Las Experiencias Socialistas del Siglo XX.
Ensayo, 2005 (1/4).
Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri
“Espacio Geográfico”, Revista Electrónica de Geografía Teórica;
http://espacio-geografico.over-blog.es/;
México, 05 jul 10.
Como una idea general, como un esquema, con una argumentación muy en el aire dado que se hace por primera vez y sin mayor reflexión ni documentación que la dada en el apoyo en el Almanaque Mundial, para establecer sólo eso: una idea general, acerca de una síntesis de las experiencias socialistas en el siglo XX.
Sin duda, la experiencia socialista es vasta; en un momento dado, entre los años sesenta y setenta de ese siglo XX en que tal experiencia tiene lugar, se considera que dos terceras partes de la humanidad vivieron en un régimen socialista.
Pero ciertamente también, por lo menos un tercio de ello, correspondió a una experiencia efímera e incompleta en todo sentido; razón por la cual, para evaluar la experiencia socialista, será suficiente con el establecimiento y relativa consolidación de aquellos Estados más representativos; ya por lo duradero de la experiencia, ya por lo políticamente significativo. Antepondremos por su significado histórico, la experiencia de la Comuna de París, de 1871.
Entre esos Estados en que tiene lugar la experiencia que propiamente podemos llamar socialista, a partir de la primera experiencia histórica en el siglo XIX, están como más representativos: 1) la URSS (1917-1991); 2) China (1949-1995); 3) Corea del Norte (1945 al presente); 4) Cuba (1959 al presente); 5) Viet Nam (1975-1986); 6) Camboya (1975-1999); y 7) Angola (1975 al presente).
En todos estos casos, la experiencia del establecimiento del Estado socialista es producto del movimiento revolucionario del proletariado. Pero, sin duda, habrá que incluir, por lo menos de conjunto, una visión de la experiencia socialista en, 8) los Estados de Europa del Este (1945-1991), y 9) los casos especiales de Yugoeslavia (1945-1991), y 10) Albania (1945-1991), resultado de su liberación en el curso de la II Guerra Mundial, lo cual no deviene necesariamente de la exclusiva lucha revolucionaria del proletariado de estos países, pero que, sin duda, ello es un componente necesario en mayor o en menor medida.
A la luz de la distancia histórica ya de quince años[*] del derrumbe del llamado Bloque Socialista, intentaremos esta primera síntesis esquemática, casi a manera de plantear el problema, de su experiencia a manera como ocurre con la síntesis dialéctica del desarrollo de la ciencia positiva; esto es, por lo históricamente dado, lo cual vigente, es fundamento de su propio desarrollo.
Juzgamos que lo que ello nos ofrece, es precisamente el necesario análisis por lo más general y esencial, a fin de poder plantear su síntesis como experiencia positiva; no obstante, todo ello requiera obligadamente de una investigación más en detalle que profundice, y ya corrobore el acierto, o bien nos descubra otra situación. En esa experiencia positiva, por lo tanto, lo fundamental está en lo vigente históricamente dado. A nuestro juicio, es de la reflexión acerca de ello, lo que nos dará, dialécticamente, el fundamento del nuevo desarrollo de la experiencia socialista.
Debemos empezar pues, por establecer para todo fin de criterio, la definición del socialismo: “Régimen social que surge como resultado de la revolución socialista que caracteriza el tránsito del capitalismo al comunismo. El socialismo se basa en la propiedad social de los medios de producción, que determina la ausencia de clases explotadoras y de la explotación del hombre por el hombre...”[1]. O bien: “Fase primera e inferior de la sociedad comunista. La base económica del socialismo radica en la propiedad social sobre los medios de producción en sus dos formas –la estatal (de todo el pueblo) y la cooperativo-koljosiana [colectiva]–..., en la supresión de la explotación de hombre por el hombre”[2].
Los extractos de cada monografía descriptiva, se han hecho considerando: 1) el origen, momentos que definen diferentes etapas, y fin del régimen socialista en esa experiencia; 2) los aspectos teóricos esenciales que definen al socialismo, y 3) las peculiaridades específicas de cada experiencia. Ya en otra oportunidad intentaremos ampliar y profundizar el estudio de cada experiencia socialista, recurriendo no sólo a Enciclopedias con más datos, sino fuentes de la historia moderna de cada país.
1) La Comuna de París, (1871).
Qué mejor síntesis de esta experiencia, que la expuesta por el propio Marx: el establecimiento del Estado socialista, requería de una teoría del Estado socialista, y esta teoría se sintetizó por Marx, en la dictadura del proletariado.
El fenómeno de la experiencia de la Comuna por casi tres meses, es lo históricamente dado; lo vigente históricamente dado de esa experiencia, es la teoría del Estado socialista como la más amplia democracia en la razón de Estado definida como la dictadura del proletariado. Más aun, ello es el fundamento retomado por Lenin, del propio desarrollo de la experiencia socialista dado ahora, medio siglo después, en la URSS.
2) La Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas, (1917-1991).
Guardando ese paralelismo, el establecimiento del Estado socialista de la URSS (estrictamente como tal a partir de 1922), que ya disponía de una teoría propia que expresa la más amplia democracia, se consolida bajo la dictadura del proletariado y se mantendrá en el poder por setenta años.
La experiencia socialista de la URSS pasa por cuatro etapas: 1) el período de Lenin (desde el origen hasta donde se quiera remontar, hasta su muerte en 1924), donde destaca, en la abolición de la propiedad privada de los medios de producción social: a) la distribución de tierras a los campesinos con una colectivización parcial, b) la entrega del control de las industrias a los obreros, y c) la efectividad del planteamiento teórico del modo de producción socialista mediante la planificación geoeconómica, para el desarrollo proporcional y armónico de la sociedad; 2) el período de Stalin (1924-1953), particularmente difícil en los años de la aparición de nazismo y del fascismo, la crisis económica del capitalismo y de la II Guerra Mundial, que pinta “terrible” a la figura de Stalin con sus medidas de colectivización forzada de la tierra (dada la necesidad de producción que le garantizara independencia de las importaciones del extranjero; y la represión autonomista de los pueblos no-rusos, en tanto factor desestabilizador), pero sin cuyo ejercicio de Estado en las condiciones extremas de la necesidad de la dictadura del proletariado (independientemente de la realidad incluso, de algunos o quizá muchos excesos), la URSS no hubiera sobrevivido; de ahí que la experiencia a rescatar de este período, sea la práctica necesaria del ejercicio de Estado o “razón de Estado”, de la dictadura del proletariado; 3) el período de Kruchov-Brezhnev (1953-1985), período en el cual la figura de Brezhnev tiene como extensión las personalidades de Andropov y Chernenko; pero período al que le caracteriza la apertura reformista, la modernización de la URSS y la práctica de un internacionalismo proletario (casos de Checoeslovaquia, 1968; y Afganistán 1979-1989, particularmente) bajo las condiciones bélicas de la Guerra Fría agudizada tras la llamada “Crisis de los Misiles”, de 1962, en Cuba; y 4) finalmente, el período de Gorvachov (1985-1991), que se caracteriza por la ampliación y profundización de las reformas hacia una apertura económica y política democrático-burguesa, que lleva inexorablemente a la disolución de la URSS y el fin de esa experiencia socialista.
Ciertamente, quizá más conveniente a la generalización y esencialidad, esa periodización de la experiencia socialista en la URSS, podría reducirse de cuatro a tres grandes períodos: Lenin, Stalin, y Kruchov-Gorvachov.
3) China, (1949-1995).
La larga revolución China triunfa en 1949, y con ello se establece un nuevo Estado socialista. La experiencia socialista en China, pasa por tres grandes períodos: 1) el período de 1949 a 1966; que pudiéramos denominar, del internacionalismo proletario (Guerra de Corea, 1950-1953) y las “Campañas” (la denominada “de las Cien Flores” y “el Gran Salto Adelante”, entre 1956 y 1960), caracterizado internamente, tanto por el peculiar ejercicio de la dictadura proletaria, con el exceso desde el Estado asumiendo la mentalidad del campesinado pequeñoburgués; como por el aventurerismo económico en el que se abandona la política de planificación neoeconómica (diez años) por del “gran salto”, que, tras su fracaso, lleva a la destitución de Mao; en China no se habla, en consecuencia, de planificación geoeconómica; 2) el período de la “Gran Revolución Cultural” (1966-1976), caracterizado por la fracasada colectivización forzada de la tierra, bajo la dirección del movimiento maoísta de la atrasada mentalidad campesina, fracaso que da lugar a su destitución de Mao poder supremo; pero que con la movilización de la “Revolución Cultura”, éste se restituye en el poder supremo hasta su muerte en 1976; y, finalmente, con el rompimiento de China con la URSS luego de diez años de diferencias, y la aceptación de China en 1971 en la Organización de Naciones Unidas (ONU) sustituyendo a Taiwan, se da a su vez, inicio a su acercamiento a los E.U; y 3) el período reformista (1977-1995), caracterizado por las luchas interna del Partido; el desfiguro, por primera vez, del internacionalismo proletario en la guerra con Viet Nam en 1979, y el triunfo de los moderados reformistas, que impulsan un movimiento en ese sentido a la apertura económica y política a la democracia burguesa, con la quimera de modelo de “economía de mercado socialista” (reformas de 1992), que, como modelo económico dominante, formalmente opera y vuelve a China a la economía de mercado capitalista, a partir de 1995.
4) Corea del Norte, (1945 al presente).
Como país, es resultado de la división, en 1948, de la Corea bajo “Zona de Ocupación” desde 1945, tanto por la URSS, como por los E.U, tras el fin de la II Guerra Mundial. La Guerra de Corea de 1950 a 1953, es como consecuencia de la búsqueda, por parte de los comunistas, de la reunificación de Corea, lo cual fracasa.
La experiencia del socialismo en Corea pasa por tres períodos: 1) el muy breve período de 1945 a 1950, en el que, bajo la protección e influencia de la URSS, se instituye el Estado socialista (este será un caso semejante a la situación de los países de Europa del Este); la característica fundamental de este período, no es otra que la reproducción por el Partido Comunista Coreano, de la experiencia socialista de la URSS bajo el momento stalinista que ésta vivía, y de ahí las características, incluso exacerbadas, de Kim Il-Sung, que en tanto gobierna hasta su muerte en 1994, caracterizará a Corea hasta ese entonces, como el ejercicio de Estado en una férrea dictadura proletaria, con el defecto de hacerse en medio de un exacerbado “culto a la personalidad”, que pasa la dictadura del proletariado, a la dictadura de su representante unipersonal; 2) el largo período de 1950 a 1994, con todo el apoyo de la URSS y alineado a las políticas de Kruchov a Brzhnev, e incluso hasta los inmediatos seguidores de éste en el poder; asumiendo una economía de Estado centralizada absoluta mediante la planificación neoeconómica, todo ello bajo bloqueo económico y político de los E.U, que va desde la Guerra de Corea (1950-1953), hasta 1999. Su toma de posición respecto al reformismo y apertura propuesto por Gorvachov desde la URSS, a partir de 1985 y hasta 1991, le lleva a romper su amistad con la URSS; no obstante, este período se cerrará en 1994, con la muerte de Kim Il-Sung, que en ese último lapso obtuvo el apoyo de China; y 3) el período que va de 1994 al presente, cuyos aspectos importantes, por su parte, se dan en el apoyo de China y Rusia, centrándose las características esenciales en la “política de nuclearización y negociación”.
[*] Escribimos este artículo en el año 2005.
[1] Foroba, N.T; Diccionario de Filosofía; Editorial Progreso, URSS, 1984. (v. Socialismo).
[2] Libman, G.I; et al; Diccionario Marxista de Economía; Ediciones de Cultura Popular; México, 1977. (v. Socialismo).