Comentario a,
Geografía Económica de México, primera edición, 1970;
Dr. Ángel Bassols Batalla. Artículo, 2010.
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.
“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica
de Geografía Teórica;
http://espacio-geografico.over-blog.es/;
México, 30 ago 10.
A nuestro juicio, la Geografía Económica de México, 1970, del Dr. Ángel Bassols Batalla, es no sólo la primera, sino la más importante obra de la geografía contemporánea en México.
El Dr. Ángel Bassols Batalla (1925-…), quien llega a la Geografía haciendo su Doctorado en ella en Francia, comienza a impartir la clase de Geografía Económica –como él mismo lo expone en la Introducción a su Libro de Texto–, en 1957, y a partir de 1959, explica el autor, comienza la preparación del mismo, que finalmente editará una década después, en 1970.
No sólo son importantes esos diez años de preparación de su obra, sino, más aún lo es, el momento histórico en que ello está ocurriendo: la década de los años sesenta. Especial, porque en ella se está generando ya una nueva época histórica en general.
En su Introducción, como un asunto obsesivo del geógrafo, expone: “…el libro de texto…, debe ser distinto de los viejos manuales en que la geografía se concebía –y se concibe aún– como una rama de conocimientos que trata enumerar los fenómenos del medio físico y las actividades económicas o, cuando más, de describir el mundo en forma más o menos estática”[1]. Asunto repetido una y otra vez desde fines del siglo XIX a nuestros días, debido a que en cuyo fondo se encierra precisamente el problema fundamental de la geografía moderna y contemporánea: el problema de su objeto de estudio y unidad como ciencia.
La obra del Dr. Bassols, es la primera exposición del conocimiento geográfico en México, desde una posición marxista (independientemente de los matices de su variante)[a]. Y esa idea de tratar la “realidad natural y social, ya no sólo para entenderlas, sino para poder transformar esa realidad mediante el uso creciente y apropiado de los recursos”[2], fue la idea fundamental que nos permitió esa decisión[b].
Pero, en la ley de la unidad y lucha de contrarios, en ello iba contenido tanto esa afirmación de las ideas del Dr. Bassols en nosotros, como lo que lo negaría: “los fenómenos, explicando la causa de su formación”[3]. En el entendido dialéctico de que en los opuestos en una contradicción, uno no es más que despliegue del otro, mismo que se ve en ese opuesto, transformado.
La Geografía Económica de México, 1970, del Dr. Ángel Bassols Batalla, decíamos, es no sólo la primera, sino la más importante obra de la geografía contemporánea en México, esencialmente por lo siguiente: en ella “se ofrece a los estudiantes…, una introducción de tipo teórico acerca de la geografía en general…”[4].
La obra de Miguel E. Schulz de 1883 había recibido un diploma, “por tratar la Geografía por su lado filosófico”, no habiendo en ello más que el hecho de ofrecer una escueta definición del objeto de estudio y método de la Geografía. Pero si algo merecería esa mención con mayor propiedad, eso sería, casi un siglo después, la obra de Geografía Económica de México, de Ángel Bassols Batalla, en la cual éste dedica los dos primeros capítulos, por casi treinta páginas, a la discusión teórico-histórica de la Geografía.
La preocupación constante, obsesiva, del geógrafo, ha sido el plantear los libros de texto, como lo dijo Schultz en 1883 respecto a su siglo humboldtiano-ritteriano que desemboca en la Antropogeografía de Ratzel, y lo repite el autor que ahora comentamos casi un siglo después a Schultz, lapso eminentemente vidaleano-hettneraiano: con un “carácter netamente científico”. Esto es, entonces, que ni Schultz, según lo dicho por Bassols, finalmente lo logró, como lo afirmaba; pero que tampoco Bassols, según lo dicho por nosotros, como el mismo Bassols lo asienta en su libro. Lo que si hay en ese sentido, es una constante aproximación.
Desde el punto de vista de la geografía teórica, el que la Geografía Económica de México se haya preparado en el curso de la década de los años sesenta, implica dos cosas: 1) la posibilidad de introducir el pensamiento marxista en geografía; y, 2) el que ello ocurra necesaria e ineludiblemente, bajo las influencias teóricas del momento de la polémica Hartshorne-Schaefer de los años cincuenta y sus consecuencias.
De ahí los fundamentos teóricos de la misma obra: a diferencia del trabajo de Schulz que contó con un solo mapa, y de la obra de Galindo y Villa que contó con ocho mapas; tres de ellos Cartas Temáticas desplegables, una a escala 1:6’500,000, otra 1:4’000,000, y una tercera en 1:10’000,000 (al parecer éstas, en la Proyección Cónica Conforme de Lambert sobre dos paralelos base); el trabajo de Bassols contó ya con cuarenta mapas; y, a más de ello, exponiendo la preocupación por el señalar siempre “las peculiaridades regionales, los aspectos de distribución en el espacio y su comparación de lugar a lugar…, (en una) cada vez mayor diferenciación regional…, (pues) la República está exigiendo ya la redacción de verdaderas geografías regionales que traten de los fenómenos…, sobre todo en materia de planeación económica y social”[5]; pasaje en el que resuenan lo mismo Hettner tamizado a través de Hartshorne, que De la Blache mediado a través de Emmanuel de Martonne, y la influencia de los logros del socialismo.
No aparece, no obstante, por ningún lado, Carl Schaefer. Y no quiere decir que no lo estuviera en lo absoluto, ello no podría ser; sino que, a la sombra del Dr. Jorge A. Vivó, Schaefer en la geografía del Dr. Ángel Bassols, no podía estar sino “bajo las piedras”. Y ello hizo del momento histórico del Dr. Bassols, un momento “trágico”.
La consecuencia de la crítica de Schaefer a Hartshorne (1953), fue la aparición de la llamada “geografía cuantitativa”, primero en Estados Unidos en el curso de los años cincuenta, y luego propagada al mundo durante los años sesenta; pero de lo que la geografía mexicana se mantuvo “casi al margen”. Lo que más se aproximó a ello, fue precisamente la geografía del Dr. Bassols Batalla.
Hasta 1975 tuvo lugar en el Instituto de Geografía, el “Seminario sobre Regionalización”, en el cual empezó a discutirse, muy tarde, precisamente la “geografía cuantitativa”; en que, entre otros autores (Christaller, Thünen, Losch, Isard), se analizó el planteamiento del Dr. Bassols. Ese año nosotros llegábamos a los estudios profesionales de Geografía, y asistimos a dicho Seminario; y entonces pudimos percibir, sin entender nada en ese momento, sólo almacenando datos, dos mundos: el hartshorniano del Colegio de Geografía y División de Estudios de Posgrado, y el intento schaeferiano “cuantitativista” del Instituto de Geografía. La “tragedia” consistió justo en lo tardío y tímido en retomar los avances, pues para cuando ello ocurría, nosotros comenzábamos someter a crítica todo ello de conjunto.
En su Geografía Económica de México, en el Capítulo 1, “Aspectos Teóricos de la Geografía Económica”, el Dr. Bassols no deja de reconocer el problema de la importancia de la clasificación de las ciencia y el lugar de la Geografía, de modo que ello permita “evitar que pueda confundirse en sus propósitos con los que son inherentes a otras ciencias”[6]. Y al respecto, hace una clasificación “sociológica” de las ciencias en dos grandes grupos: 1) el de una utilidad intrínseca que cultiva un “reducido círculo de la sociedad”; y, 2) el de los problemas que afectan a las grandes mayorías del mundo; precisando que la Geografía es una de estas últimas.
Pero agrega una caracterización más a este grupo de las ciencias de los problemas de las grandes mayorías, y con ello, da una caracterización teórica de la Geografía con muchas implicaciones de orden científico moderno: son, dice, “aquellas que no se concretan a manejar teorías o lucubraciones sin contacto con la realidad…”[7]. Con ello, contradictoriamente a su disertación teórica, hace de la Geografía una ciencia eminentemente pragmática, o en la que, por lo menos, no distingue los campos de investigación teórica, aplicada y operativa; reflejando en ello una de las grandes causas del atraso de esta ciencia. Ello lo lleva a decir, más adelante, que la Geografía: “No analiza problemas hipotéticos…”[8]. Y, luego entonces, por lo menos en términos del concepto de la ciencia de la modernidad, esa geografía no puede ser, por definición, científica, puesto que la ciencia moderna es, esencialmente, hipotético-deductiva[c].
Aceptábamos sus planteamientos con esas primeras diferencias críticas. Llegamos a creer sinceramente que, en consecuencia, la Geografía era una ciencia de planificación por excelencia. Cuatro años después; y aún antes aun cuando sin que tuviésemos un proyecto alternativo; para nosotros, todo eso definitivamente estaba mal. Mientras que para el Dr. Bassols la historia de la Geografía es en ese texto de 1976, “la historia de la conquista del mundo por el hombre, consumada con fines netamente económicos”[9]; para nosotros, luego de 1981, no es otra cosa que la historia del conocimiento del espacio terrestre (independientemente de todo utilitarismo; pero a su vez, sin dejar de reconocerlo). Para él, Humboldt es el verdadero “descubridor científico de México” (no obstante antes ha dicho que “quien acepta que los europeos nos descubrieron, está negando el pasado histórico…”[10]); para nosotros, el verdadero descubridor científico de México, no puede ser mas que otro mexicano; y ahí están todos los ilustrados novohispanos anteriores a Humboldt, esos que le dieron a conocer a Humboldt lo que era México, y entre ellos, geográfica y lejanamente, Carlos de Sigüenza y Góngora, y, cercanamente José Antonio de Alzate y Ramírez; para nosotros el más eminente, y del que el prusiano Humboldt se expresó un tanto despectivamente.
[1] Bassols Batalla, Ángel; Geografía Económica de México; Trillas, primera edición, 1970; tercera edición 1975; primera reimpresión, México, 1976; p. 16.
[a] Y aquí no podemos dejar de narrar al margen, que nosotros llegamos a los estudios de Geografía, a partir de que alguna vez (“un buen día del Año del Señor” de 1973 en que definíamos qué estudiar profesionalmente), encontramos su libro Geografía para el México de Hoy y Mañana (1971), en la estantería de la pequeña librería del Instituto de Relaciones Culturales México-URSS, y ello definió nuestra decisión.
[2] Ibid. p.16.
[b] Nuestra decisión final por la elección de una carrera profesional, estaba en ese momento en el límite: optábamos por la Filosofía; pero, leyendo sobre el marxismo, en un breviario de aquellos años nos encontramos con una cita que un autor hacía del Marx puesto en la misma condición, y en la que éste reflexionaba en que la peor elección de un joven al elegir su profesión, era la Filosofía, que lo alejaría de los problemas reales y de la producción; y entonces dudamos y buscamos algo que abarcara un conocimiento tan vasto como el de la Filosofía, pero, a la vez, que nos vinculara con la producción económico-social misma. Nos bastó, por una parte, ver el plan de estudios de la carrera de Geografía, pero por la otra, encontrarnos con la Geografía para el México de Hoy y Mañana, del Dr. Ángel Bassols Batalla.
[3] Ibid. p.16.
[4] Ibid. p.16 (subrayado nuestro).
[5] Ibid. p.17.
[6] Ibid. p.19.
[7] Ibid. p.19.
[8] Ibid. p.22.
[c] En las apostillas de nuestro ejemplar, tenemos aquí un gran asterisco a su lectura, que debió ser en el mismo año de la edición, 1976: ahí comenzó nuestra crítica al Dr. Ángel Bassols.
[9] Ibid. p.24.
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