que todo ello desemboca, no está de en ninguna de esas otras ciencias antecedentes del conocimiento geográfico.  Ninguna de ellas estudia el espacio terrestre como tal, ni la geografía estudia la geometría de precisión de la geodesia, ni las formas físicas de la Tierra en los términos en que lo hace la geofísica.  La geografía encuentra su propia originalidad y unidad teórica, en el estudio del espacio terrestre, cuyas propiedades están determinadas por los estados de espacio.

 

Nuestra teoría del espacio geográfico nació del modelo analógico con la cristalografía, tomando de éste sólo su base geométrica y ciertos indicios, como los Puntos de Red, que descartándolos en un principio, luego los encontramos referidos, en nuestra analogía, en los Puntos Báricos de Riábchikov, precisamente en los puntos de cruces de los frentes con las corrientes marinas (sin importarnos ni el frente como fenómeno meteorológico, ni las corrientes marinas como fenómeno oceanográfico, sino sólo los estados de espacio) de cuyas interacciones regulares forman Puntos de Red de una eratosténica esfrágida (o zona tridimensional del espacio geográfico), todo lo cual, en ninguno de sus aspectos, es objeto de tratamiento por ninguna de las ciencias a las que se pretende limitar el planteamiento de la geografía científica contemporánea.

 

Si la geografía es la ciencia del estudio del espacio terrestre, la historia del conocimiento  de este espacio mostrará como ninguna otra cosa, la esencia de la historia misma de la geografía, y la historia del conocimiento del espacio terrestre no es otro que la historia de los mapas, de la cartografía.  Los problemas teóricos esenciales de la geografía en cada época histórica, han quedado plasmados en sus mapas, y hoy, esta “nueva geografía”; en entredicho con las comillas, por ser tan sólo la vieja geografía bien olvidada; está por hacer la nueva cartografía  del espacio terrestre de esta época, y plasmar en ella el problema teórico esencial de su tiempo.  Esa historia de los mapas, esa historia de la Cartografía, no debe verse, pues, como algo distinto a la historia de la Geografía, sino, por lo contrario, justo lo que hace la esencialidad de la historia de esta ciencia.

 

La necesidad de un cuerpo único de teoría  como reflejo de la unidad material espacial continuo-discreta del mundo, es algo que en los últimos treinta años hemos venido resolviendo, y es algo ya prácticamente definido.  Pero frente a ello, y no ajeno a posiciones ideológicas en la interpretación del mundo, e intereses de clase sociales, hay, en el fondo, un hecho real –hasta cierto punto desconcertante– en cuanto al carácter de la geografía como ciencia moderna: en el siglo de la Ilustración, ese siglo XVIII en donde prácticamente surgió la ciencia moderna en todos sus casos particulares (por lo menos en los básicos, de los cuales la Geografía forma parte), la Geografía, a pesar de los trabajos de Mercator, de Sanson, de Buche, que muestran un carácter axiomático, hipotético-deductivo, no logró consolidar  su estatus de ciencia rigurosa…; pero aún en el siglo XXI, una geografía hipotético-deductiva no existe (apenas y puede ser vislumbrada en nuestros trabajos en forma teórica).  El geógrafo, por los últimos tres siglos, no se ha formado en el método de la ciencia.  Su trabajo, a pesar de todo lo que se diga, es aún eminente empírico, descriptivo, enciclopédico, subjetivista.  Es ajeno a toda noción de la lógica y al desarrollo de hipótesis, leyes y teorías, no hace una investigación causal dirigida a algo propio; su observación se centra en el hacer del otro; no mide, no experimenta, y sólo se limita a una vaga “aplicación” sin fundamento alguno, pues no está buscando en el modelo aplicado de comprobación, ni en el modelo analógico, la solución a sus teorías propias.  Se reduce meramente al análisis cualitativo de lo concreto (y para más, por lo concreto del otro), creyendo que los fundamentos científicos de éste, son los suyos, desconociendo, e incluso rechazando conscientemente, el análisis cuantitativo, por supuesto, sin saber ni entender a qué ni cómo aplicarlo (y todo esto ya lo habíamos expuesto desde el XI Congreso nacional de Geografía en México, desde 1987.  Si no se ha avanzado en ello, no sino por la acción oscurantista deliberada de reaccionarios grupos de poder.  Así, al geógrafo actual, le hace falta, de manera total y absoluta, una formación en el método de la ciencia.

 

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20 enero 2013 7 20 /01 /enero /2013 23:04

2012 De los Fenómenos a los Estados de EspacioQué es la Geografía: Los Métodos de la Sistematización del Conocimiento Empíricos y Teóricos; el Análisis.  (2/…)

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

http://espacio-geografico.over-blog.es/

01 nov 12.

 

Otros componentes del fundamento científico de la Geografía son sus métodos dela sistematización del conocimiento dados en la metodología empírica en la observación, la medición y la experimentación (o “modelos en x” de comprobación); como en los métodos teóricos o racionales en la hipótesis y métodos de relación causal, las leyes y teorías, desplegado todo ello en el análisis tanto cualitativo como cuantitativo.

 

La geografía trata con todo cuanto existe en el espacio terrestre, por el solo hecho de que ello existe él, puesto que todo cuanto existe, existe en el espacio y determina sus propiedades.  Cuando la geografía estudia el todo sólo por cuanto existe, no lo hace por sus propiedades particulares concretas (que es el procedimiento de las ciencias particulares acerca de cada fenómeno), sino lo hace en el más alto grado de abstracción y generalización posible.  A principios del siglo XX fue sólo por sus propiedades de localización, distribución y relaciones; durante el segundo tercio del mismo fue ya por la abstracción y generalización en las unidades morfológicas o geoformas, y poco después por los elementos dela estructura terrestre o “fases”; para ser, finalmente, hoy en día, la abstracción y generalización dada en la estados de espacio.

 

Bajo dicha categoría geográfica, todo es espacio, ya en su forma discreta dada por los fenómenos concretos naturales o sociales particulares, como un componente aislado o individual en forma de sustancia; o bien ya en su forma continua dada por los fenómenos concretos naturales o sociales particulares como un componente generalizado e ininterrumpido en forma de campos; y en ese sentido, todo es en calidad de estados de espacio.

 

En la categoría de estados de espacio se prescinde de los atributos particulares del fenómeno, de modo que el fenómeno sólo es “la cosa”.  Se prescinde, por ejemplo, de los atributos particulares de la montaña como actividad volcánica, una intrusión o un plegamiento; incluso se prescinde de su atributo como “forma del relieve” o geoforma, para ser sólo “la cosa” (con el nombre de montaña), que constituye un estado de espacio sustancial discreto, en constante transformación, sujeto de estudio sobre sus atributos y leyes espaciales propias.

 

Esa dialéctica de la dimensionalidad material continuo-discreta, históricamente se reflejo en el pensamiento geográfico formando la contradicción dialéctica histórica esencial del conocimiento geográfico: la contradicción dialéctica espacio-fenómenos.  Por muchos siglos, la dificultad en el pensamiento humano para el entendimiento de un concepto de alto grado de abstracción, en la falta de comprensión del “objeto espacio” reflejado en el “concepto de espacio”, y su tratamiento meramente empírico ya como “la espacialidad” de lo concreto mismo, ya como el exclusivo sistema de referencia de las cosas (el que las cosas existen en el espacio), fue llevando al geógrafo a concentrar su atención una y otra vez, no en el estudio del espacio y el mapa, sino en el estudio del fenómeno y su historia.  Se formaron así, histórica y objetivamente, dos corrientes o escuelas de pensamiento geográfico fundamentales; las más generales y esenciales: la de la “geografía espacista” (Anaximandro, Eudemo, Dicearco, Eratóstenes, Hiparco, Eudoxio, Gémino, Marino, o Ptolomeo, en la Antigüedad; o Cosmas Indicopleustes, El Edrisi, Fra Mauro, o Cresques, en la Edad Media; o Toscanelli, Behaim, Vespucio, Frisius y Mercator, entre un alista ya muy grande de geógrafos en esta línea hasta nuestros días); y la “geografía fenomenista” (Estrabón, Polibio, Plinio, De Falera, Ibn Jaldún, hasta Kant, Ritter, Humboldt y una abundante lista de pensadores hasta nuestro tiempo).  La primera, sin tener históricamente los elementos suficientes para elabora una teoría del espacio geográfico, y la segunda como una salida falsa al problema, incurriéndose en una deviación científica.

 

Por toda la historia se entendió, en general, por todos, que el espacio terrestre y su representación en el mapa era lo esencialmente geográfico; pero al no elaborarse científicamente una teoría de ese espacio, el objeto de estudio, quedándose en lo empírico concreto, se confundía con el estudio de los fenómenos.  Por toda la historia se entendió en general por todos, que los fenómenos y sus relaciones eran objeto de tratamiento geográfico, y el problema, por siglos, consistió en desentrañar cómo tendría que ser el tratamiento de los fenómenos en geografía, que no implicase lo propio a las otras ciencias de las que tales fenómenos son su objeto de estudio propio.

 

Esa contradicción histórica esencial le tocó resolverla al autor de estas líneas en el año 2012, en el contexto de una síntesis lógica por la cual: si todos los fenómenos son estados de espacio, en donde las propiedades particulares de los fenómenos desaparecen; y la geografía es una ciencia del tratamiento de todos los fenómenos por igual; luego, la geografía es una ciencia de los estados de espacio, en los cuales los atributos particulares de los fenómenos desaparecen.

 

Quedó superada así, con fundamento teórico, la contradicción histórica esencial de la geografía.  Hoy, la antigua “geografía espacista”, quedó generalizada en el hecho de que toda geografía es sólo geografía del estudio del espacio en sus múltiples estados.  Por su parte, la antigua “geografía fenomenista” quedó subsumida en la síntesis, abstraída y generalizada en los estados de espacio.  El geógrafo no ha de perderse más en esa pretenciosa fatuidad que ya desde el origen acusaba Heráclito como “la mucha ciencia”.

 

El que por siglos haya sido así, se entiende por la falta de una teorización de su objeto de estudio complejo.  Aún en los años ochenta del siglo XX, en los que el geógrafo siguió siendo un “geógrafo fenomenista”, ello se entiende en tanto que, a pesar del cuestionamiento lógicamente consistente y una propuesta fundamentada del espacio terrestre, se careció aún de un de un reconocimiento generalizado del mismo.  Pero en los años noventa del mismo siglo, una vez “oficializada” la “nueva” propuesta (que lo único que tenía de “nueva” era ser sólo la vieja propuesta bien olvidada), todos los esfuerzos de las nuevas generaciones –o por lo menos de una buena parte–, debieron dirigirse a resolver el siguiente paso: ¿qué era ese espacio?, ¿cuál era su realidad y naturaleza?  Por eso, en las generaciones de los geógrafos en los años noventa y primera década del dos mil, ya no es entendible el que continuara en algo (esa “geografía fenomenista”) que cada vez se mostraba más sin fundamento científico alguno.  Más aún, hay algo peor a esa situación: las generaciones de la segunda década del siglo XXI, ya no pueden continuar en ello; de hacerlo –cuando ya no sólo está cuestionada, sino refutada la antigua “geografía fenomenista”, y plena y científicamente fundamentada la proyección de la antigua “geografía espacista”–, será ya cerrazón oscurantista que niegue el desarrollo de la Geografía).  Esa antigua “geografía fenomenista” de insistir en ser, tendrá que demostrar lo que por mucho tiempo no se pudo: su fundamento científico, en el método de la ciencia de la modernidad.  De no hacerlo así, se hace sujeta de crítica como anticiencia por falsear la verdadera ciencia de la Geografía que la ha superado; o bien, definirse en el contexto de la “posmodernidad”, ya no como una ciencia acerca de un propio conocimiento verdadero lógicamente fundamentado (todo lo cual es negado por el “posmodernismo”), sino tan sólo como un saber válido.  En ese sentido es aceptable en la forma en que ahora la hemos caracterizado: como una “geografía ensayista literaria”, siguiendo la misma idea de la teoría del “posmodernismo”.

 

De ahí que toda aquella división y clasificación de la Geografía en sus “ramas” de “Geografía Física”, “Geografía Biológica” o “Geografía Humana” (“Económica y “Política”), han perdido sentido y utilidad, desapareciendo de conjunto con toda la “geografía fenomenista”.

 

De momento no se puede hablar de una nueva división y clasificación interna de la Geografía, de su estructura, dado que ello no es un problema de orden teórico de principio, sino práctico, resultado de su propia práctica en la investigación concreta y madura del espacio terrestre.

 

Otra cosa son los campos formales de investigación en la estructura de toda ciencia, y en nuestro caso: el campo de investigación en geografía teórica (sobre los problemas esenciales de la geografía); en el campo de la investigación en geografía aplicada (sobre los posibles desarrollos en modelos teóricos dirigidos a su aplicación en soluciones prácticas); y el campo de la geografía operativa (que más que campo de investigación, es campo de resolución directa de problemas prácticos concretos).  Históricamente, ni la geografía teórica, ni la geografía operativa, nunca han tenido dificultad de comprensión de su función y de sus procedimientos; han expresado a lo largo de la historia el verdadero pensar y hacer geográfico.  La dificultad ha estado siempre en la parte de la geografía aplicada, en donde el modelo de aplicación para examinar sus posibles contribuciones, se confundió como la geografía misma.

 

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